Final forzado.

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Miro a mi alrededor, Jace está a mi lado derecho, herido y desorientado, en sus brazos la pequeña zanahoria molesta llora, también herida. A mi izquierda se encuentran Raphael y Dorothea, rodeados de sangre. Muertos. Justo detrás de mí, contra uno de los muros está mi hermana, llorando desesperadamente intentando por todos los medios que Simon despierte sin darle importancia a la cantidad de sangre que sale de su propio vientre.

-¿Los ves?- Todo lo que tocas lo destruyes, todo esto es tú culpa, tuya. Eres igual a mi.- La voz masculina que oigo al frente me distrae.

Al girarme pude notar dos hombres, tan iguales y distintos a la vez. Uno más joven. El otro más malvado.

Magnus llora y niega con la cabeza. Apresado por su padre, mirando la escena con terror. Sus ojos se encuentran con los míos y no puedo evitar que una lágrima se escape. Sus labios se mueven pero no emiten sonido alguno, no es necesario, se lo que dicen; "Lo siento... Te amo"

-Igual yo- Respondo de la misma forma, aún sabiendo que no puede verme. Mi garganta quema y sé que queda poco tiempo. Pero no quiero cerrar los ojos, necesito asegurarme de que todo acabó, de que la policía llegó y de que al menos Magnus estará a salvo.

Y es en ese momento que me pregunto; ¿COMO MIERDA LLEGAMOS A ESTO?

Fácil. La zanahoria enana. No la odio, sé que realmente no tiene la culpa de que la persiga la desgracia ,pero me da rabia pensar que si, en parte la tiene. Me contradigo yo mismo pero es que es tan exasperante...

Todo empezó cuando hace cinco días, dos meses después de recuperarnos del "ataque" de Camille, donde usó a Magnus para herir a jace, secuestraron a Clary.

Todo por un descuido que perfectamente pudo haberse evitado. Todos sabíamos que su padre y hermano iban tras ella, ella también lo sabía pero aún así siguió con su vida, como si nada. Y sin darse cuenta nos arrastró con ella a las puertas del infierno. No sé cómo, pero me deje convencer por Jace y Simon de ir por ella, claramente Magnus e Isabelle se sumaron aún cuando les suplique y Rogué para que no lo hicieran y con ellos Raphael y Dorothea.

Las cosas salieron mal... Muy mal, apenas salimos con vida del lugar y solo nos dio para escondernos a una distancia prudente. Dos horas después la policía aún no llegaba, las cosas empeoraron; apareció un hombre alto, terriblemente parecido a Magnus. Me di cuenta de que lo había visto en la guarida del círculo cuando irrumpimos en lo que parecía ser una reunión de negocios. Aún ocultos y con muchos nervios Magnus nos contó que era su padre biológico, aquel que lo abandonó y que, años después se enteró que era un importante mafioso de renombre en todo Eurasia. Sin más, el hombre, Asmodeus, encontró nuestro escondite, quisimos defendernos pero llegaron más hombres y nosotros estábamos débiles.

Un estruendoso disparo llegó a mis oídos.

Magnus cayó al suelo en un ruido seco. Sangrando, su mirada perdida en el vacío. Un tiro limpio y a quemarropa que dio justo en medio de su frente. Retuve el aliento para no gritar ante tal escena. Lo cual, en realidad, daba igual, pues no tenía voz.

Asmodeus se acercó y me miró directo a los ojos. -Te veo en el otro mundo asqueroso Nefilim...- Dijo colocando el cañón en mi cabeza. Sonreí. Sabía que me mataría pero me daba igual, de esa manera lograría volver con las personas que amo... Con Magnus. Pedí perdón mentalmente a mi madre y hermano por fallarles. Otro disparo.... Todo se fue a negro...

Amor Tras Las Rejas #MalecAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora