Misión de rescate.

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Alexander POV.

Caminaba con cautela a través de la poca luz. Los tubos, calderas y el frío hacían del sótano un lugar terriblemente tétrico y terrorífico.

-Primer piso limpio.- Escuché a Clary por el comunicador.

-El segundo igual.- Susurro Izzy.

-Nadie en el sótano.- Confirme.

(...)

-¿Jace?- Pregunte quedando estático y expectante a mitad del pasillo, una opresión en el pecho me robo un par de latidos.

(...)

-Subiré. Izzy no te muevas hasta que llegue. Clary tu tambien espérame.

A paso apresurado subí las escaleras, Clary estaba de espaldas, admirando una pintura que colgaba de la pared. La pelirroja notó mi presencia y me atacó, deteniéndose al instante de reconocerme. Tome su brazo y subimos al segundo piso donde Isabelle esperaba con notorio nerviosismo. Ya los tres juntos subimos al tercer piso manteniendo un ritmo lento y tan sigiloso como nos fue posible.

El sitio estaba tan vacío y horriblemente destrozado como el resto del edificio así que subimos los siguientes tres niveles hasta el penthouse que, contrastando con lo que habíamos conocido de la morada, se veía lujoso, a pesar de también estar abandonado. En un sillón, al centro de la sala estaba Camille, sentada como una reina, al parecer llegaron hace tiempo pues ya está arreglada por completo. Su cabello rubio y largo parece haber cobrado vida, su piel pálida antes enfermiza parece la más fina porcelana, su cara con más revoque que el mismo hotel y sus uñas de rojo zorra, largas y filosas. No me gustan las mujeres pero esta en específico me produce náuseas.

-Queridas, bajen las armas.- Su voz de chifle roto y su sonrisa de puta barata me hacen rodar los ojos.

-¿Dónde están Jace y Magnus?- Preguntó Clary con voz temblorosa.

-No lo se.- Finge inocencia.

En muchas ocasiones me había tocado tener que escuchar a hombres descerebrados intentando ligar con Izzy, muchos la comparaban con la más hermosa flor, delicada y frágil, una linda Margarita. A mi siempre me pareció más correcto compararla con una Heliamphora. Bella y destructiva. Con la delicadeza que la caracteriza, mi hermana toma a la falsa barbie de un brazo y con una simple llave, la "hermosa muñeca de porcelana" queda de cara contra el piso, su brazo aún entre las manos de Isabelle.

-¿Dónde están?- Pregunta perdiendo la paciencia.

(...)

-Puedes decirnos o puedes callarte y soportar que mi hermana te rompa cada hueso de tu ser...Bien...- Di una mirada rápida a Izzy y ella comenzó a aplicar más fuerza.

-Está bien, está bien. Magnus está en la azotea y el rubio fue por él... Pero dudo que vuelvan... O por lo menos en una pieza.- Dice con dificultad, riendo a pesar del dolor que es evidente en su rostro.

Mi cuerpo se empieza a mover, veo la cabellera rojiza de Clary tras de mí. Las escaleras terminan, veo mis propias manos abrir la gigantesca puerta metálica, puedo notar las sirenas de patrullas al fondo,lejos. El dolor en mi pecho aumenta.

Autora POV.

Jace está a sólo unos metros de Alec, tendido en el suelo y rodeado de un inmenso charco de sangre. A poco más de metro y medio Magnus, de pie, con la mirada perdida y un kindall en la mano se balancea en la delgada cornisa. Magnus había herido a Jace. ¿Por qué? Los ojos de Alexander enfocan una jeringa con restos de una sustancia violeta bajo sus botas. Belladona.

-Clary, ayuda a jace, haz presión en la herida. Y dile a Simón que llame a los paramédicos.- La voz de Alec por fin sale de su garganta, se escucha rasposa y tensa. Con cautela se acerca a Magnus, los ojos felinos aún perdidos en la nada.

-No soy un monstruo, no lo soy...- El moreno susurra cosas apenas entendibles. Las armas del ojiazul callen en un ruido sordo.

-Magnus- Llamó - ¿Estás bien?- Alec no tenía idea de que podía estar alucinando su novio pero obviamente no era bueno.

-No es mi culpa, yo no elegí ser así- Los susurros continúan y entonces algo en la cabeza del azabache hace click, Magnus seguramente alucinaba sobre la muerte de su madre y la discusión con su padrastro. Le había contado poco sobre eso, pero sabía que no terminaba bien. Las manos temblorosas de Alec fueron con sumo cuidado a las del moreno, quitándole el cuchillo. El ojiazul envolvió al contrario en un abrazo, su mano izquierda aguantando el apretón y los arañazos del de ojos felinos. Su mano derecha en su cadera, impidiendo el más mínimo alejamiento.

-Todo está bien, calma, ya estoy aquí- Las palabras de consuelo llegaban a los oídos de Magnus, confusas. El efecto de la droga estaba pasando y pronto sus ojos enfocaron a Jace, la sangre a su alrededor, Clary y los paramédicos (Que dicho sea de paso Alexander recién nota) tratando de ayudar. La sangre en sus manos, el cuchillo a un lado, y Magnus entendió, el miedo evolucionó a terror agudo. Había herido a Jace. Los fuertes brazos de su novio aún no se alejaban, sus susurros continuaban, las caricias eran igual de frecuentes.

Amor Tras Las Rejas #MalecAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora