Dudas.

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Autora POV.

La felicidad se acaba pronto. Los chicos estaban en la salida del reformatorio.

¿Que pasaría ahora? ¿Volverán a verse? ¿Podrán volver a sus vidas como si nada? ¿Qué pasará con los nuevos sentimientos que no querían dejar atrás? ¿Qué pasará ahora? Esa pregunta pasaba una y otra vez por la cabeza de todos, más nadie se animaba a hablar.

Alec, quien estaba de espaldas a la puerta sintió unos pequeños brazos enredarse en su torso. Dio media vuelta para encontrarse con Maxwell, Maryse abrazaba a Isabelle, pronto un gran abrazo familiar se hizo presente.

Magnus miraba la escena entre divertido y enternecido. Alec, consciente de ello, lo atrajo al abrazo. Jace e Izzy no tardaron en hacer lo mismo con Clary y Simon. Raphael y Doth habían desaparecido en el momento en el que les entregaron sus cosas.

-¡Oigan! Mi hermosa persona no respira!- Max, que estaba en medio del gran abrazo gritó, pero su voz perdió fuerza en el tumulto de cuerpos que lo rodeaba. Entre risas todos se separaron, Maryse tenía lágrimas en los ojos más solo de felicidad y su hermosa y radiante sonrisa solo lo confirmaba.

-Maryse Lightwood.- Se presentó.

-Mamá, Máx, ellos son Magnus Bane, Simón Lewis y Clarissa Ferchaid.

-Es un placer. Luke me dijo que no eran los únicos que liberaría, debo suponer que ustedes son las personas maravillosas de las que mis hijos me contaron.

-¿Hablaron de nosotros?- Preguntó Magnus levantando las cejas. Alec asintió.- ¡Me siento alargado!

-¿Tienen donde quedarse?

-Algo así.

-¿Como que "Algo así"? No, no, no. Ustedes vienen con nosotros.- Afirmó la mujer casi indignada.

-Gracias por su oferta sra. Lightwood pero Simón y yo debemos ir con Luke.- Respondió la pelirroja.

-Esta bien, enviale saludos saludos a tu madre y agradecerle nuevamente a luke de mi parte. Magnus ¿Tu si vienes?

-Creo que no estaría mal.

-Bien, traeré el auto.

El camino a casa se volvió largo, Magnus admiraba el paisaje, Alexander iba metido en sus pensamientos, sinceramente siempre fue un chico bastante inseguro, aunque mayormente no lo demostrará, y ahora, el saber que la persona que puso su mundo de cabeza posiblemente se largaría lo tenía más que nervioso. Alec no se consideraba hermoso, si, era lindo pero hasta ahí. Nunca fue destacado, no le gustaba la atención y a pesar de que su familia siempre tuvo dinero no viste ni vistió a la moda, para él eso eran tonterías, pero para Magnus eso era importante,.Alec creía que Magnus al ser libre tendría muchas más opciones, creía que pronto se daría cuenta de que él no era nada, que nunca sería suficiente y que lo dejaría sin mirar atrás. ¡Qué equivocado estaba! Magnus si admiraba el paisaje pero para cada persona el paisaje es diferente, las personas normales al salir de la cárcel lo primero que harían es mirar el cielo, aspirar el "aire puro" y pensar sus planes para el futuro. Magnus en cambio miraba el cielo, a través de los ojos de su ángel, aspiraba su suave olor a manzana verde del shampoo y rosas de jabón. Y no pensaba en otra cosa que no fuera Alec. Alec tomándole de la mano, Alec sonriendo, Alec hablándole de sus hermanos, Alec leyendo.

Llegaron a la casa. Magnus no podía creer lo que veía, era inmensa. Blanca y pulcra, todo meticulosamente ordenado, por un segundo se sintió mal. Él no tenía mucho dinero como Alec, era desordenado y tenía una horrible reputación. ¿Qué tenía él para ofrecerle a Alexander? Todo nerviosismo o duda que sintió se esfumó cuando la mano de Alec lo jalo suavemente escaleras arriba.

Amor Tras Las Rejas #MalecAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora