50 Maneras de Decir 'Te Amo' Sin Usar Palabras.

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Akira estaba muy entretenido con su gran chocolate. En verdad lo saboreaba de manera exquisita. Irradiaba la felicidad de un niño en dicha situación.
Takanori había negado con la cabeza en silencio. Dejando su chaqueta colgada como era debido en su correspondiente lugar.
Iba a dirigirse a la cocina, dispuesto a preparar una cena para ambos... Si bien sus dotes culinarias no eran lo más destacable de su persona, podía hacer lo justo para subsistir, sin intoxicar a nadie. A Akira le gustaba su comida, con eso era feliz, aunque por dentro anhelaba contar con el don de su líder. Algo que mantenía como secreto, aunque no fuese la gran cosa.
Sin embargo, Takanori no estaba siendo consciente de la sonrisa que su novio blondo mantenía en el rostro. Una sonrisa pícara. Y es que estaba 'tramando' algo que no había hecho antes.
—Hey Taka... —Musitó el bajista acercándose a su novio, tomándole por la cintura de manera cariñosa y coqueta. El de menor estatura levantó una ceja, sonriendo. Sin comprender. —Está delicioso, deberías probarlo...
Akira terminó por acercar a su vocalista hacia sí, apegándolo a su cuerpo. Dio un mordisco a lo poco que quedaba de aquel chocolate.
—Esta vez lo estás disfrutando en lugar de tan solo devorarlo, que notaste lo delicioso de su sabor, rubio tonto. —Replicó con una sonrisa levemente ladeada, levantando una ceja, sin entender qué estaba pasando por la cabeza de aquel hombre.
A veces era muy impredecible.
Sin embargo eso era algo que amaba.
—Oh, en verdad voy a disfrutarlo aún más...
Ruki dedicó una expresión de confusión. Reita no le dio tiempo a preguntas o palabras de más, había dado otro mordisco, más pequeño y se acercó a los labios ajenos, ensamblándolos a los suyos, comenzando un beso completamente cariñoso.
Fue por la sorpresa de tan repentino acto que Takanori no correspondió al principio, sin embargo suspiró y así pudo relajarse, comenzando a corresponder el movimiento de los labios ajenos.
Podía sentir claramente el sabor dulce del chocolate de los labios ajenos, aún más cuando el beso subió de intensidad.
No tardó en cruzar sus brazos en el cuello de Akira, estirándose un poco, notando aquel trocito de chocolate dentro de la boca ajena, sintió las mejillas arder y su corazón acelerarse.
Estuvo a punto de separarse, sin embargo su novio se lo impidió, al pedir, casi tímidamente, permiso para introducir su lengua en la cavidad bucal del mas joven.
Matsumoto pudo percibir las mejillas rojas de su amigo, compañero y novio, cediendo ante aquella petición que había realizado sin palabras.
Estaba encantantado con aquel beso, ¿Quién diría que un chocolate provocaría aquello?
Suspiró, comenzando aquel jugueteo tímido entre ambas lenguas.
El más joven sentía el júbilo llenando su persona por aquella acción con su amado.
Terminaron separándose de manera suave, pasados unos segundos.
Takanori respiraba algo más agitado cercano al rostro de su novio.
Akira saboreaba sus labios, sonriendo satisfecho al ver las mejillas rojas y los labios brillantes de su amado. Aunque no era consciente de que sus propias mejillas también estaban invadidas por un tono rosáceo mas notorio al habitual.
—Eres muy lindo, Taka — Dijo rompiendo el breve silencio, sonrió aun mas cuando el de menor estatura intentaba disimular su rostro todo rojo.
Reconocía que su pequeño novio aún no sabia reaccionar ante aquellas situaciones, sin embargo había comprendido que el hecho de que no le salieran las palabras era por lo que sentía.
Un sentir que compartían aunque quizá ambos no lo notaran.
Ruki saboreó sus labios, tenian aquel gusto a chocolate que su blondo novio había dejado impregnado en ellos.
Reita rió encantado, amaba verle así de nervioso, ambos tenían sus sentimientos a flor de piel, aun al haber pasado varios años juntos...
—Has de estar cansado, ¿Verdad? Yo haré la cena, ¿Si? Puedes relajarte.
Akira se ofreció amablemente, logrando que aquel castaño le observara con una sonrisa, y una ceja levantada.
—¿Estás seguro? —Preguntó Matsumoto, conociendo que Reita no era 'el mejor' en la cocina.
Akira asintió, ofreciéndole ir a tomar una ducha y relajarse, terminando por convencer al de menor estatura.
Con una sonrisa imborrable Matsumoto se dirigió al baño, aun sentía el sabor del chocolate en su boca.
Aquel sabor que había quedado impregnado por un beso diferente a los habituales...

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Gracias uwu)/