50 Maneras de Decir 'Te Amo' Sin Usar Palabras.

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Desde que lo vio le pareció perfecto. Pequeño, bonito, de carácter notorio, chillón y esponjoso.
Realmente le recordó demasiado a su querido y pequeño rubio.
Una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios finos. Se despidió de aquella mujer que le dio la vida con alegría, llevando a la pequeña y novedosa criatura en brazos, dentro de una canastita.
Lo dejó en la parte trasera del auto, el cachorro parecía adormilado, por ende sería sencillo llevarlo.
Pasaron unos cuantos minutos cuando llegó al lugar de destino.
Anhelaba ver a su amado y pequeño novio rubio con una sonrisa en su rostro.
¿Qué mejor que eso?
Detuvo el auto en el garage de la casa que ambos compartían desde ya hace un buen tiempo.
Al tomar al canino pudo notar que se hallaba dormido. Sonrió, sería así más sencillo convertir aquello en una sorpresa.
Bajó del auto, cubriendo la 'sorpresa' y luego de poner seguro al vehículo, se dirigió vitalmente hacia la entrada. Abriendo. Haciendo notoria su presencia con un alegre '¡Ya llegué!'.
Su novio se asomó por la abertura que separaba la cocina de la sala con una sonrisa.
Esa sonrisa que amaba.
-¡Bienvenido! ¿Cómo te fue?
Takanori se acercaba a recibir a su pareja como era debido, sin embargo cierto objeto llamó la atención de su persona. Sus ojitos curiosos miraban con intriga aquella canasta con cierto bulto debajo de una manta. Se impactó al percibir con sus ojos que lo que fuese que se hallara debajo, se había movido.
Levantó su vista, hallándose con la mirada alegre de cierto rubio bajista.
-Es un regalo para ti.
Akira extendió un poco la canasta, invitando a que Matsumoto descubriera lo que era.
El de menor estatura asintió, sin salir de su asombro. Y decidió quitar aquella manta, hallándose con un cachorro muy bonito y pequeño, adormilado, removiéndose un poco.
Sonrió de lo más alegre.
-¡Un cachorro!
Dejó salir burbujeando una risa. Una de esas que Akira simplemente adoraba. El rubio mayor había quedado embobado.
-Así es, ¿Te gusta?
Takanori había tomado al canino en brazos. ¿Gustarle? ¡Estaba más que encantado!
Se apresuró a besar los labios de su bajista, a modo de respuesta, riendo de la más pura y agradable felicidad.
-¡Aki! Me has dado un bebé, ahora somos una familia~.
El vocalista acariciaba al perrito, quien parecía no estar para nada incómodo en aquellos brazos.
Akira negó con la cabeza riendo.
¿Qué mejor que ver a la persona que amaba así de feliz?
Observaba embelesado a su novio, el cual se empeñaba en decirle tantas cosas con tal rapidez que a penas podía procesarlas.
Sin embargo su atención estaba centrada en que podía pasarse la vida disfrutando de aquella vista. La estaba grabando a fuego en su memoria...
Sin dudas regalarle una mascota fue lo mejor que pudo haber hecho. Se sentía completamente feliz, disfrutando de ver a su amado rubio irradiando tal vitalidad...
Sin duda alguna lo amaba.

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