»~28 y 29~«

83 12 0
                                    

Un pelinegro de pequeña estatura iba y venía con frecuencia. De aquí para allá, como si su vida dependiera de ello.

Akira pudo verlo, en cuanto ingresó al lugar de trabajo del mismo; un barbijo cubría sencillamente su nariz y sus labios, ocultando aquella sonrisa de comisuras levantadas, una sonrisita apenada al ver tales alboroto y ruido que cubrían cada esquina del edificio.
Sus ojos chocolates recorrían el lugar, y saludó con la cabeza a varios compañeros y asistentes del trabajo de Takanori, mientras aguardaba a que el joven modista notara su presencia.
Una muchacha se le acercó, con sus perfectos labios rojos. La misma de siempre.
—Hola Aki, ¿Qué haces aquí? —El tono juguetón de la chica obviaba el coqueteo y la atracción que la misma sentía hacia el rubio.
Akira se limitó a saludarle y responder amablemente, ¿Cómo seria descortés con una chica?
Sin embargo, todo pensamiento referente a la joven fue disipado cuando Takanori percibió su presencia, acercándose con una sonrisa a recibirle con un abrazo y un beso casi en los labios.
—Hola, Rei. —Las manos de Akira en la cintura del menor no pasaron desapercibidas ante la mirada incómoda y algo molesta de la chica, sin embargo, en su burbuja de amor, ninguno lo notaba.
—Hola, precioso. —Los ojos del mayor se clavaron en los azules oscuros artificialmente, del menor.
—Gracias por venir, —Volvió a hablar Takanori, sin separarse. —perdona por hacerte esperar, cariño, deben de traerme unos horarios en un par de minutos, ¿Podrías esperarme un momento más?
¿Y cómo podría Akira decir que no a esos adorable bombones que se formaban en las mejillas de su pequeño amado cuando este sonreía dulcemente?
—Descuida, Taka, por supuesto que puedo.
El menor sonrió suspirando, y robó un mínimo beso de los labios de su novio.
Llevó una de sus manos a masajear un poco su hombro izquierdo. Se le veía agotado.
—¿Día pesado?
El movimiento de cabeza de Takanori afirmó aquella pregunta. Akira, con delicadeza lo volteo, comenzando masajear sus hombros, los músculos cercanos a su cuello.
Un gemido satisfactorio le hizo saber a Suzuki que en verdad había sido así como preguntó. Se deleitó en la vista que le ofrecía su novio cuando movió y sostuvo su melena ondulada hacia un lado, dándole mayor espacio para realizar aquello.
Hasta que Akira recordó a la joven modelo.
Bueno, ella ya no se hallaba allí, y lo agradecía interiormente.
Quizá fue algo desconsiderado, pero no daría ilusiones a una chica en la cual no tenía interés alguno, Takanori era su mundo entero.
Y con ello en mente fue que liberó su agarre sobre los hombros del menor, al ver que se acercaba el asistente tendiéndole unos papeles.
Y

se quedó observándole una vez más, completamente sumido en su adoración por aquel hombre, su novio, y compañero.
Pero su mirada llena de amor, no era como las de siempre.
Denotaba una sensación de orgullo, una admiración por el trabajo de su amado.
Y era visible hacia cualquiera que pasara por ahí, el inmenso amor que Akira Suzuki sentía por Takanori Matsumoto...

50 Maneras de Decir 'Te Amo' Sin Usar Palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora