»~31~«

72 11 0
                                    

Estaba en el sofá, dibujando trazos, y pensando en la posible letra de una futura canción.
Dibujaba creando un diseño mientras palabras cruzaban su mente, perfectas para la melodía que Aoi había compuesto recientemente.
Dos trabajos a la vez, que realizaba sencillamente.
Y sin embargo, cada uno de ellos se detuvo, porque la cerradura de su casa se abrió, dejando paso a su adorado rubio.
Sonrió con suavidad, al notar que traía las bolsas con compras que habían estado necesitando, y seguro que alguna que otra cosilla para darse un gusto.
Se dejó hacer con una sonrisa imborrable cuando aquel hombre, dueño de su corazón, se aproximó para besarle en la mejilla, como saludo.
Intercambiaron unas breves palabras para ponerse al tanto con el par de horas que habían estado separados, y luego cada uno volvió a su labor.

Sus ojos se desviaron hasta aquel crujido suave, cuando Reita comenzó a desenvolver al dulce de tiramisú...
Sonrió cuando vio que le extendía una bolsa con muchos de los mismos para él, y sin dudarlo aceptó.
Le había pegado la manía por esas golosinas a su novio, y que bien que le venía por su gusto hacia las cosas dulces.
Mientras comía el caramelo, quedó observando a su novio meticulosamente. Su manera de actuar. Su convivencia tan natural.
Recordando la felicidad que le había causado en aquel entonces, el primer día que compartieron un hogar bajo la categoría de 'nuestro'.
Ya no era el hogar de Akira o la casa de Takanori.
Ese día fue el primero para 'El hogar de Taka y Aki'.
Recordarlo, sencillamente el pensarlo hacia que su corazón se sintiera enorme en su pecho. Con la certeza de que haría lo que sea por aquel hombre que cambió su vida.
Silenciosamente, al ver que Reita se preparaba una infusión, fue guardando lo que hacía, para ponerse de pie y dirigirse a la habitación.
En su armario, en el ultimo cajón de la derecha.
Lo tenía guardado para entregarlo en su próximo aniversario. Sin embargo, tomó la decisión de darlo antes.
No era un día especial en sí.
Pero, ¿Y eso qué importaba?
Para el enamorado de Takanori Matsumoto, cualquier día era especial junto a su compañero de vida.
Por ello fue que tomó lo que guardaba allí con cuidado.
Hizo una mueca con sus labios y posteriormente volvió a la sala, donde estaba Reita mirando un partido de fútbol en la TV.
—Hey, Rei.
El mayor no dio respuesta más que un sonido gutural vago, a lo que el vocalista rodó los ojos con una mueca de risa y un toque pequeño de fastidio. Detestaba cuando su novio no le hacía caso, pero... no podía ser perfecto, ¿Verdad?
Llamó su atención, molestándolo hasta que el bajista levantando una ceja volteó en el sillón, encontrándose a su novio a punto de abalanzarse en un abrazo solo para que le diera atención.
Rió por lo infantil de la situación, dejando que su molestia al ser interrumpido su partido de fútbol pasara.
—¡Uno quiere ser amable y no te dignas a prestar atención! —Takanori reclamó con un tono bromista, mientras se sentaba al lado del mayor, quien sólo reía excusándose tontamente por la acusación del pelinegro. —Si es así mejor no te doy el precioso G-Timeless YA126229, lo devuelvo, de todos modos es horrible.
Matsumoto no pudo evitar reír al ver la expresión de completa sorpresa en su novio.
—¿Acaso tú...?
No hubo lugar a preguntas ya que Ruki acercó el regalo que venía en una bonita caja de algún material similar al terciopelo, en color negro.
Akira no lograba salir de su asombro, y es por ello que por unos instantes, en los cuales el rubio se dedicó a abrir y examinar el dichoso reloj, el silencio reinó.
—Wow... ¿Cómo...?
—Nada que ahorrar un poco no pueda solucionar. —Takanori se encogió de hombros.
Akira sonrió encantado. Pasando su brazo derecho por los hombros del mas pequeño, en un abrazo lleno de gratitud, dejando un beso suave en la mejilla encantadora de su novio.
Un detalle que no esperaba. Pero que sin dudas valoraba muchísimo.
Porque no era barato y sabía que al menor no le gustaba ese reloj, no compartían ese gusto ¡Se lo había dicho!
Y sin embargo, Takanori, fuera de lo esperado, le había regalado aquello que quería, pero no había podido comprar...

50 Maneras de Decir 'Te Amo' Sin Usar Palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora