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Llegaron a casa aproximadamente a las 23.30.
Luego de estacionar en su debido lugar, bajaron y se adentraron a la casa. Ruki devolvió la prenda de su novio recién al estar dentro, con una sonrisita sincera, agradeciéndole el detalle.
Un pequeño suspiro salió de los rellenitos labios del menor.
Estaba agotado.
Y la razón de aquello solo le hacia reír de manera boba.
De manera bobamente enamorada.
—Voy a ducharme... —Dijo con la voz un tanto ronca, luego de hablar un bostezo se apoderó del pequeño Matsumoto.
Korón chillaba feliz de recibirlos, a los pies de ambos, y luego, dando vueltas al sofá.
—Yo también, bebé, duchemonos juntos. —Propuso el mayor, de manera coqueta, sin segundas intenciones, y al ver a su pequeño novio asentir algo adormilado, no pudo más que sencillamente enternecerse. Aún así, no dijo nada. Se limitó a guardar aquella imagen en lo profundo de su corazón.
Ambos se paseaban en calcetines por la casa. Así prepararon su ropa para dormir, la que se pondrían una vez finalizada la esperada ducha.
En vista de que no recibiría tanta atención, Korón se dirigió a la cama, -ganando una mirada desaprobatoria de parte de cierto rubio, pero siendo defendido por su dueño- y allí se hizo bolita para dormirse.
Akira se deshizo de sus prendas superiores antes de ingresar al baño. Por otro lado, Takanori comenzó a desvestirse allí dentro. Algo avergonzado, y eso hacía que Suzuki apreciara la faceta vergonzosa de su compañero, con una sonrisa de enamorado, sin hacerlo muy evidente.
En verdad adoraba a ese chico.
Antes de desvestirse por completo y de adentrarse a la ducha, Matsumoto retiró todo el maquillaje de su rostro.
Se observó algo dubitativo ante el espejo.
No fue pasado por alto a los ojos de Reita. Quien ya estaba solamente con ropa interior, y retirando los calcetines.
—¿Sucede algo, Taka-chan? —Con una sonrisa pequeña, Akira se acercó por detrás para tomarle de la cintura. Acariciando la piel tan perfecta de su pequeño. Admirando ciertas marcas en el cuello del menor, que él mismo había provocado con anterioridad.
—No me gustan mis lunares... —Confesó el menor, con desgano, y Reita comprendió que se trataba del mayor complejo que tenía su novio, sus marcas en el cuerpo.
—¿Ah si?—Reita hundió su nariz en la curvatura del cuello del menor, sonriendo, acariciando la piel con su rostro.— Realmente... Son muy lindos, como este de aquí. —Akira besó el cuello de Ruki, exactamente en la zona de su hombro donde había un lunar. —Este otro de por aquí es divino, como tú. —Añadió besando el mentón del mismo.
Un gran sonrojo invadió las mejillas de Takanori.
—Ni hablar de los que hay en tu pecho, cariño, esos se te ven jodidamente bien. —Reita terminó besando, una mejilla bonita y gordita. — Uff, y hay unos en tus muslos que son verdaderente sexys, bebé. —Concluyó dando un apretón en la pequeña cintura del vocalista, quien dejó salir una risita vergonzosa. —Eres muy hermoso, y ni hablar de tu cuerpo, mira esta curva, me encanta. —Musitó en un susurro, mientras acariciaba la cintura y las caderas de Takanori.
—Me haces cosquillas así, Aki~ —Ruki rió suavemente. Definitivamente todo complejo quedaba atrás con un novio tan atento.
—¿Debería piropearte? —Dijo Suzuki con una sonrisa.
—No lo sé. —Ruki se dio la libertad de reír ante aquello. El brillo de felicidad en sus ojos era muy evidente para cualquiera.
—Tantas curvas y yo sin frenos, precioso. —Una vez mas la risa burbujeante de Ruki se hizo oír en aquella habitación, y volteó, para encontrarse con la sonrisa sincera y coqueta de su novio.
—No te dediques a los piropos, no quedan, Reita. —Comentó divertido, haciendo que el aludido le mirara con una ceja levantada.
Besó su mejilla con cariño. Luego sus labios, dejó un par de besitos inocentes.
Era su manera de agradecer a Akira, a Suzuki, su amigo, compañero de vida y novio.
—Deberíamos ya ducharnos, ¿No crees? —Habló Ruki entre ambos labios apenas separados.
—Si es por mí, sigueme besando. —Se sinceró Akira, dejando salir una pequeña risa.
—¡Anda! Luego te beso todo lo que quieras, ahora a la ducha~ —Ruki lo empujó hacia el lugar que debía.
Entre risas, juegos, besos, caricias y atenciones, finalizaron de amarse en aquel día.
Ambos corazones radiantes de felicidad.
Uno por sentirse tan a gusto junto a su compañero de vida, de quien se enamoraba cada vez más...
Y el otro cálidamente agradecido porque su novio le había hecho sentir hermoso...

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50 Maneras de Decir 'Te Amo' Sin Usar Palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora