Embobada

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-Todo estará bien, Line. -Susurró en mí oreja sin dejar de abrazarme.

Preferí no hablar y soltarme de sus brazos.

-No es necesario que haga esto señor. -Colgué mi cartera al hombro y seque mis lagrimas. -Mañana mismo tendrá el dinero, con permiso.

Le pediría dinero Augusto, él me lo daría sin objeción y lo haría más si le contará mi situación.

-Caroline, detente. -Me abrazó por la espalda y me dio la vuelta.

-Soy un imbécil ¿Sí? Te he dicho y hecho demasiadas estupideces pero... -Pegó su frente a la mía y cerró los ojos. -Me gustas y no sé, todo esto en nuevo para mi. No puedo dejar de de actuar como un patán y...-No dejé que continuará y lo volví a besar.

Lo besé dejándome llevar por mí corazón.

Mi corazón ilusionado latia mil veces mas rápido qué antes.

Jadeó con sorpresa y me tomó por las piernas, acercándome más a su intimidad.

-No deberíamos estar así, alguien puede entrar y vernos -Hablé cómo pude una vez dejando de besarlo.

-¿Y qué tiene? -Dejó un beso casto en más labios para después esparcirlos por mis cuello.

-Eres mí jefe, Steven. -Dije como pude.

Sus besos estaban matándome lentamente.

-Lo sé, nena. -Habló ronco a mi oído.

-No veo nada de malo a lo qué estoy haciendo. -Reí. -¿Qué? Estoy consolado a mí secretaría. -Sonrió pícaro.

Hice un intento de bajarme de sus brazos pero apretó mi cintura impidiendolo.

-Bajame. -Pedí viéndolo a los ojos. Negó sonriendo y mordí sus labio inferior.-Tengo que trabajar, Steven.

-Eso quiere dfcirqué te quedarás... -me miró segundos para después acercarse más y besarme contentó.

Sus gruesos y ásperos labios causaban cosquillas en los míos, el beso fue subiendo de intensidad y terminé acostada en el sofá con él sobre mi.

Mire enamorada esos ojos azules tan intensos que tenía. Y sonreí como niña cuando dejó un tierno beso en mi nariz.

-¿Cómo seguirá esto, Steven? -Aquélla pregunta logró hacerme sonrojar cuando salió de mis labios.

Así y todo no me arrepentí de hacerla, estábamos besándonos como sino hubiera un mañana.

Él se tensó con aquella pregunta, no me miraba y él miedo albergó por completo mis sentidos.

Tomé su mentón con mis dedos y dejé un casto beso en sus labios.

-No tienes que contestar sino quieres. -susurré tocando su espalda.

Asintió sin dejar de verme, y salió de arriba mío. Me levanté y acomodé mi falda ya que está se había subido bastante, luego lo hice la blusa dos botones de esta estaban desabrochados.

Sin mirarlo, me di vuelta y caminé hacia la puerta.-Iré a trabajar. -salí de su oficina con la cabeza baja, a pesar de que me hubiese encantado que haya respondido esa pregunta debía entender que yo no significaba nada importante para él, a fin y acabo él había dicho que yo no era nadie especial.

(+++)

El trabajo había sido arduo, al parecer en las horas que me había ausentado las citas, reuniones, contratos y las demás tareas se habían multiplicado y hasta qué triplicado por un momento .

Archivando unas carpetas de años anteriores recordé el documento del libro contable adulterado que habia encontrado en mi primer día de trabajo.

¿Sería Steven de hacer algo así?

Las dudas surgieron, y surgieron más cuando acepté que yo no conocía nada de ese hombre.

Me sobresalté al escuchar la puerta del archivo ser azotada, me di vuelta con algo de pánico por haber quedado encerrada en un espacio tan reducido.

Suspiré exageradamente cuando lo vi.

-Hola.-dije volviendo a darme la vuelta y acomodar los últimos archivos.

-¿Hace cuanto que estás aquí? -preguntó acorralándome por la espalda.

Su perfume masculino llegaba a mi fosas nasales

-No lo sé..., desde las 17..., tal vez. ¿Por qué? -hable distraída, terminando de acomodar.

-Tu horario de trabajo terminó hace exactamente...-miró su reloj -Dos horas y media.

Abrí los ojos exageradamente.

¡Joder, como había pasado el tiempo!

-Mierda...-Maldije intentado pasar por su lado.

Tomó mi muñeca y me atrajo a su pecho, me miró con un sentimiento que lo había visto antes pero decidí ignorarlo.

-¿Tienes qué hacer algo hoy? -dijo muy cerca de mis labios.

Embobada por su cercanía, negué.

-Bien, saldrás a cenar conmigo.

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©Derechos Reservados.

Duodécimo capítulo.



Steven #1 [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora