¡Ayuda!

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-¡Mierda, Line! ¡Responde! -Exclamó al otro lado de la línea. Seguía en una especie de trance. Lo único que hice fue sacar mi celular del oído y colgar.

Estaba atontada, demasiado. Hace menos de algunas horas estaba decidida a olvidarlo, pero volver escuchar su voz fue cómo si todas mis fuerzas y razones que tenía para lograrlo se hubieran borrado.

Negué y caminé hasta al baño, todavía con el celular en la mano. Lavé mi rostro con agua fría para después secarlo con una toalla observándome al espejo.

(+++)
En todo el día mi celular había estado sonando pero yo no había vueltl atender.

No quería volver a escuchar su voz.

En medio de la noche volví a escuchar mi celular timbrar, miré la pantalla, número desconocido llamaba una vez mas.

Las luces comenzaron a parpadear cómo si de una película de terror se tratara.

Fui en busca del interruptor y bajé la termirca para luego subirla enseguida.

Era la primera vez que tenía problemas con la luz, ésta parecía estar indecisa, no dejaba de parpadear así que decidí bajar el interruptor y asi quedarme con la oscuridad reinando.

Algún motivo me llevó acercarme al ventanal, la noche estaba presente, las luces que iluminaban las oscuras calles, permitierln que viese tres camionetas negras estaciónados frente al edificio.

Una sensación extraña me recorrió todo el cuerpo al instante, sentía que alguien me observaba de cerca.

Me alejé del ventanal con lentitud y volví al cuarto para tomar mi celular.

Las luces de emergencia permitieron que mi habitación no se encontrase en las penumbras asi y todo no pude encontrar mi celular.

Me sobresalte casi de muerte al escuchar el timbre de mi celular sonar detrás mío.

Di vuelta despacio con el corazón acelerado, las luces de emergencia se apagaron, y la poca luz que entraba por el ventanal me dejó observar un gran cuerpo.

Movió mi celular en su mano de un lado al otro, balanceandolo, enseñándome​ el "número desconocido" quién llamaba.

-¿Q-quién eres y q-qué haces en mi casa? -inquirí con nerviosismo. Fue más fuerte cuando continuó acercándose, las piernas me temblaban.

Pareció no sorprenderle mi pregunta, así intente abrir la puerta de la habitación pero sentí una jalón de cabello que hizo doblarme del dolor.

Chillé y traté de safarme pero no podia, era más fuerte que yo, mordí su mano cuando la ubicó en mi boca para callarme, intenté volver abrir la puerta pero él se recuperó rápidamente tomándome una vez por el cabello.

-¡AYUDA! -Grité desesperada con lágrimas en mis ojos del pánico que sentía.

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©Derechos Reservados.

Vigésimo primer Capítulo.

Steven #1 [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora