2. Always and Forever.

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Me despido de mi abuela y entro a la enfermería. Lastimosamente mis abuelos deben trabajar, así que no me acompañarán. Camino a la pequeña recepción, pero no hay nadie. Solo un joven rubio esperando. Toco muchas veces el timbre pero nadie llega.

-¡Juliana! -Gritó y por fin sale quien estoy buscando.

-Niña, respeta.

-No estás haciendo tu trabajo, así que no me regañes.

-Entra. -Dice sin más, empiezo a caminar mientras la sigo.

Entramos en una oficina pequeña como todo en este pueblo. Tomo asiento en una silla de plástico color blanco, frente al escritorio del hipopótamo.

Alguien más abre la puerta y esta vez no la cierra. Pero ni siquiera me molesto en voltear a ver.

-¿Que es lo que quieres? -Hablo rompiendo el silencio.

-Trabajaras para nosotros.

-¿Por que haría eso?

-Ya te dije, si no lo haces, matamos a tus abuelos, a tus compañeros de escuela y te dejamos en la calle.

De nuevo con este chantaje.

-Pudrete. -Digo cortante.

Levanta la mano para golpearme como la última vez, pero soy más rápida y tomo su muñeca haciendo presión. Ella deja salir un gruñido. Vaya... la estoy lastimando.

-Juliana, largo. -Dice un hombre detrás mío, volteo a ver y está el mismo señor al que mordí, junto con el chico rubio que estaba afuera.

Suelto la mano de Juliana y está se va rápido. El señor camina a paso sigiloso, intimidándome.

Me pongo nerviosa, y miro hacia abajo, viendo mis zapatos cafés... rotos.

-Creo que eres una niña problemas.

No respondo, ni siquiera lo miro. Este hombre me pone nerviosa.

-Mira como me dejaste la mano. -Levanto la vista y veo en su mano derecha una horrible marca de mis dientes.

-Ya que no dirás nada, iré al grano. Vas a trabajar para nosotros.

-¿Haciendo que? -Preguntó temerosa.

-Asesinando.

Espera... ¡¿Que?!

-Yo no puedo... -Digo tartamudeando.

-Tus padres fueron asesinados hace dos años verdad.

Asiento con la cabeza viéndolo a los ojos.

-Es para vengarlos, en este mundo hay tipos malos y tipos buenos.

-¿Y quieres que crea que las personas que experimentaron conmigo son los buenos? -Digo Sarcástica, lo se soy una niña malcriada.

-Algo así, viajaras junto con Niklaus. Asesinaras a los malos, y nosotros te pagamos para que dejes de usar esos zapatos.

En primer lugar... que nombre tan feo. En segundo... ni siquiera puedo defenderme de los que me molestan en la escuela y tercero. Porque todos juzgan mis zapatos.

La bella y la bestia/ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora