Jennifer Bélanger una chica francesa. Y James B. Barnes... ambos fueron experimentos de HYDRA.
El destino los une cuando sus heridas causadas por HYDRA están cerrando poco a poco. Al principio no se llevan bien, dado a que James no entienden el rar...
Hace tres días que el gran Steve Rogers me echó de la Torre vengadores.
Todos me han llamado, pero los ignoro.
Mis únicos amigos... Matt y Hayley, se fueron lejos con Elijah, por el simple hecho que soy peligrosa.
Paul... bueno él trabaja para Tony, así que no lo he visto.
Mi única salvación fue Ian, me dijo que podía quedarme en su apartamento, y así lo hice, en dos días sale del hospital.
No he sabido nada de Bucky, he matado a tantas personas por gusto... Aunque, debo recalcar, que algunas cucarachas de HYDRA me han visitado.
Me encuentro en un bar de mala muerte, tomando Bourbon.
-¿Jenny Bélanger? -Pregunta un hombre.
Me tomo de golpe mi trago, y lo coloco de mala manera en la mesa.
-¿Quien pregunta? -Digo de mala manera.
-Vaya... estás más buena de lo que me dijo. -¿Que acaba de decir?
-Ten más respeto insecto... -Volteó a mi derecha, y veo a un hombre, con buen cuerpo... pero me parece extraño, que tiene un ridículo traje rojo. -¿Que tenemos aquí, un payaso? -Digo con gracia.
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El sujeto se cruza de brazo.
-No asocies el color rojo con un payaso, es para que los malos no vean ni sangre.
-No deberías avergonzarte, tú ridícula máscara hace todo el trabajo. -Le hago una seña al cantinero, y me da otro vaso.
-¿Y tú por qué traes falda café? Oh... ya entiendo... puedes cagarte tan sólo con verme las pelotas. -Dice con sarcasmos.
Este imbécil no sabe con quien se está metiendo.
Apreto los puños y lo volteo a ver.
-Veo que entendiste la referencia. -Eso me recuerda a Rogers.
-Puedo arrancarte las malditas pelotas solo con una mano, así que no te metas conmigo.
-¿Que tal si lo haces con la lengua?
-¿Quieres que te mate? -Digo preparando mi cuchillo.
-No le tengo miedo a la muerte preciosa.
-No es necesario... con que me tengas miedo a mi. -Digo con orgullo.
-¿Que clase de amenaza es esa? -Pregunta.
-¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad. -Digo balbuceando.
Él hace un gesto de sorpresa demasiado exagerado.
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