Anhelo

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~ 1.2 mil palabras

Luhan sería un gran padre.

El matrimonio de dos personas del mismo sexo no es aún legal en Corea del sur - ni China - y mucho menos la adopción, pero eso no me impide soñar, y ver a Luhan consolando a su equipo de pequeños tras haber perdido un partido crucial en el mini torneo local, hace volar mi imaginación.

Luhan en el patio trasero de una gran casa, riendo así tan feo como ríe él, tratando de subirle los ánimos a un pequeño niño de 5 años. Lleva toda la tarde enseñándole fútbol al pequeño, quien hace una rabieta cada que comete un error, los miro desde la puerta trasera enternecido antes de llamarlos a que tomen algo y se refresquen un rato en la sombra, pero el par de impacientes se toman la limonada que les he preparado en un instante para salir a seguir jugando y ésta vez yo me les uno. Los tres jugamos todos contra todos, él y yo queriendo lucirnos con trucos y piruetas; nuestro pequeño aplaude, todos reímos, jugamos, nos divertimos todo el día.

Ese es mi sueño... nada más que un sueño.

La realidad es otra: Yo observo desde las graderías como Luhan le sonríe a los chicos, les dice que esto no es una derrota sino una experiencia de la que deben aprender y les promete comprarles helado en el próximo entrenamiento mientras les desordena el cabello con ternura.

Luego de despedir al equipo veo como me busca con la mirada en las graderías y agito mis brazos en el aire para llamar su atención. Me señala en dirección a su auto y ambos caminamos hasta encontrarnos afuera de este.

"Lamento eso, normalmente somos mucho mejores. Justo te traigo a ver el partido que nos saca del torneo" dice apenado, yo niego sonriendo.

"No te disculpes, lo importante no siempre es ganar, y eres un gran entrenador" le digo poniendo un dulce beso en su mejilla; con tantos niños y madres alrededor, no sería correcto hacer más. Se sonroja por el cumplido - o quizá por el beso - y me sonríe avergonzado antes de abrirme la puerta del copiloto.

Han pasado 6 semanas desde que oficialmente somos pareja. Ambos tenemos trabajos que si bien mi jornada acaba temprano, luego en casa tengo bastante que hacer y no mantengo tan libre de tiempo como me gustaría pero somos adultos y entendemos la situación del otro y somos maduros y responsables en la manera que manejamos nuestra relación, limitando nuestras salidas a los fines de semana y no hablando hasta la madrugada como un par de críos sin obligaciones.

Hay ocasiones en la cuales anhelo ser un adolescente sin obligaciones, con todo el tiempo del mundo en mis manos, mi juventud en su plenitud y un prometedor futuro aún sin decidir; mientras que otras veces fantaseo con ser un anciano retirado y sin preocupaciones, viviendo en una gran casa con una pareja estable y la vida ya resuelta, viendo crecer a mis hijos.

Es tan típico, me parece a mi, el decir que el pasado fue mejor, añorarlo, o creer que lo que depara el futuro será mejor, esperarlo impaciente. Nadie parece nunca feliz con su presente agradecido con lo que tiene, disfrutando del día a día.

Mis días, sin embargo y sin querer sonar superior a nadie, valen la pena atesorarlos a medida que los vivo, sin esperar a que se conviertan en un dulce recuerdo, sin arrepentirme después. Ese es mi nuevo lema de vida, lo que me han enseñado mis amargas experiencias "Nada más doloroso que el hubiera".

Y si yo hubiere rechazado a mi amiga desde la primera vez ¿qué sería de mí hoy?

Jamás sabre la respuesta y es sorprendente lo mucho que una pareja cambia tu vida. Todos somos independientes, tomamos nuestras propias decisiones, pero la persona que elegimos para tener a nuestro lado a lo largo de ese camino influye en la ruta más de lo que nos percatamos.

No sería quien soy ahora de no ser por ella porque no habría vivido lo que viví. Pero a pesar de que no puedo cambiarlo, ni gano nada con arrepentirme, puedo aprender del error que fue mi cobardía y me he prometido a mi mismo no dejar que la felicidad se me escape por miedo a no abandonar mi zona de confort.

Ahora mismo mi felicidad es Luhan.

Sonará dependiente, exagerado, y puedo que la sea. Tengo muchas cosas por las que vivir, pasiones y sueños que perseguir,  no necesito a Luhan en mi vida para ser feliz... pero él me hace feliz.

¿Cómo decirlo sin decir que lo amo?

Llevais mes y medio de relación  ¡Ni dos meses, Minseok! ¡Es muy pronto!

¿Cómo decirlo sin decir que lo amo?

Lo anhelo, lo anhelo con todas mis fuerzas. Quiero besarle siempre que lo tengo en frente, hablarle cuando no puedo verlo, quiero que sea parte de mi futuro y que él sienta lo mismo.

Luhan conduce hacia su apartamento, dice que debe darse una ducha porque incluso ver el partido lo ha puesto sudoroso. Es mentira, no ha sudado casi nada pero él insiste en querer estar en su mejor presentación siempre que salga conmigo.

¿A dónde iremos? - le pregunto a gritos desde la sala para que pueda oírme por sobre el ruido que hace la regadera al correr. Él me dice que es una sorpresa que seguro me encantará y yo le reprocho cuando lo veo salir que va más elegante que yo, debería haberme avisado para vestirme mejor.

"No importa lo que lleves puesto, eres hermoso tal cual estes" - me adula coqueto antes de posar sus labios sobre los míos en lo que espero sea un corto y dulce beso pero termina siendo uno largo y caliente.

Le interrumpo y le recuerdo que seguro tiene una reserva y debemos irnos pronto, muy a mi pesar.

"No he reservado nada, ni siquiera era mi plan salir de esta casa, solo quería una excusa para darme un baño y ponerme esta ropa que se que te encanta" - me confiesa divertido - "adoras verme en camisa manga larga y tenía un asuntillo que dejar bien limpio para... lo que viene" - suelta con una voz seductora en mi oído antes de besar mi cuello.

Llevais mes y medio de relación ¡Ni dos meses, Minseok! ¡Es muy pronto!

Grita esa voz en mi cabeza, pero lo que esa voz no sabe es que me importa un pedo lo que es apropiado o no.

Soy coreano y por ende culturalmente influenciado para ser conservador en lo que a sexualidad respecta. Es cierto pero ¿sabes que más es cierto? Amo a este hombre. Este hombre que huele a jabón de algodón y moose de afeitar, cabello aún húmedo y con la pupilas dilatadas, la camisa manga larga color borgoña que se ha puesto porque sabe que me encanta y los pantalones de mezclilla que le marcan el trasero; este hombre que está en mi regazo, besando mi cuello sin vergüenza alguna, este hombre que me está ofreciendo todo de sí. No seré yo el tonto que lo rechace, no pienso alargar mi lista de arrepentimientos.
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Camelia rosa  🌸

Destroy you [Xiuhan/Lumin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora