Déjame amarte

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Maldita sea.

Ese idiota de Kim Jongdae convenció a Minseok de entregarle la evidencia a las autoridades.

No tienen nada en contra mía, Luhan no es mi nombre real ni Xiao mi verdadero apellido, eso sería estúpido de mi parte. Tampoco pueden rastrear a mis demás clientes ya que no tienen una IP que analizar. El resultado final lo entrego a mis clientes impreso en lugar de por correo por esa precisa razón, soy un profesional, sé como hacer esto y nunca van a atraparme, pero no puedo darles la oportunidad.

Tuve que irme del país.

Ya de eso hacen 2 meses y justo como me lo suponía,  cerraron al poco tiempo la investigación. No tenían pistas de mi paradero ni evidencias de un crimen grave que ameritase un arduo esfuerzo policíaco.

Decidí permanecer oculto un tiempo más por precaución pero me las arreglo para trabajar mientras pasa el tiempo, de algo tengo que vivir y más importante aún - porque de ser sincero, el dinero no es problema - necesito una distracción, algo que no me deje pensar en Minseok,  en sus lágrimas, en todo el daño que le hice y el odio que ahora debe tenerme. ¿Habrá regresado a su viejo empleo?  ¿Habrá conseguido algo mejor? ¿Se reconcilió con su ex? ¿Aún vive en casa del puto de Kim Jongdae?

Siempre me dije a mi mismo que no me arrepiento nunca de terminar un trabajo, aunque no me creo un justiciero,  trato de comerme mi propio cuento al decir que algo malo han de haber hecho todas mis víctimas para merecer que alguien me contrate. Eso me dije a mi mismo cuando terminé con Minseok, que le rompió el corazón a la buena mujer con quien se había casado y por tanto merecía que yo rompiese el suyo.

Pero las cosas no pasaron así.

Entre reflexionar la confesión que me hizo e indagar en su pasado al fin descubrí la verdad detrás de su divorcio.

Un hombre bueno, leal, amoroso pero cobarde y quizá solitario, incapaz de alejar de su lado a aquella persona que tanto amor le profesaba a pesar de no poder nunca corresponder.

¿Egoísta? Como todos, pero no un mal hombre, no el insensible  adúltero que me obligaba a mí mismo a pensar que era.

Pero ya todo está perdido.

Confieso haber soñado con regresar a sus brazos, arrastrarme sin pena de vuelta a sus pies, rogar perdón por haber sido el idiota que no vio que justo enfrente tenía la pura felicidad y se distrajo con deseos y tentaciones pasajeras. Decir que lo lamento mucho, que lo amo aunque antes no lo veía claramente y que me de otra oportunidad.

Pude haberlo hecho. Pero ahora ya no puedo, no ahora que sabe la verdad de mis mentiras, que más que un idiota que no supo apreciarlo y lo traicionó,  soy un empresario independiente que le arruinó la vida por dinero.

Y así nunca va a creerme cuando le confiese la verdad, la que aún no sabe, la que no aparecía en esos reportes y nadie más que yo puede contarle: Que en verdad lo amo.

¿Tiene algún sentido lo que estoy diciendo? ¿lo que pienso luego de lo que hice? ¿Estoy en algún derecho de arrepentirme luego de haber tenido infinidad de oportunidades para retractarme?

No sabría con qué cara pedirle perdón aunque sí se que nunca va a otorgarmelo.

Pero eso no me detiene de intentar.

Me subo al avión de regreso a Corea del Sur cinco meses luego de nuestra despedida con la firme intención de volver a entrar en su vida.

¿Podría ir a la cárcel? 

No, para nada, ya estudié las posibilidades, no será más que una indemnización por daños y perjuicios por lo de la difamación que le hice en el trabajo, eso será todo lo que legalmente pueden hacerme y es un precio que estoy dispuesto a pagar.

Necesito volver, necesito verlo sonreír, oírlo reír, tenerlo en mis brazos.

Soy un desastre de hombre sin él a mi lado y es estúpido lo enamorado que quedé en tan poco tiempo, o quizá fue mucho. Un trozo de cielo más grande de lo que una basura como yo se merece. Tantos besos y caricias, tantas palabras dulces y miradas coquetas, los susurros y las sonrisas a los que nunca tuve derecho. Nunca he de merecerlo pero fueron míos,  todo de él fue mio y muero porque vuelva a serlo.

Mis besos, mis caricias, mis sonrisas, mis gemidos también solo le pertenecen a él.

No soy idiota, traté como pude de olvidar, de conocer a alguien nuevo, de extinguir esa llama con los húmedos besos de otros labios, de distraer mi mente, de satisfacer mi cuerpo.  Pero nadie me llena como lo hacía él.

Podrá ser un miembro más grande,  un trasero más firme, un hoyo más apretado pero nunca se sentirá tan bien.

¿Esto es lo que llaman estar ciego de amor?

Cuando el mundo a tu alrededor es de vibrantes colores pero tus ojos solo registran el opaco gris de un nuevo día sin él. Cuando hay tantas personas tan atractivas, tan dispuestas y me atrevo a decir que incluso más compatibles si llegase a conocerlas pero no son más que masas negras y amorfas en movimiento,  masas que hablan pero ninguna voz es tan dulce; palabras elocuentes a las que no prestas atención; voces monótonas, rostros sin gracia, cuerpos perfectos como de revistas, pero para ti no lo son porque ya conociste la verdadera perfección, ya sabes como de suave se siente al tacto, como de blando es en los costados y la alegre risa que libera cuando los llenas de cosquillas; cuando ya sabes lo firme que es atrás y la sensación de apretarlo con los dedos, de abrazar esa delgada cintura con las piernas y los anchos hombros con los brazos. Cuando el sabor de sus labios es tan único y perdura en tu boca, la sal de ese sudor que se libera en el acto, esa que baja en gotas gordas por su cuello, ese cuello que has lamido, mordido,  succionado;  los ojos gatunos color chocolate que se anclan a los tuyos pero se cierran en extasis en el último segundo, ese segundo de intenso placer que solo él y nadie más puede darte, los gritos embarazosos pero para él tan sensuales que solo la fricción de ese cuerpo y ninguno más logra sacarte.

Luego de haber sido testigo de esa perfección, de lo que significa el paraíso y a qué sabe, nada me complace, nada me distrae, nadie más nunca podrá hacerme feliz.

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Violeta de Parma 🌸

Destroy you [Xiuhan/Lumin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora