El sonido de la lluvia golpeaba con fuerza el ventanal de la sala. Un chico de cabello negro barría los vidrios del suelo con cuidado, mientras, sus lágrimas seguían cayendo al suelo. Sus manos ensangrentadas temblaban alrededor de la escoba y escuchó la voz que tanto temía.
— ¡JongHoon!
Su esposo lo llamó con tono fuerte. Cerró los ojos con fuerza y avanzó hasta el despacho donde siempre se hallaba.
— ¿Pasa algo? — Preguntó con la voz temblorosa, evitando la mirada del contrario.
— Tú y tus preguntas idiotas. ¿Dónde están los malditos papeles que dejé en el escritorio ésta mañana?
El jóven pasó saliva con dificultad y avanzó hasta un cajón que tenía el librero. Sacó de ahí un sobre amarillo y lo puso sobre el escritorio.
Su esposo lo miró cuidadosamente, cómo si estuviera a punto de dar un paso en falso para gritarle otra vez.
— Tengo que terminar de limpiar.Yunho, su marido, lo tomó con fuerza del brazo y posteriormente le giró el rostro a la fuerza.
— Perdón, amor, odio hacerte esto. Pero hay veces en las que me haces enojar y no hay de otra más que… Tú sabes.
JongHoon asintió débilmente y los labios de su esposo se estamparon en su amoratada mejilla. Después de hacer un leve gesto de dolor salió casi corriendo del despacho. Esos ataques de amor y ternura le daban más miedo que los gritos y los golpes.
Se apresuró a recoger los trozos del espejo sobre el que había caído cuando Yunho se le dejó ir a los golpes por no avisarle que iría por algunas cosas que le hacían falta para preparar la comida.
Subió las escaleras hasta su habitación, Se recostó un poco y miró desde su cama cómo las gotas de lluvia caían cada vez menos.
Tenía demasiado trabajo, cuando se casó y vió a Yunho comprar una casa tan grande, creyó que vendría alguien a ayudarlo con los quehaceres, sin embargo en sus dos años de matrimonio, el cuidado del jardín, las tres comidas, limpiar ambos pisos de la casa, lavar y planchar la ropa, se habían convertido en tareas que lo dejaban más que cansado en un sólo día. Junho era un exitoso cirujano, bastante ocupado incluso para tomar en cuenta su opinión.Pero no podía quejarse, tenía casi todo, una casa hermosa, dinero y un esposo.
Claro que… lo mejor que le podía pasar era que Yunho se fuera por largos periodos, así podía tomar un descanso y ver algunas veces la televisión y beber un café con su amigo Heechul.
Él era su mejor amigo y en verdad, le tenía un cariño enorme, pero en un par de veces que lo había intentado defender de Yunho, JongHoon terminaba recibiendo el doble de la desgracia.Escuchó el auto de su esposo irse, entonces supo que ya podía dormir.
*-*-*-*-*-*
— Necesito que me ayudes.
Pidió el de cabellos cobrizos al castaño, quién se trataba de terminar la gran taza de café.
— ¿En qué? — Preguntó serio. Había conocido a Heechul hace sólo un par de meses y éste no había dejado de acosarlo con el mismo tema desde que supo su profesión.
— Estoy muy preocupado por alguien.
Eran las mismas palabras que le decía cita con cita, estaba cansado, así que se propuso llegar a una conclusión con ese tema.
— Te escucho. — Le invitó al cobrizo a que siguiera con sus palabras. Se pasó una mano por el cuello y comenzó a hablar con tono un poco alterado, eso llamó, de repente, la atención de Kyuhyun.
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TRAUMA {Kyusung}
Fanfiction«Recordar... ¿Podría haber peor tortura que esa? Imposible» JongWoon se repetía ello una y otra vez, mientras veía el reflejo de su rostro golpeado en el espejo de la habitación; lugar que una vez fue testigo de los sentimientos más simples y desint...