TRAUMA {Kyusung}

VII ≈ Te necesito

JongHoon se quedó petrificado por un segundo, de repente los nervios se hicieron presentes.
¿Y si lo hacía mal?
Levantó la mirada y se encontró con la de Kyuhyun, llena de deseo. Entonces se sintió impulsado a seguir. Hizo a un lado la ropa interior del castaño para que su miembro quedara expuesto, a su merced.

Lo tomó entre sus manos y dirigió lentamente sus labios hacia la punta. Lo besó y lamió con ternura, sintiendo levemente el sabor de su querido psicologo,
Kyuhyun echó la cabeza hacia atrás cuando se sintió completamente dentro de la boca de JongHoon. Tibio y excitante, subía y bajaba, lamía, besaba y sus pequeñas manos lo acompañaban, a cada acción respondía con un jadeo o gemido. Lo tomó del cabello y lo guío para que diera con el ritmo correcto.

Hace unas semanas no le hubiera cruzado por la cabeza que se vería de esa forma, con uno de sus pacientes entre sus piernas, dándole un placer inimaginable con su lengua, sus labios y algún roce de sus dientes, subiendo y bajando, haciendo círculos...

Un escalofrío lo hizo temblar, arqueó la espalda y JongHoon lo seguía reteniendo entre sus labios y lengua. Sin previo aviso, logró llegar.
JongHoon sintió la esencia de su terapeuta correr por su garganta, subió nuevamente la mirada, Kyu yacía con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, se veía tan bien en esa condición, y el saber que él lo había logrado lo llenaba de una gran alegría.

Se incorporó nuevamente a su asiento y Cho se acomodó la ropa con una sonrisa de lado.

— Definitivamente desperdicias tu vida con ese cretino.

— Ese cretino es mi esposo.— Se giró a ver al castaño.— Un idiota que por lo visto no te supera en nada. — Dijo antes de morder el labio inferior de Kyuhyun y colocar otra vez su mano sobre el miembro contrario.

— Espero que puedas venir a casa los próximos días. — Continuó JongHoon lanzándole una mirada llena de picardía.

— Estaré ahí cuando me lo pidas. — Le contestó Kyuhyun.

El rostro de su paciente se suavizó. Nunca, nadie, le había hecho sentir tan seguro, y aunque eso sólo fuera -tal vez- una aventura fugaz. Se sentía en verdad, muy seguro, deseado por alguien.

— Para eso eres mi “paciente”. — Cho marcó las comillas con sus dedos. Jong lanzó una mirada seductora que lo hizo sacar de toda su voluntad para no arracarle la ropa en ese instante.

— Y tú mi amante. — Soltó con voz segura.

— Aún no sabes que tan bueno soy como amante.— Dijo el castaño, acariciando el cuello contrario y bajando hasta el vientre del moreno.

— Me lo puedo imaginar.— Mencionó con el rostro como tomate.— Llévame a casa.

Kyuhyun condujo hasta donde JongHoon le había indicado.

Antes de que el más bajo saliera del auto, Cho le tomó la mano con ternura, y dejando entre sus dedos un pequeño papelito.

— Este es mi teléfono personal. Llámame cuando necesites algo, y aquí me tendrás.

— Muchas gracias, Kyu. Lo guardaré en donde Yunho no lo encuentre.

— Te veo en la semana.

— Claro.

JongHoon se recargó en la puerta de su casa, miró como el auto de Kyuhyun se alejaba en la calle, sintió su pecho comprimirse.

— No te vayas… No me dejes en este infierno otra vez. Te necesito conmigo. — Sus ojos se llenaron de lágrimas. Caminó hasta la sala y para su sorpresa, Yunho estaba dormido sobre el sofá, la cobija estaba en el suelo. Jong se acercó para tomar la cobija. Sin embargo, la dobló y se dirigió a la escalera.