IV ≈ Citas bajo la lluvia

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— Lo veré el lunes. —Le dijo a Heechul una vez que éste lo había dejado en la puerta de su casa. Su amigo hizo una expresión de sorpresa.

— ¿El lunes? — Preguntó con los ojos como platos.

— Sí. ¿Por qué? — JongHoon se deshizo del cinturon de seguridad.

— Los lunes tengo que estar desde las ocho en el hospital. ¿Recuerdas? — Heechul puso una mano sobre su pecho. Y el pelinegro lo miró con molestia.

— Heechul...— Regañó al cobrizo.— Entonces.

— ¿Te es muy complicado llegar con Cho?

JongHoon recordó cómo había llegado con su amigo y después de mucho tiempo, se sintió capaz de realizar algo

— Bueno... No, supongo que no.— Dijo sonriendo.

— En verdad lo lamento.

— No te preocupes. De una o de otra forma Yunho me matará. — Mencionó antes de salir del auto de Hee.

— No digas eso. — Lo regañó su amigo.

— Te veré luego. — Se despidió sin hacer caso a su amigo.

*-*-*-*-*-*

Tres con catorce de la madrugada, y ni una señal de Yunho.

En cualquier otro caso pensaría en tener una leve esperanza de que no volviera a aparecer, sin embargo, se sentía preocupado, no a tal grado del que hubiese estado hace un año, cuando tenían tan poco de casados.

Cuando aún sus besos no lastimaban, ni sus manos dolían... Del acto conyugal no se tenía nada que recordar. Desde la primera vez que estuvieron juntos, justamente después de la boda, Yunho se había ido decepcionado de su manera de ser en la cama, alegando que había estado con mejores chicos.

Y así fue, noche tras noche, hasta que un día, simplemente Yunho lo tomó a la fuerza, lastimándolo física y emocionalmente. Desde entonces no lo había vuelto a tocar de otra forma que no fuese para golpearlo o darle uno que otro beso, lleno de simplicidad y desamor.

Ya no había amor. Era más que obvio, pero JongHoon se aferraba a él, tenía tanto miedo a la soledad que soportaba mucho más de lo que una persona podía aguantar.

De repente estaba en el balcón de la habitación, mirando como una nube cubría la luz de la luna, para dejarlo todo en la oscuridad. Sus lágrimas descendieron cuando recordó esa sesión con el psicólogo. Le había caído bien recordar y hablar sobre toda la basura por la que había pasado.

La sonrisa y los ojos castaños del terapeuta le atravesaron la mente. Era lindo. O simplemente lo encontraba atractivo por ser el único que lo había escuchado y tratado mejor que porquería en los últimos dos años.
Debía ser eso.

Incluso Heechul lo llegaba a hartar con regaños obvios y repetitivos.
JongHoon se dirigió hasta su cama para poder dormir. 

*-*-*-*-*-*

Los días siguientes, había estado sólo, la única compañía que tenía ahora era la de Heechul durante las tardes, por momentos escasos, la del doctor Cho.
Con Heechul, era para beber té, para platicar de una buena experiencia como universitarios, y para recordar al doctor Cho en sus últimas sesiones tratando todo sobre el comportamiento de su esposo mientras que cierto pelinegro ponía más atención de la necesaria en el atractivo de Kyuhyun. Eran reuniones que disfrutaba por momentos, antes de que Yunho se limitará a llamar para decir que estaba con Shindong con pacientes importantes y qué tal vez no dormiria en casa.

TRAUMA {Kyusung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora