XII ≈ Advertencia

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El ambiente estaba más que sólo tenso. Kyuhyun decidió quedarse en una de las bancas que tenía JongHoon en su jardín. Las manos le temblaban y no podía concentrarse en su juego de carreras en el móvil.
Cerró los ojos y recargó la cabeza en el respaldo de la banca. Sólo le quedaba esperar.

Dentro de la casa, Changmin sintió la mirada pesada de JongHoon sobre él. Y lo entendía. Lo entendía perfectamente.

— ¿Y desde cuándo estás con Yunho? — Le pregunto a secas, su voz hizo que el más joven se quedara estático.

— Diez meses. — Contestó con un hilo de voz, Yesung rió de forma amarga. Diez meses, casi un año, un año de dos que desperdició a su lado.

— ¿A qué vienes Changmin? Mi esposo está Japón.

— Eso lo sé. Pero… No me malinterprete, yo no vine aquí para buscar a Yunho, y mucho menos a hablar de él.

JongHoon frunció el ceño y se acomodó en el sillón frente al chico. Se veía muy menor, alto de cabellos castaños y ojos enrojecidos que lo hacían ver débil. Definitivamente el chico había estado llorando.

— ¿Entonces?

— Mire, Señor Kim. Yo no soy un santo y por lo que noté cuando llegue aquí, usted tampoco lo es. — La afirmación del tal Changmin lo hizo voltear a otro lado. Era directo en ese aspecto.

— ¿A dónde quieres llegar?

— El doctor Cho es su amante.

Las mejillas del pelinegro se tiñeron de un carmín intenso, sintió un golpe en el estómago cuando lo escuchó.

— No se moleste, no estoy aquí para juzgarlo, ni siquiera podría hacerlo después de enterarme hace poco que Yunho estaba casado.

La voz de Changmin le devolvió el alma al cuerpo. Creyó por un momento que correría a contárselo todo a su esposo, y entonces tendría que hacer planes pero para su funeral.

— ¿Y estás aquí para comprobarlo, o qué?

— No, Claro que no. Estoy aquí para advertir de la clase de persona que es su esposo.

JongHoon volvió a fruncir el entrecejo, ¿éste niño advirtiéndole? Por favor.

— ¿Qué advertencia?

— Usted disculpe, pero, en cuanto Yunho puso por primera vez una mano sobre mi, prometí no volver a caer, pero ya sabe que clase de hombre es. — El chico bajó la mirada, apenado.— El que llega con palabrerías y uno cae. Pues, cuando me cansé, conocí a alguien más y me comprometí. Sin embargo…

La voz de Changmin se había convertido en un tono chillón y tembloroso. Cómo si tuviera miedo de admitir algo. Eso preocupó mucho al de cabellos negros que lo veía con atención.

— ¿Qué pasó?

— Me da, un poco de pena que me vea así. Pero tengo razones para decir que su… su esposo.

— Te escucho. — Lo impulsó para que siguiera hablando. Las lágrimas del chico salieron de repente.

— Creo que Yunho desapareció a mi prometido. — Soltó, entre un sollozo y luego se intentó limpiar la cara con las mangas de su suéter naranja.

— ¿Qué dices?

JongHoon sintió que el aire se desvanecía, no podía respirar. Yunho era un hijo de perra, pero no creyó que era capaz de algo tan… Bajo.

O tal vez sí.
Golpeó a su propio hermano al punto de enviarlo al hospital.
¿De qué no sería capaz con alguien que ni siquiera conoce?

— Fue muy obvio, me preguntó dónde lo podía encontrar y cuando lo conté todo, simplemente mi prometido nunca apareció y a mí me mandó al hospital después de una golpiza.

TRAUMA {Kyusung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora