X ≈ Te quiero...

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Kyuhyun pensó que ese argumento sería su carta de muerte. Estaba sintiendo cosas por Jong, y él sólo se quedaba en casa para recibir gritos y golpes.

Necesitaba aclarar dudas. No podía ser posible que JongHoon fuera tan idiota.
Bueno, seguía ahí después  de dos años de matrimonio, probablemente muy en su interior le gustaba ese maltrato. Y eso, ya lo hacía un idiota.

JongHoon cerró detrás de él la puerta del consultorio y se lanzó a abrazarlo con fuerza.

— Te extrañe mucho, Kyu. — Repartió besos por todo su rostro. Lo abrazó por la cintura y lo miró fijamente, a esos ojos tan oscuros que expresaban felicidad y no tristeza como semanas atrás.

— Y yo a ti.

Jong escondió la cabeza entre el cuello de Kyu, aspirando su aroma y repartiendo algunos pequeños besitos. Kyu tenía el rostro enrojecido.

— Tengo noticias fantásticas. — Le susurró con sensualidad. Los pantalones de Kyuhyun estaban comenzando a apretar. Demasiado.

— ¿En serio? ¿Cuales? — Cuestionó con la voz entrecortada. JongHoon sabía cómo encenderlo y después de haber probado su cuerpo, dudaba durar mucho sin lanzarse contra él en el sofá rojo que tanto le gustaba.

— Yunho no estará en casa.

Separó a Yesung de su cuerpo para verlo con una enorme sonrisa.

— ¿Qué?

Jong le dedicó una sonrisa pícara y se sentó en la silla dónde siempre estaba Kyuhyun.

— Yunho se fue a Japón esta mañana y volverá hasta la próxima semana. Tenemos una semana entera.

— Y supongo que querrás estár en cama todo el día. — Dijo el castaño acercándose hasta Jong, su abdomen pegaba con su rostro.

El contrario no perdió la oportunidad de levantar de apoco su camisa.

— La idea de tenerte en mi cama es tentadora, pero… pensaba en que podríamos ir a algún lugar, ya sabes, visitar un museo, ir a comer, cosas que no se limiten al sexo solamente. — Mencionó repartiendo una tira de besos por el abdomen del psicólogo, quién había echado hacia atrás la cabeza, creyendo no soportar más de esa dulce tortura.

— Sólo quiero que estés conmigo. — Lo abrazó por la cintura y se dejó caer de rodillas frente a él.

— Me encantaría JongHoon. — Kyu acarició su cabello.

— Genial. ¿Me preguntarás algo en específico el día de hoy? — Preguntó el pelinegro mientras desabotonaba los pantalones contrarios.

— Te dejaré contarme todo lo que quieras. — Habló el terapeuta con la voz temblorosa mirándolo fijamente.

— Todo lo que… ¿Quiera?

— Ajá. — Gimió Kyu cuando el pelinegro bajó su pantalón junto con la ropa interior. Y posteriormente dirigir sus boca a dicha parte de su cuerpo.

*-*-*-*-*

— ¿Quieres algo más, Yeye? — Le preguntó Kyu cuando ya se estaba terminando su capuccino y su rebanada de pastel.

— No, así estoy bien. No quiero ponerme tan gordito. — JongHoon sonreía, ampliamente, reía cómo si nada y platicaba abiertamente.

Kim amaba cada día más ese lado suyo, independiente y feliz, nunca se había sentido así con el monstruo de su marido. Kyuhyun era fresco, divertido, cariñoso y muy sexy.

— Te verías lindo. — Yesung estuvo a punto de responder, pero un mesero, alto y de cabello oscuro se puso a su lado, con una radiante sonrisa.

TRAUMA {Kyusung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora