Dime lo que sientes

Parte VII

Narra Amy

Uf, me duele la cabeza una barbaridad. Me cuesta mucho abrir los ojos, diría que ni puedo.

Alguien me está acariciando las púas, parece que está llorando. Agh maldita sea, me va a explotar la cabeza en cualquier momento.

Narra autora

Amy: ¿Fiona?

Fiona: Amy, que alegría que despiertes (para de sollozar).

Amy: ¿Qué te pasó? Estás toda sucia y manchada de sangre.

Fiona: Fue Scourge, se volvió loco.

Amy: No entiendo, hasta donde yo sé vosotros estabais juntos. Aunque no llevabais precisamente una buena vida.

Fiona: Te contaré todo, vayamos a esa mesa de allí.

Amy: Bien (ambas se sientan).

Fiona: Al principio nos lo pasábamos muy bien, íbamos a todos lados juntos. Bailar, dormir, beber, viajar, era nuestro día a día, hasta aquella noche de viernes. Habíamos ido a una discoteca no muy lejos de la casa en la que vivíamos. Eran las cinco de la mañana, estábamos sentados tomando algo con unos amigos y se nos acercó un chico de veinti-tantos, nos ofreció unas pastillas. Decía que aguantaríamos todo el fin de semana despiertos y no nos dolería nada. Tenía razón, aquel día desperté un lunes por la noche después de estar todo el fin de semana despierta, y lo recordaba todo.
Así pasaron tres meses. Un día por la mañana me miré al espejo, tenía el cuerpo de un cadáver, toda la piel pegada a los huesos, era desagradable de ver. Esa droga provocaba en mi la pérdida de apetito, apenas comía una vez al día o ni eso. Me asusté y ese fin de semana no salí.

Amy: Pero a Scourge no se le ve más delgado.

Fiona: Eso es porque las pastillas no provocan lo mismo en todas la personas, en él provocan agresividad y le dan fuerza, mucha fuerza. De tanto tomarlas empezó a volverse loco, habla con su reflejo como si fuese otra persona.
Recuerdo el día que le dije que ya no quería estar con él.

Amy: ¿Y eso?

Fiona: Me obligaba a seguir drogándome. Hice lo que cualquier persona habría hecho: terminar la relación, pero no reaccionó como esperaba. Me pegó un puñetazo muy fuerte, me rompió la mandíbula y caí inconsciente. Desperté en este lugar. Cada vez que he intentado escapar... No quiero... (suspira). Él me hizo esto entre otras cosas (se señala la cola). Ya no puedo ni moverla.
Prefiero no seguir hablando...

Amy: Está bien Fiona, lo entiendo. Pero tiene que haber una manera de salir.

Fiona: Siempre hay alguien o más bien algo que me impide salir de aquí.

Amy: ¿Algo?

Fiona: No tengo idea de que podría ser o es que tal vez me estoy volviendo loca como Scourge.

Amy: No te preocupes, saldremos de aquí y muy cuerdas.

Fiona: Muchas gracias Amy (la abraza), siento haberte tratado mal en tantas ocasiones.

Amy: Está todo olvidado (se separa y mira hacia arriba). Sabes, creo que ya sé como podemos escapar de éste lugar (sonríe).

Fiona: ¿Enserio?

Amy: Sí. ¿Puedes moverte bien?

Fiona: Creo que sí.

Amy: Genial. Subiremos por los conductos de ventilación (sube el brazo) y de allí al exterior, serás libre y Tails curará tus heridas.

Fiona: Suena... Agradable (sonríe).

Amy: Bien, ayúdame a mover la mesa.

El plan estaba listo, nada podía salir mal, en teoría.

Amy ayudo a subir a Fiona y juntas gatearon buscando una salida.

Nunca la encontraron. Algo pasó en aquel lugar.

Amy despertó junto con Fiona en la antigua celda donde estuvo hace poco.

Amy: ¡Fiona! ¡¿Qué te han hecho?!

Le dije que no me desobedeciera o lo pagaría muy caro (dijo el culpable).

Amy: ¡Eres un maldito Scourge! ¡Tiene agujeros alrededor de la boca!

Scourge: Eso es por desobedecerme. Le dije que si me volvía a llamar loco o a intentar escaparse le cosería la boca. Pero también es divertido dejarla así (ríe).

Amy: Estás mal de la cabeza.

Scourge: Estoy vivo querida (la mira serio), y no te atrevas a escapar, o sufrirás igual que ella (se gira saliendo de la sala).

Amy: (Grita) Vete a la mierda.

Narra Amy

Le he gritado, ha sido un impulso.

¿Cómo le ha podido hacer una cosa tan horrible a Fiona? ¡Fiona! Me olvidaba de ella.

Me acerco donde ella está, la boca le sangra. La muevo.

Fiona, Fiona, reacciona (no contesta). Despierta por favor (sigue sin moverse). Tienes que estar bien, dime algo.

Fiona: Algo (hace una mueca de dolor).

Gracias a Chaos que estás bien (la abrazo).

Fiona: ¡Auch! Perdona Amy pero me duele la boca y no sé de que (separa el abrazo y ve que alrededor de sus labios hay sangre).

Scourge quería hacerte una cosa horrible (le ofrezco un pañuelo), pero por suerte cambió de idea.

Fiona: (Acepta el pañuelo y lo pone en sus heridas). Intentó coserme la boca ¿verdad?

Sí, pero como ya te dije cambió de idea. ¿Intentó hacerlo más veces?

Fiona: No, nunca lo intentó. Me amenazaba a menudo con hacerlo, pero nunca se lo propuso.

Ha llegado a su límite, es capaz de hacer cualquier cosa (me muerdo las uñas. Es una manía que siempre aparece cuando estoy nerviosa, muy nerviosa). Aún así tenemos que seguir intentando escapar de aquí.

Fiona: Ya lo hemos intentado Amy. Tú misma has comprobado que no se puede escapar de aquí.

Mmm… (Pongo mi mano en la cabeza). Escapar por ahora quizás no, pero si averiguar lo que nos retiene aquí.
Ven, sígueme.

Narra Sonic

Así que la última persona que supo de Scourge es Eggman. ¿Enserio hay que volver otra vez a su base? *No sé porque pero siento que Eggman no tiene nada que ver en este asunto, que raro.
Ir a su base será una perdida de tiempo. Deberíamos investigar a ese tal Arion, no me fío de él*.

Shadow: Veo que tienes muchas ganas de encontrar a Rose eh faker.

Las mismas ganas que tu emo. *Maldito sea, siempre tiene que irritarme*.

Shadow: Sí, ya lo veo (sarcástico).

Solo creo que ir a la base de Eggman es una perdida de tiempo. Sería mejor investigar al tal Arion ese, después de todo está con Amy todo el día, deberíamos ir a por él ahora.

Shadow: Vaya escena de celos faker. ¿Te la has preparado o es improvisada?

*Al final le pego*. Que gracioso. ¿Has pensado en ser humorista?

Knuckles: Parecen niños.

Tails: Sí.

Knuckles: Si Rouge estuviese aquí ahora estarían en el suelo arrepentidos.

Tails: Pues sí, Rouge es así.

Silver: Oye, no sé vosotros pero yo voy a la base de Eggman a interrogarle, haced lo que queráis.

Shadow: El cabeza marihuana tiene razón, no vamos a estar aquí todo el día.

Silver: No soy cabeza de marihuana (abre la puerta).

Sí sí, lo que tu digas Silv (cierro con llave).