Prólogo

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Hace dos meses...

La música suena alto a mi alrededor, veo como un par de chicos se acercan a mí e intentan bailar muy pegados pensando que estoy lo suficientemente borracha pero no lo estoy, así que me alejo de sus molestos toques aún divertida. Miro hacia el frente y veo a mi hermano tocando la guitarra y a mi mejor amiga pasándola en grande.

Hace mucho que no la veía así de feliz. Esto era lo que necesitaba.

-¿Quieres algo más de tomar?

Le digo por novena vez, notando como ella asiente rápidamente.

-Vale... iré a buscar más cervezas.

Me alejo de la pista de baile con una sonrisa en la cara. A pesar de tener los pies cansados y encontrarme sudada sigo teniendo mucha energía y pienso explotarla toda.

-Oye... chico del bar.

El muchacho apuesto que se encuentra detrás de la barra me mira molesto, se que le debo de tener harto por la cantidad de veces que ya he venido, pero me da igual. Su mirada de ojos cafés me escudriñan de arriba abajo con reprobación y me ignora tomando el pedido de alguien más.

Ay que ver...

-Eh... te estoy hablando.

El chico da la vuelta a sus amplios hombros, decide volver a pasar de mi, pero levanto mi cuerpo por la barra y tomó su brazo con mi mano para evitarlo.

-Chico de la barra...

-Es Nathan.

Me dice con fastidio.

Dejo caer mi mano sorprendida para luego echarme a reír.

-¿Que es tan gracioso rubia?

-Es que... es que... eres el chico de la barra y te enojas por como te llamo.

Digo entre risas sosteniendo mi estómago con gracia, a lo que el solo vuelve a obsérvame molesto.

-Aléjate, ya tomaste demasiado.

Su voz demandante hace que mis cejas se junten, recordándome la razón por la que hemos discutido más temprano cuando Colton y yo hemos llegado tarde por culpa del tráfico y el ha querido rebajarle la paga a la banda de manera injusta; Como si fuera nuestra culpa que en la salida de la ciudad hubiese ocurrido un choque.

¿Y este quien se cree que es?

Pregunto en mi cabeza ahora tan cabreada como él.

Faltaba más.

-Creo que ya estoy lo suficientemente grandecita para saber cuando parar de tomar.

-Y yo creo que no me importa lo que digas, no te daré una cerveza más.

Me quedo desafiándolo con la mirada por unos largos segundos hasta que tengo que romper el contacto al darme cuenta de que no voy a poder intimidarlo.

Desde que pise el bar musculotes andante se la ha pasado llevándome la contraria como si ese fuera un nuevo deporte.

-Vale...

Digo yéndome lejos y acercándome a una de las mesas que se encuentran ocupadas por chicos de la escuela. Saludo a algunos conocidos y tras un par de sonrisas logro que me den una botella de tequila y un vaso. Desde donde me encuentro levanto mi nueva adquisición y la ondeo en el aire como si de una bandera ganadora se tratara, sabiendo que ese tal Nathan aún me está observando desde su lugar. Sonrío como boba y me echo en la boca un enorme trago desde la misma botella, para luego guiñarle el ojo y perderme entre la gente.

Protegiendo a Claudia (CCA #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora