La guerrera parte I

104 10 3
                                    

-Claudia... claudia...

La dulce voz de mi mejor amiga hace que abra los ojos de golpe para encontrarme con su mirada preocupada. Por unos largos segundos no se donde estoy o qué hago, hasta que caigo en cuenta de que me encuentro en el apartamento de Alto Manhattan, esperando respuestas de mi hermano secuestrando.

-¡Al fin has despertado!

Dice Keyla, con tanta emoción que me hace sonreír.

-¿Que ocurrió?

Pregunto dudosa cuando veo mi cambio de ropa y el desastre en mi cuarto.

-Te desmayaste, estabas ardiendo en fiebre y cómo no despertabas llamamos al médico. Hemos pasado la noche en vela esperando a respondieras ¡Tremendo susto nos has dado pija!

Lanzo mi cabeza hacia atrás haciendo que esta choque con la almohada – Siento que todo el cuerpo me duele como si hubiese estado corriendo un mataraton – pongo mis manos en mi cabeza y suspiro lentamente al mismo tiempo que empiezo a pensar en todo lo que ha ocurrido en estos días.

-Lo siento...

Digo muy bajo, como si en verdad no quisiera que me escucharan.

-Tranquila, no es como si hubieses querido perder la conciencia y tenernos en ascuas.

-No lo digo por eso, sino por lo de ayer. Lamento haber sido tan dura.

-Ni siquiera había pensado en eso Clau.

Dice ella tomando mi mano.

-Esa capacidad de perdonar que tienes me preocupa mucho.

Sofia me sonríe y al momento en que me voy a dirigirme de nuevo a ella la puerta se abre y dejando ver a un Nathan descolocado.

-Escuche voces.

Es lo único que dice.

-Se acaba de despertar.

Responde Sofi a modo de disculpas. Nathan asiente con la cabeza, se acerca a mi cama del lado en que mi amiga no está y pone su enorme mano sobre mi frente.

-Ya no tiene fiebre.

Me quedo observando su rostro, se ve cansado, su barba está crecida y pelo despeinado. Es la primera vez que lo veo en ese estado. La mayor parte del tiempo parece un soldado listo para entrenamiento.

-¿Como te sientes?

-Bien...

Siento como mis mejillas se sonrojan y como forma de evitar sus profundos ojos marrones volteo los ojos hacia Keyla que me mira a modo de guasa.

-Debería de llamar al doctor para decirle que te despertaste. Así vemos que sale en las muestras que te tomo mientras estabas mal ayer.

-Vale...

Responde Nathan, a lo que yo no digo nada y solo la veo salir de la habitación, volteo hacia el moreno y justo cuando estoy a punto de decir algo sus labios cubren los míos de forma ansiosa. Le sigo el paso lo mejor que puedo hasta que ambos nos quedamos sin aliento, yo más por la sorpresa que por el beso.

-Podría tener tuberculosis y tú andas besándome.

-No me importa. Estoy feliz de que estes bien.

Pongo mi mano en su rostro y por primera vez siento su piel. Mis dedos pasan por su mejilla y mi frente se posa en la suya. Mi corazón se encuentra tan acelerado que podría salir corriendo de mi pecho y yo no lo alcanzaría.

-Las horas más largas.

Sonrió por su expresión y pongo mi cabeza en su hombro.

-¿Ha pasado algo mientras estaba en cama?

Protegiendo a Claudia (CCA #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora