Asesinos

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-¿Alguna vez sentiste que alguien te vigilaba?

Nathan voltea ligeramente sin dejar de limpiar la barra con su paño blanco.

¿A caso es una ley que todos los bartenders se la pasen moviendo sus manos aunque ya este organizada su área de trabajo?

-No...

Dice, para poner el paño en su hombro y comenzar a hacer un cóctel que Ronaldo, el hombre mayor que siempre está aquí, no importa la hora que vengas, le había pedido hace cinco minutos.

-Pues yo si... el otro día salí de hacer compras y tuve la extraña sensación de que alguien estaba detrás mío, me dieron escalofríos.

-Que bien...

Responde él con desinterés.

-¿Me das una cerveza?

-No...

Suspiro dramáticamente, a lo que el termina de mover el shaker que tiene en manos y deja el trago de Rolando frente a el.

-Vale... déjame morir de sed.

-¿Si te doy algo de tomar te callaras por un rato?

Sonrío sin decir nada y hago una señal de pico cerrado; Nathan solo deja sus ojos en blanco y va hasta una nevera.

Al menos hoy logre que me dijera una oración completa.

He estado viniendo aquí desde principios de vacaciones y no he conseguido que el señor musculotes me diga nada. Francamente comienzo a desesperarme, las clases en la universidad empiezan la semana que viene y ya no podré venir tan a menudo, lo cual significa que mi táctica de desesperación no habrá dado resultado y que el se saldrá con la suya no diciéndome lo que quiero saber.

-Aquí tienes.

Pone una piñacolada en frente mío, sonrío haciendo honor a mi reciente promesa y me dispongo a tomar en completo silencio.

-¿Pero que coños es esto?

Digo con desagrado mientras Nathan me mira con picardía.

-Una piñacolada rubia.

-No tiene alcohol.

Señalo el vaso con reproche y lo miro con indignación.

-Ah... lo siento, ahora mismo le pondré algo.

Dejó que se lleve el vaso, pero antes de dejarle caer algo de licor a la bebida destapada que tiene en frente levanta la cabeza y vuelve a sonreírme.

-Casi lo olvido, ¿me muestras tu ID?

Le devuelvo la sonrisa y saco de mi cartera un ID falso que tengo desde los diez y seis años.

Este hombre en serio que no sabe con quién está tratando.

Nathan toma el plástico en sus dedos y tras darle un buen vistazo me lo devuelve y pone la bebida en frente de mi sin agregarle absolutamente nada más.

-Es falsa...

Dice para volver a su labor.

-No, no lo es...

Protegiendo a Claudia (CCA #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora