Subo en el ascensor con Nathan a mi lado. Desde que hemos salido del campus no he hablado, no tengo ganas. Es como si hubiese estado corriendo kilómetros y eso me hubiese dejado molida.-¿Estas bien?
Asiento con la cabeza al mismo tiempo que saco las llaves del bolso para entrar al apartamento, Nathan se mantiene al lado mío con expresión seria, luce preocupado.
-Oye... ¿quieres hablar conmigo? Te aseguro que no contaré nada a nadie. Igual tú madre me hizo firmar un contrato confidencialidad.
Dejo de mover mis manos y lo miro atentamente.
"No puedo creer que Amanda haya hecho eso"
-¿Lo dices en serio?
-Pues... si.
Aprieto mis labios molesta. Odio cuando hace cosas sin avisarme.
-Claudia, mi misión es estar a tu lado todo el tiempo para cuidarte, era lo más lógico. Yo podría ser un oportunista que quiere sacar información de tu familia para venderla a la prensa.
-Se que jamas harías eso.
Me quedo mirando los ojos color chocolates de Nathan que de un momento a otro se han vuelto más cálidos que de costumbre hasta que la puerta del apartamento se abre e interrumpe nuestro contacto.
-Oh... permiso.
Dice una joven rubia y esbelta que lleva un vestido que a penas le tapa el trasero. Me quedo con la boca abierta observando la imagen de la chica que se dirige al ascensor del edificio y la cierro comprendiendo que es lo que está pasando aquí.
Colton ha vuelto.
Con la inmensa ira que había estado conteniendo hasta ahora entro a la casa y miro el lugar donde se supone que deben de estar las maletas de mi hermano, notando que se encuentran tiradas en el suelo. Me lleno aún más de rabia imaginándolo con su arrebato de pasión llevándoselas por el medio y aprieto mi mano en puños –Es un desconsiderado, egoísta de mierda – Lo estuve llamando hace un rato y no podía contestar su móvil, no porque estuviera ocupado en clases, sino porque estaba tirandose a la rubia de piernas largas.
"Pero me va a oír"
Muevo mis pies por el apartamento, atravieso el pasillo y entro a la habitación que supuse que había escogido, aquella que se encuentra frente a la de Nathan, tomo mi cabeza con desesperación y me quejo mentalmente de que se haya quedado con una cercana a la mía. Ya me imagino mis hermosas noches de insomnio rogando porque mi hermano sea eyaculador precoz y termine su carrera rápido para no aguantarme los sonoros gritos de su compañera de esa noche.
-¡Colton!
Grito molesta al mismo tiempo que abro la puerta; apenas le doy tiempo a mi hermano de tapar su cuerpo con una de sus sábanas.
No siquiera me molesto en quitar la vista cuando lo veo.
-Pero, ¿Que haces?
Pregunta con ojos de loco, a lo que yo lo observo aún con mi mano en el pomo, apretando muy fuerte para clamar mi molestia.
-¿Por que no contestabas mis llamas?
Se porque no lo hacía, pero aún así decido cuestionarlo. Quiero que las palabras salgan de su boca.
-¿No es obvio donde estaba?
Dice mientras hace malabares con su pierna y alcanza sus calzoncillos. Su rostros desinteresado hace que el enfado merme un poco y que sienta una enorme tristeza recorrer mi cuerpo.
"Le importa muy poco lo que esté pasando conmigo"
Doy la vuelta y estoy a punto de cerrar la puerta cuando veo a Colton levantarse de su corchon con intenciones de llegar hasta su baño.
-¿Necesitabas algo?
Pregunta, casi cruzando la puerta donde seguramente se irá a dar una ducha.
-Si, que dejes de traer mujeres a mí hogar.
-Nuestra hogar.
-Tu no tienes derecho a llamar este apartamento como algo tan propio e íntimo. Desde el momento en que hemos llegado te fuiste y no volviste durante tres días.
-Pero ya estoy aquí.
-¡No me importa! No traerás a cualquier mujerzuela al piso, si quieres tirartelas será en otra parte, no aquí, mucho menos bajo mis narices.
-¿Que diablos te pasa?
-¿De verdad quieres saberlo o solo me preguntas porque no quieres que interfiera en tu diversión?
Los ojos azules de Colton pierden el enojo que hace un momento mostraban y me miran con arrepentimiento, viene hasta a mi, pero cuando está cerca salgo de la habitación quedándome en el pasillo.
-¿Ha ocurrido algo, Claudia?
-No.
Digo llegando a mi recámara, abro la puerta y me dispongo a entrar ya cansada de esta situación.
-Claudia...
-¡Te necesitaba! Prometiste que estarías ahí cuando sintiera que el mundo se me iba a ir en mil pedazos de nuevo y me fallaste.
Colton se queda observándome con tal sufrimiento que hasta siento pena por lo que he dicho, pero aún así no me retracto:
-Estoy cansada, harta de que me eches a un lado desde que paso lo de Keyla. Quería que estuvieras ahí conmigo, que me protegieras y me abrazaras, que me dijeras que todo estaría bien, pero no fue así, porque fue más fácil para ti ignorar mi llamada y seguir ligando con esa rubia.
-Claudia... lo siento mucho.
Elevo la mano y la pongo cerca de su rostro. Estoy molesta... triste y sobre todo agotada de su comportamiento.
-Solo quiero que mi hermano vuelva, porque de verdad lo necesito.
Unas cuantas lágrimas recorren mi mejilla, las limpio con el dorso de mi mano y entro a la habitación dejando a Colton fuera. Camino hasta la cama quitando mis zapatos y abrigo – Si hace un rato había sentido que mi cuerpo había corriendo por horas ahora siento que se ha lanzado de un edificio de diez plantas – Me acuesto de lado en mi cama y cierro los ojos, a punto de hacerme un nudo en posición fetal, pero antes de que eso ocurra la puerta de mi habitación se abre.
Tomo una almohada y la coloco en mi cabeza tratando de evitar que la persona que acaba de entrar me vea.
-Véte Colton...
Mis palabras apenas se entienden por la amortiguación de la almohada sobre mi boca, espero a que mi invitado no deseado se vaya, pero en lugar de eso siento unos fuertes brazos atraerme desde la espalda que me envuelven de manera protectora.
-Vete...
Vuelvo a decir, al mismo tiempo que un sollozo emerge de mis labios.
-No...
Dice la voz, haciéndome entender que no se trata de Colton, si no de Nathan. Al principio siento como mi cuerpo se pone rígido, pero después de un rato, tras darme cuenta de que en verdad necesitaba la cercanía de alguien tomo su mano que se encuentra descansando sobre mi estomago y la aprieto, nuestros dedos se encuentran enlazados y su respiración choca en mi cuello enviando una sensación de paz a todo mi cuerpo.
-Yo te sostengo.
Dice nuevamente, muy bajo en mi oido y con eso cierro mis ojos, sabiendo que podría quedarme profundamente dormida y que Nathan cuidara de mi.
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Protegiendo a Claudia (CCA #2)
RomansaClaudia Lewis es una chica auténtica que la mayor parte del tiempo se ha caracterizado por disfrutar de lo que hace y por no dejar que nadie la detenga, sin embargo una montaña de sucesos que han estado ocurriendo en su vida harán que se cuestione a...