En otro momento le hubiese saltado encima, pero tomando en cuenta que las circunstancias no son adecuadas me limito a quitar mi vista y simplemente tocar el timbre unas tres veces.
-¿Es que acaso nadie puede atender?
Escucho decir a mi padre cuando abre la puerta.
-Hola papá.
-Claudia...
Responde como un zombie.
-¿Donde está mamá?
Digo entrando sin permiso alguno al apartamento donde busco en cada pequeño rincón.
-Ella está con los detectives esperando noticias.
-¿Y tú por qué no estás con ellos?
Me quedo unos segundos observándolo sin expresión, hasta que él pone sus manos en sus bolsillos. No parece preocupado y se encuentra tan inmaculado como de costumbre, pareciera un tercero en esta situación.
-Tenía que hacer algunas llamadas.
-Por supuesto.
Digo retirándome de su frente dispuesta a salir de ese lugar. Siento como Nathan y mi padre siguen mis pasos.
-Claudia...
-Ahórratelo... no espero mas de ti.
Me detengo y volteo ligeramente para mirar al moreno que ha entrado conmigo y se ha mantenido en silencio.
-¿Nathan? ¿Sabes desde cuando no veo a mi padre? – no espero su respuesta y continuo hablando – meses antes de mi graduación. Por cierto, muchas gracias por el cheque Ricardo. Te aseguro que cubrió muy bien tu ausencia como de costumbre.
-Lamento no haber podido asistir osita.
-No me llames así.
-Tenía algunos asuntos...
-¿Ah si? ¿Como se llama el asunto? Porque la última tenía un nombre muy extraño, piernas largas y era española.
-¿Crees que es momento de reclamos?
-¿Y tú? ¿Crees que es el momento de de llamar a tus socios para hacer negocios cuando te han enviado uno de los malditos dedos de tu hijo secuestrado?
Mi padre se queda en silencio y sin más que decir me precipito por el pasillo donde Nathan me muestra la puerta en la que se encuentran los investigadores trabajando, la toco y cuando estoy dentro busco a mi madre con desesperación, quien se encuentra sentada en una silla con un café en mano y la vista fija en su móvil.
-¿Mamá?
Mi llamado llama su atención, se levanta y llega hasta mi con ojos cansados.
-¿Que haces fuera de la cama?
Sus manos peinan mi pelo evitando mi vista, ella sabe que sé leerla y prefiere fingir que todo está bien.
-Estoy bien... ¿quiero saber lo que está pasando?
-Cariño, no creo que sea conveniente.
-Se que los secuestradores llamaron Amanda, ¿cuánto dinero pidieron?
-¿Como?... – mi madre detiene sus palabras y mira Nathan con rostro enfadado, me doy cuenta y tomo su brazo para redirigir su atención – Vuelve a tu apartamento.
-No, por favor.
-No voy a arriesgarme a que algo te pase.
-Estoy bien.
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Protegiendo a Claudia (CCA #2)
Storie d'amoreClaudia Lewis es una chica auténtica que la mayor parte del tiempo se ha caracterizado por disfrutar de lo que hace y por no dejar que nadie la detenga, sin embargo una montaña de sucesos que han estado ocurriendo en su vida harán que se cuestione a...