Tú amor, me lastima... (SouxMako)

Capítulo 8. "Sorpresas".

─Tú, ¿Qué haces aquí? -preguntó el pelioscuro, al ver aquel sujeto frente suyo.

─Yo... Sousuke... -no podía hablar el pelinegro ante la inesperada aparición del nombrado, luego de tanto tiempo.

─Nanase, habla. -como siempre era tosco y serio ante aquel que era el mejor amigo de su pareja.

Haruka solo suspiro y termino de ordenar aquellas cosas en la alacena.
Miró fijamente a Sou que parecía no cambiar aquella mirada asesina.

─Bueno, después de tanto tiempo creo que seria mejor un hola. ¿No lo crees? -dijo un inexpresivo Haru.

─No digas tonterías, sabes que no tengo tanta paciencia. Ahora, habla. -el pelioscuro no estaba seguro de que hacia aquel sujeto allí, pero algo bueno de seguro no era.

Haruka sonrió con esa típica mirada ausente y se acercó al molesto Sousuke.

─Si frunces tanto el ceño, tendrás unas arrugas muy ceñidas. ¿Sabias? -hablo mientras hacía desaparecer aquel molesto ceño fruncido.

Sousuke apartó la mano del pelinegro y suspiro con pesadez. Haru sonrió y se dirigió a la cocina en busca del té que había preparado hacía unos minutos.

─Siéntate, te serviré un poco. -señaló hacia la sala Haru, mientras volteaba a buscar una tasas.

El pelioscuro se resignó y se dirigió a aquella sala que tanto había estado en sus recuerdo. Mirando cada rincón recordaba a su Mako, que le sonreía con dulzura en aquellos días.

─Aquí tienes. -susurro Haruka dejando una taza con té. A lo que el otro agradeció.

Tomando asiento frente al pelioscuro, Haru no sabía cómo hablar frente aquel sujeto que una vez...

─Ve al grano, ¿qué haces aquí? -La mirada de Sou era oscura, fría, llena de una terrible aura que dejaba a todos sin energías para pelear.

─Solo quería estar solo. Sabía que Rin regresaría dentro de unos días. Pero, no tengo ganas de deprimirlo con mis tontos sentimientos. Solo quería estar lejos de sus quejas que pronto se haría presente apenas llegara. -hablaba cabizbajo aquel pelinegro, que dejaba notar esas grandes ojeras y rastros de haber llorado horas enteras.

Sousuke suspiro y rasco su nuca sin saber cómo responder a aquello. Tenía claro que algo les sucedía, hasta el mismo Rin había hablado de sus problemas con Nanase, pero parecía que el problema en si no era más que de aquel pelirrojo.

─Ya veo. ¿Osea, que Makoto te tendió la llaves de esta casa? -Haru asintió con algo de timidez.

─Perdón, pensé que no regresarías luego de lo que dijo Mako... supusimos que no seria molestia. Pero si es una moles... -carraspeo el pelioscuro con una cierta mirada comprensiva.

─No está bien. Solo te recomiendo que hables con aquel idiota, porque sino sera peor. -finalizó Sou mientras tomaba un sorbo de su té.

─Creo, que tienes razón. Pero... -aquella expresión llamo mucho la atención del pelioscuro. Nunca había visto a un Haru tan expresivo. Estando casi sonriendo, conteniendo un mar de lágrimas que amenazaban con salir sin permiso.

─Oye, ¿qué ocurre? -susurro Sousuke, ante tal acción del pelinegro.

Haru apartó de inmediato la mirada y sonrió con aquella expresión de siempre. Sousuke no entendía nada, solo comprendía cómo hasta en las relaciones de sus amigos habían problemas que no eran capaces de afrontar solos entre sí. Eso lo hizo pensar en su relación con el castaño y como malos entendido y sus torpes acciones los llevaron a una separación exprés, por así decirlo.

─Bueno, lo siento. Sabes hoy en la noche llegará Rin. Creo que mejor volveré a casa y lo esperaré allí. Como no he desarmado mi maleta, me la llevaré de inmediato. Y por favor no le menciones que estuve aquí, y menos que hablamos. Ahora me marcho. -dijo un apresurado Haru, desapareciendo por aquel pasillo hacia las escaleras y yendo en dirección del cuarto de invitados.

─¿Qué está pasando aquí? -hablo un Sousuke confundido. Suspiró, y tomó su celular que había iniciado a sonar y contesto sin siquiera ver quien era.

─Hola, ¿quien habla?

─Disculpe las molestia, ¿estoy comunicándome con el señor Yamazaki? ¿Sousuke Yamazaki? ¿Verdad?

─Eh, si. En qué puedo ayudarlo. ¿Quien es?

─Oh, disculpe mis modales, soy el doctor; Christopher Armstrong. Llamo desde el hospital central de Nueva York, es por unos asuntos sobre su esposo, Tachibana Makoto. Es urgente. Como no puedo comunicarme con él desde hace un tiempo, decidí marcar el segundo numero que dejo. Espero no ser una molestia.

Sousuke se encontraba más que confundido. ¿Cómo? ¿Doctor? ¿Hospital? ¿Qué estaba ocurriendo con su Makoto?

─Señor Yamazaki. ¿Se encuentra allí?

─Ah sí, disculpe. ¿Dígame qué ocurre?

─Bueno, hay unos estudios que se hizo su esposo hace unas semanas atrás y quería hablar con él por ello.

─¿Diganme de que se trata? Por favor.

─Ah, pues... Su estado anímico ha tenido resultados negativos. Y necesita de unas vitaminas que debe de tomar a partir de estos días.

─¿Es grave doctor?

─No, no debes preocuparte. Pero es importante que se alimente bien y tome esas vitaminas.

─Claro, dígame el nombre y yo me encargare de comprarlas ya mismo.

─Bien, le enviaré un mensaje explicando bien todo, las cantidades y horarios para ingerir las vitaminas. ¿Si? Ahora lamento las molestias señor Yamazaki.

─No, gracias por comunicarse. Y por cualquier cosa que surja no dude en llamarme doctor.

Y allí finalizó la llamada, Sousuke se había quedado estupefacto. Como era que no sabía de aquella visita al médico y que su Makoto estaba enfermo. Eso lo ponía peor, y lo que más le venía a la cabeza era esas veces que tenían la oportunidad de conversar en sus días libres, de sus cosas pero simplemente ignoraba todo, dando la excusa de su tonto cansancio.

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Holis... Aquí nuestro octavo cap.

Espero les guste y como siempre digo.

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Los leo cuando me lean. *3*)/ Chaito.