no me arrepiento de nada

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Daniela

creía que seria una noche simple como cualquier otra de mi vida, llena de soledad, de vacío por segundos, solo el correr me hacia olvidar por un tiempo las preguntas que atormentaban mi cabeza día y noche desde el momento que la vida decidió darme un duro golpe y dejarme huérfana, creciendo en un lugar carente de la palabra hogar. hasta que conocí a Marco y esta unión fue como una salvación para mi, ya no me sentía tan sola, tan desprotegida, tan abandonada. Pero sabía que algún día el encontraría una chica por la cual perdería la cabeza y tendría que dejarlo ir, lo más importante para mi era su felicidad, pero a la vez, los demonios y los miedos volvían a mi cabeza sintiendo miedo a quedarme sola.

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llevaba varias horas contemplando a esa morena de ojos felinos que me sonreía, hablándome de su vida, de sus pasiones, de sus miedos e inseguridades como si necesitara sacar de dentro todo el dolor que le presionaba y no la ayudaba avanzar. Amaba a su familia, sus animales, a los que hacía mucho que no veía, y no pude evitar pensar que en parte, no éramos tan diferentes. las dos amábamos a nuestras familias, haríamos cualquier cosa por ellos, con la diferencia, de que sus padres estaban vivos, y no entendía porque no hablaba con ellos, por que no dejaba a Marty si tan infeliz le hacia, algo me decía que había algo mas detrás de todo esto, por lo que no quise juzgarla, me transmitía ternura, tristeza, miedo, cuando hablaba de ellos y no pude evitar en ese momento, como si una fuerza superior a mi me arrastrara, abrazarla contra mi, sintiendo como ella no se lo esperaba, pero que muy pronto correspondió pasando sus brazos por mi cuello.

- ¿ sabes princesita? no estas sola, tus padres te quieren porque es imposible no sentir otro sentimiento hacia ti, sé que puedes sentirte perdida, a veces yo también me siento así, pero nunca voy a dejarte caer, nunca vas a estar sola mientras yo este cerca, no porque me lo pidas, ni por un negocio que la verdad que ahora mismo me importa muy poco, sino porque te miro...- cogí su cara entre mis manos y la levante para quedarme mirando a sus ojos- te miro y siento que eres una gran persona, que cometes errores como todos, pero que en el fondo no dejas de ser una chica hermosa de ojos verdes que desea ser libre.

- io....Alex,..Alexandra...Daniela...- intento contestar pero en ese momento un impulso me hiso besarla, chocando nuestras bocas en un beso tierno al principio, que luego fue profundizándose hasta casi quedarnos sin aliento.

sentí como enredaba sus dedos entre mi pelo mientras la pegaba mas hacia mi cuerpo, acariciando suavemente su espalda, podía quedarme así toda la noche, sintiendo su lengua recorrer mi boca, mi cuello, mi oreja. nuestras bocas eran como imanes, solo se separaban para coger aire y ya eso me producía una tortura, sentía que mis piernas flojeaban con solo el tacto de sus manos por mi piel.

- Alex, vámonos de aquí, quiero sentirte, quiero que me hagas tuya, necesito sentirte ahora-dijo Eli casi jadeando, con desesperación, y no pude negarme, no quería hacerlo, estaba deseando sentirla, saborearla, recorrer con mis labios toda su piel.

Elettra se subió en la moto llamándome con una mirada sexy para subir detrás de ella - dai Alex, esta vez conduzco yo-

- ¿ a donde vamos nena?-

- es una sorpresa amore, agárrate bien baby- dijo colocando mis manos primero en su culo y poco a poco deslizándola hasta sus caderas-

-joder nena, como me sigas poniendo así de cachonda vamos a tener un accidente-

mi contesta hizo que Elettra sonriera de forma triunfante al ver lo que producía en mi con solo un gesto.

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Rápido,brusco y violentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora