Cruel Intentions[LS]

15.

09 de enero del 2013. Londres, Inglaterra.

La música está a alto volumen, ni siquiera sé qué estoy bebiendo específicamente pero sé que es alcohol. Tengo entre mi dedo índice y medio un cigarrillo encendido, voy dando caladas de vez en cuando, la fiesta se ve genial pero no me dan ganas de incluirme a ella.

He perdido de vista a Natalie, se veía algo aturdida y algo incómoda pero ahora no veo su ondulada cabellera marrón y eso no es buena señal. Pongo el vaso en mis labios pero ya no hay contenido, me dispongo a caminar hacia la barra con mis ojos azules puestos por todo el lugar en busca de mi prima.

Lleno mi vaso de un poco de ron con unos cubos de hielo y apago mi cigarrillo cuando veo a Josh acercarse a mí. Ruedo los ojos en mi interior porque ya sé qué viene a decirme.

"Heeeey, ¿disfrutando la fiesta?" murmura por encima de la música mientras abre una lata de cerveza.

Me encojo de hombros. "Está bien, la música es buena." digo y bebo de mi vaso.

Él suspira con frustración y me preparo para la mierda que va a soltar.

"Hermano, escucha, los chicos y yo opinamos que es mejor que vayas a casa. Ya sabes, Danielle está por aquí y tú te la has pasado toda la fiesta en una esquina bebiendo y mirando a todos o, mejor dicho, a ella" lo miro con el ceño fruncido y lo miro de arriba a abajo "Ustedes acaban de terminar hace menos de un par de semanas, te ha chocado y no intentes negarlo; eras el animal de la fiesta junto a ella y ahora... No lo sé, amigo, simplemente no eres tú."

Suspiré para contener las ganas de darle un puñetazo en su mejilla.

Abrí la boca para contestar pero mi celular vibró en mi bolsillo trasero. Bufé una risa y saqué el aparato electrónico de su lugar. "Salvado por la campana, Devine."

Nats

Tenemos un problema.

El mensaje era de Natalie, mierda.

Yo

¿Dónde estás?

Nats

Segundo piso, date prisa.

Mierda, mierda. 

Levanté mi vista del celular y lo guardé. Le tendí el vaso a Josh. "Tienes suerte de que ese mensaje haya sido enviado sino te rompía la cara." y empecé a caminar.

Tomé camino hacia la pista de baile porque era mucho más sencillo atravesarla que dar la vuelta para llegar a las escaleras. Sentía los cuerpos sudorosos, el olor a alcohol, sexo y a cigarros en todo mi sistema; empujaba a algunos que se metían en mi camino, algo me decía que Natalie estaba en graves problemas porque ella nunca me había pedido ayuda para algo.