22.

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"Hola. Am, ¿te encuentras bien?" murmuró Harry al ver que Chris tenía los ojos abiertos de par en par.

El ojiazul de inmediato apretó el botón de finalizar llamada. Guardó ese maldito aparato en su bolsillo y fingió una sonrisa.

"Sí, yo... Era una llamada del banco y me sorprendí con el monto que debo pagar por la universidad" soltó una risa nerviosa identificada por Harry "Pero entra, ¿qué pasa?"

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Harry. No quería hacer lo que estaba a punto de hacer, quería ir a esa cita pero tenía que seguir el consejo que Niall le había dado porque tenía toda la razón. Tenía que reposar de lo ocurrido el fin de semana.

Cuando entró a la casa de Chris se sintió raro. Todo estaba en su lugar, era muy bonito y hogareño. Eso era lo que le incomodaba un poco, que sea hogareño. Sabía que Chris tendría familia y eso pero no lo sintió así. Sentía que esa casa le pertenecía no solo al ojiazul sino también a alguien más. Suspiró e intentó sacar esos pensamientos de su cabeza, era ilógico pensar así.

"Yo... ¿recuerdas nuestra cita?" Chris sonrió y Harry sintió una presión en el pecho.

"Es imposible olvidarla."

"Lo lamento, Chris pero creo que eso no podrá ser. Pero por ahora, ¿bien? Yo quiero... Me he acostumbrado tanto tiempo a estar solo de ese modo que prefiero quedarme un poco más así, espero que me entiendas, ¿si?" sonrió un poco al final.

Chris solo asintió con la cabeza y se acercó a él. Estiró su mano hacia su rostro, sintió la calidez del dorso de su mano en su pómulo derecho. Intentó con todas sus fuerzas no inclinarse a la caricia que la suave mano de Chris le daba, en serio lo intentó pero no pudo más y lo hizo. Se sonrojó y Chrsi sonrió por eso.

"No importa, hermoso, lo entiendo" la mano que lo acariciaba la llevó a su bolsillo de sus jeans y sacó su celular "Ten, estoy seguro de que lo necesitarás hasta que tengamos esa cita. Porque la tendremos, ¿cierto?"

Harry soltó una risita. "Por supuesto que sí, te lo prometo."

'Promesas, Chris, son promesas no amenazas.'

La sonrisa del ojiazul fue algo forzada. ¿Ahora cómo diablos se deshacía de Natalie? La respuesta no le gustaba para nada.

Simplemente nadie podía deshacerse de ella aunque ella misma quisiese.

•••

Natalie sonrió al colgar el teléfono. 

Todo estaba saliendo como ella quería.

Pero se rezongó a sí misma, tuvo un momento de debilidad en esa llamada, hubo un momento de quiebre, cosa que no debe pasar.

Hay que aceptarlo, Natalie si quiso a Chris, hubo un momento en que lo quiso pero la sed de venganza de Louis pudo más, su amor por Louis pudo más y lo destruyó. Destruyó a Chris en todas las maneras. En estas últimas semanas Natalie ha hecho lo que está haciendo ahora, está afuera de la casa del ojiazul en su auto, escondida, con sus ojos chocolate fijos en esa puerta de madera. Fue una gran suerte de que Harry haya ido, aunque no sabía muy bien el por qué. La morena ha estado siguiendo al ojiazul estas últimas semanas, en la universidad, de camino a casa y en su casa.

Era algo que no podía evitar.

Y en esas semanas notó que Chris había cambiado, no era el mismo de antes. Ya no era el tonto, descuidado y carismático Chris. Sus sonrisas se veían controladas, sus ojos estaban más oscuros, distantes y fríos, hasta su manera de caminar era otra.

Cruel Intentions[LS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora