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"Nos aferramos a lo que más nos daña."

Continuación del día...

"¿Tienes un cigarrillo?" preguntó Natalie mientras se ponía sus bragas. 

Yo estaba acostado bocabajo, con las sábanas cubriéndome la mitad del trasero, mi cabello estaba despeinado y mi espalda estaba lleno de raspones que Nat me había hecho hace un minuto. Ella también estaba despeinada y su brillo labial ya no estaba en sus labios.

"Sí, en el cajón de la izquierda." 

Tomó uno, cogió mi encendedor con la bandera de Londres que estaba en mi closet, lo puso en su boca y lo prendió. Aspiró una buena cantidad y gimió. Volteé, tapándome con la sábana hasta el ombligo, ella se acercó y puso su cabeza en mi diafragma.

"Rayos, hace siglos que no fumaba" aspiró de nuevo "Oh, mierda, extrañaba eso." dijo y luego expulsó el humo de sus labios lentamente.

Fruncí el ceño. "¿No fumabas en Los Ángeles?" murmuré y ella negó con la cabeza "¿Por qué?"

"Pues, tu tío querido vio al estúpido de mi hermano fumar y le gritó y hasta le amenazó de dejarle toda la fortuna a mí. Y yo no iba a correr el riesgo de hacerlo, claro que no saben que lo hago pero por si las dudas." dijo con voz rasposa y volvió a tomar una calada.

"¿Ni siquiera una vez?" puse mis manos en su suave cabello y empecé a sobarlo como un gatito.

"Si oler el humo cuenta... Aunque estuve a punto de hacerlo una vez, no tenía ni siquiera la mano en el encendedor cuando empezó a llover" me reí "No te rías, pendejo, fue doloroso." yo seguía riéndome y ella también se rió.

Una de las personas que más quiero es a Natalie, desde pequeños eramos muy unidos. Tapábamos las travesuras del otro y lo seguimos haciendo, solo que ahora las travesuras las hacemos juntos. 

Un pequeño detalle que no les he contado es que nuestra familia cree que somos unos ángeles caídos del cielo, que vamos a perder nuestra virginidad el día de nuestra boda y todas esas tonterías. Es realmente gracioso pero también es tedioso algunas veces. Jode no poder hacer lo que quieres hacer con naturalidad en tu propio hogar.

"¿Estás listo?" preguntó ella y yo dejé de acariciar su cabello.

Fruncí el ceño. "¿Listo para qué?" murmuré y ella se levantó y se puso de rodillas en mi cama con los ojos abiertos.

"No me digas que lo olvidaste" tomó una calada y botó el humo suavemente, alcé los hombros y ella puso los ojos blancos "La tarea, Louis."

Hice una mueca. "¿De qué tarea hab...? Oh." me dí cuenta de lo que estaba hablando.

Hace ocho años, Natalie estaba de visita en mi casa con sus padres. Era de tarde, yo había regresado de mis clases de fútbol, ella me había acompañado y se la había pasado hablando con Scott Henderson. Eses chico desde que lo conocí me sacaba de mis casillas. Ya se había ligado a tres chicas que yo quería ligar desde antes y ahora estaba ligando con Natalie.

Me había puesto muy enojado y celoso ese día.

Estaba en la ventana de mi habitación, el malnacido estaba en el vecindario y estaba con Jennifer Stone, el último ligue que me había quitado. Ella estaba buenísima, tenía unos labios hermosos y moría por besarlos. No es que estuviera enamorado, solo estaba calenturiento. Y Natalie tampoco ayudaba en eso.

En fin, los estaba espiando desde mi ventana, ella estaba lamiendo una paleta y él estaba con una pelota de basket en sus manos asquerosas. Él decía cualquier estupidez y ella reía. Lo odiaba con toda mi alma, era un creído de mierda. Yo también lo era pero no lo quería cerca, no quería que me quitara a mis ligues, no quería que me quitara a Natalie.

Cruel Intentions[LS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora