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"¿Qué haces aquí?" preguntó apretando los dientes.

Natalie sonrió despacio y con paciencia. "Yo debería preguntarte lo mismo, guapo." deslizó su dedo índice en el pecho del otro mientras caminaba por su costado para luego abrir el grifo y lavarse las manos.

Empezó a arreglarse el cabello.

"No veo por qué" él volteó y miró el reflejo de ella "No hay motivo para conversar."

Chris volteó hacia la puerta decidido a salir de ese mini infierno, ella vio por el espejo esa reacción y sonrió. Apoyó sus manos en el soporte y suspiró. "Si yo fuera tú no saldría de aquí hasta escuchar lo que te tengo que decir."

Y eso fue suficiente para detenerlo de inmediato. La última vez que ella dijo eso nada terminó bien. Entonces él retrocedió dos pasos, ella sonrió y asintió. Lo observó por el espejo, viendo cada detalle de su anatomía y del movimiento de sus músculos por debajo de toda esa ropa. Es increíble recordar el cuerpo de alguien, con sus clásicos movimientos, sus hábitos y sus reacciones después de un largo tiempo. Como si ya te lo supieras de memoria pero ahora te parece algo extraño.

"¿Sabes? A veces creo que el destino..."

"Nos quiere unidos." interrumpió él.

"... nos quiere unidos, exacto, lo recuerdas muy bien" le sonrió mediante el espejo "Por todo, desde el día en que nos conocimos, estar en los mismos salones, encontrarnos en las mismas fiestas" ella deslizaba su manos por las figuras de la cerámica del lavabo "El hecho de que después de dos años le escuche decir a un chico que recién conozco que te conoce y que eres bueno y amable..." 

Él se rió entre dientes. "Pagaría lo que sea por haber estado ahí y ver tu expresión." murmuró.

Ella sonrió pero luego el movimiento de sus labios se vio lejano al querer demostrar su seriedad.

"Es como si algo nos quisiera ver juntos o entrelazados, Chris" ella caminó hacia él "Y hablando de ese molestoso tema, me importa una mierda el destino y sus fechorías, porque recuerdo que Louis, tú y yo teníamos un acuerdo de que no queríamos verte por aquí nunca más." su aliento chocó contra el cuello de Chris.

El ojiazul inclinó su cabeza hacia ella, quedando a solo unos centímetros de distancia. 

"Es un gran placer ver a Natalie Tomlinson asustada."

La morena alzó la cabeza con el semblante serio y suspiró intentando calmar esa molestia en el pecho llamado enojo. Luego sonrió cerradamente y tocó el mentón del otro.

"Oh, Chris, decías que me amabas, que me adorabas y que me tenías en un altar enorme pero sintiendo todo eso nunca te diste el lujo de conocerme bien y saber que no le tengo miedo a nada y menos a un solitario, idiota y patético chico como tú." escupió sin piedad.

Y Chris notó que ella había fingido cada minuto que estaba a su lado, mostrándose buena, amable, dulce. Y ahora mostraba su verdadero rostro, el rostro de una víbora con la única intención de escupir veneno y regocijarse del calvario que ella provoca en los demás. Pero ya no más, no iba meterse a un calvario de nuevo.

"Ve al grano, Natalie, viniste aquí por otra razón además de joderme la paciencia como siempre lo has hecho."

"¿La paciencia o la vida?" soltó una risita "De acuerdo, ¿quieres la amenaza dulce o la amenaza fría y vengativa?"

Él frunció el ceño. "Me vale mierda tus amena..."

"Bien, será la amenaza fría y vengativa entonces" carraspeó "Escucha, me importa muy poco el motivo por el que hayas regresado, solo quiero que te alejes de mí y de Louis, no me importan las clases, los programas educativos, absolutamente nada. Te quiero alejado, estás a tan solo unos cien metros de nosotros por tu cuenta y a la mañana siguiente despertarás con tu piel comida por los gusanos, ¿entendido? Ah y tú bien sabes que esto no es una amenaza vacía, lo digo en serio."

Cruel Intentions[LS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora