Atrapado en el manicomio

3:

Han pasado dos días después de que Matt se desmayara, fui a ver como estaba y se veía mejor, ya podía hablarme y le pregunté qué fue lo que pasó ahí dentro con los doctores.

-Me llamaron porque tenían que hacer una pruebas y tú sabes que odio las inyecciones, cuando vi esa aguja empecé a moverme y tenía más fuerza que ellos, pero me amarraron de pies y manos, no pude resistirme.
-¿Pero qué te inyectaron? - Seguí insistiendo.
-La verdad no sé. Seguro me utilizaban como conejillo de indias.
-¿Te refieres a que te utilizaron para hacer un experimento? Digo, porque ni siquiera sabes que te inyectaron.
No me respondió.
-Bueno, espero que ya mañana puedas salir...
En ese instante, volvió a pasar.

Vi a Matt convulsionando en la cama con los enfermeros al rededor tratando de ayudarlo y al fondo vi una sombra, no lo distinguí a simple vista. Me le lancé a Matt para ver que le pasaba y Matt me empujó diciendo que no estaba convulsionando, que estaba bien. Me retiré corriendo hacía la habitación y Claudia me estaba esperando - Tengo que darte tus pastillas, el señor Smither me dijo que te cambió la dosis y que estás teniendo sueños extraños- me le acerqué para tomar mis pastillas y me las tragué. Claudia se fue.

Me llamaron porque tenía visitas de mis padres en la recepción, bajé con el guarda para ir a verlos y pasó otra vez, vi al guarda que se resbalaba por las escaleras por el piso mojado, cayendo de las escaleras y doblándose el cuello. Empecé a gritar y el guarda me dijo que qué pasaba, abrí los ojos y todo estaba bien, mis padres estaban abajo.

-¡Mamá, papá!
-Oliver, querido hijo. ¿Cómo has estado?
-Bien papá, los extrañé.

Pasé un largo rato hablando con mis padres y me contaron muchas cosas. Se fueron en la noche y tenía que ir a dormir. Tuve ese sueño de nuevo sobre mis padres en su accidente, pero esta vez estaba la sombra que vi con Matt, lo vi al fondo riéndose. Me desperté, a la par mía habían varios doctores y enfermeras, me agarraron y ataron mis manos, taparon mi boca y me llevaron a dónde estaba Matt y me dijeron "es tu turno".