La numero dos.

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Las primeras horas de clase parecían eternas para la oji miel, antes entrar a sus salón fue llamada a dirección por la evidente perdida de clases que tuvo la semana anterior, fue fácil para ella argumentar que no se sentía bien y lo único que gano con ello es que el director un tanto preocupado, avisara inmediatamente sobre su estado a su padre, el señor Ral simplemente notificó con simpleza, que él tenía varios empleados cerca de Petra y que la llevarían al doctor cuanto antes ya que él se encontraba demasiado ocupado en su trabajo.

''Seguramente solo es un dolor de estómago o una gripa, le daré el número de mi secretaria para que le notifique a ella si la niña se siente mal en los próximos días, ya no puedo continuar con la llamada en este momento, tenga buen día  director Zackly''

La peli naranja sintió como su corazón se hacía pedazos al darse cuenta de lo poco que aquel hombre se preocupaba por ella, pero no es como si no lo supiese ya, ella no era amada por sus padres y simplemente reprimió las ganas de llorar ya que no era la primera vez que algo así ocurría y antes de marchase, le aseguro al director que su nana se haría cargo de todo.

Petra no se presentó a la cafetería ese día, después de lo ocurrido esa mañana, sus ánimos estaban por los suelos y prefería pasar la hora dentro de su adorado taller de arte. Levi no asistió por la tarde al club y eso le hizo sentir aun peor, no lo había visto en todo el día y se iría a casa sin saber de él y el martes parecía ser la copia exacta del día anterior, todo seguía igual, Levi no se presentaba al salón de arte y durante las clases y el recreo ambos eran desconocidos y eso ella lo sabía muy bien ya que fue la peli naranja quien así lo dispuso desde un principio. El día siguiente fue en definitiva el peor de todos, mientras ella simulaba que comía lo que tenía frente a ella, el azabache charlaba amistosamente con aquella pelirroja a la cual no terminaba de digerir, la oji miel solamente salió de ahí una vez más, camino por los pasillos y se detuvo frente a una ventana totalmente fascinada por la vista que tenía, el placer de poder admirar con sus propios ojos a la primavera en todo su esplendor y aquellos arboles de flores rosas que adornaban toda la ciudad de manera espectacular, era una sensación muy agradable hasta que...

-¿Se ve muy romántico cierto? Las flores son bonitas. La oji miel se sorprendió al darse cuenta de que el joven rubio de la semana pasada se encontraba justo a la par de ella y sin saber que responder ante algo tan raro solo asintió demostrando que no estaba del todo convencida.

-Solo son flores. Petra regreso sus ojos a la ventana y se dio cuenta de que Zeke se acercaba unos cuantos centímetros mas a ella y eso la hizo hiperventilar por un instante.

-Sí, solo son flores y tú eres más hermosa que ellas, seguramente tienen envidia en este momento por el rubor que adorna tus mejillas. La peli naranja trago saliva al escuchar aquello tan nuevo para ella ¿acaso Zeke le cortejaba o algo así?

-Gracias, nadie nunca me había dicho eso. Zeke sonrió ante sus palabras y su siguiente estrategia sería tomar una de las delicadas manos de la peli naranja, ella solo abrió los ojos con asombro cuando se dio cuenta de la cercanía entre ambos y de cómo el intentaba acercarse aún más a su rostro.

-¡Tengo clases, adiós! Petra comenzó a caminar pero antes de alejarse lo suficiente le escuchó gritar su nombre y eso la hizo voltear motivada por la intriga de saber qué le diría aquel extraño joven.

-La invitación que te hice la vez pasada sigue en pie, quiero ir a cenar contigo el sábado, dime que si Petra. Zeke mantenía la seriedad en su rostro y en definitiva no aceptaría un no por respuesta, si quería algo con ella tendría que insistir mucho. Petra parpadeo un par de veces y para evitar tartamudear tontamente su respuesta, simplemente asintió con rapidez y luego se alejó a paso veloz de aquel joven que celebraba internamente su victoria.

La pervertida de ojos color miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora