Sincera

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El alto rubio recostó a Petra sobre la camilla y se quedó a su lado por unos instantes, ella a duras penas le dio las gracias y el solo asentía mientras tomaba su mano izquierda, la peli naranja la apretaba fuerte a causa del dolor y se avergonzaba por tener que pasar un incómodo momento como ese frente a él, Reiner se encontraba serio al borde de la camilla y no despegaba sus ojos de aquel joven, algo en sus interior le tenía alerta con todos y cada uno de los que se acercaran a Petra y éste no sería la excepción.

La doctora se encargó de que todos los que llegaron con la peli naranja se quedaran afuera de la enfermería, incluyendo a Reiner quien seguía preocupado. Zeke volvió al evento deportivo ya que era su turno en la competencia de atletismo varonil. Los profesores retomaron las actividades y dejaron que la doctora se encargarse de ella.

La oji miel apretaba las sabanas qué cubrían la camilla en cual fue puesta por Zeke, la doctora examinaba con cuidado la pierna de la jovencita y sabía muy bien que Petra tenía el musculo de la pantorrilla desgarrado, ella sollozaba cada vez que le sentía palpar y deslizar sus manos con aquel ungüento pegajoso que ayudaría a aliviar el dolor, unas cuantas flexiones le hicieron gemir de dolor, sabía que tomaría semanas en recuperarse de aquella lesión, solo esperaba a que no fueran sus ligamentos los lastimados... no le agradaba la idea de no hacer deporte por varios meses.

-Bien preciosa, creo que deberías recibir la ayuda de un fisioterapeuta, la lesión no es crítica pero deberás tomar mucho reposo y hacer un poco de terapia hasta que tu musculo sane... te esforzaste mucho hoy señorita y necesitas descansar. Le daré a tu guardaespaldas la dirección de un especialista que te ayudara con la fisioterapia, quédate aquí por una hora hasta que el analgésico haga efecto. La doctora se comenzó a preparar el expediente de Petra y todas las indicaciones que necesitaría saber el especialista que la atendería. Mientras Petra se relajaba en la camilla y tapaba a su húmedo cuerpo con una sábana, unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos y cuando la doctora se acercó para atender, sus ojos se abrieron como platos, iluminados de alegría, pero totalmente consternados.

-¿Necesitas algo jovencito? La doctora sonrió al serio e inexpresable azabache que estaba frente a ella, éste solo ojeó por encima de su hombro y se dio cuenta de que la pervertida aún seguía en la enfermería del instituto, mierda, tendría que mentir después de todo.

-El director Zackly solicita su presencia en la cancha de tenis, una de las chicas esta desmayada y los paramédicos están en su hora de descanso, creo que está muerta. Levi hablaba con tal seriedad y frialdad que la doctora logro sentir un escalofrió, la pobre mujer tomo un botiquín de primeros auxilios de la mesa y salió corriendo de inmediato. Levi sonrió de lado al notar que no había nadie adentro de aquella enfermería y para su suerte, nadie lo vio en los pasillos ni mucho menos entrar ahí.

-Bien mocosa, esto será rápido, no tardaran en descubrir que mentí y la doctora esa vendrá de inmediato a buscarme así que... dime que fue lo que ocurrió. Levi cerró la puerta y luego se acercó a la camilla de una sonrojada y adolorida oji miel, pudo notar por la expresión de la chica, que algo más que la lesión le mortificaba y quería hurgar dentro de ella de una vez por todas.

-S-solo es, no tiene importancia... me recuperaré en unos días y volveré a entrenar, creo que no calenté lo suficiente. Petra le sonrió forzosamente y él supo que ella era una muy mala mentirosa ante sus ojos, Petra podía engañar a todo el instituto ¡pero al carajo! A él no podría ocultarle nada, ya que el comenzaba a conocerla más que nadie, o al menos eso creía él.

-Mentira, te exigiste demasiado en la última carrera, sobreexplotaste a tu cuerpo de esa manera tan ridícula, no estabas al nivel de Mikasa y seguramente te diste cuenta de eso cuando tus fibras musculares se calentaron demasiado en la segunda vuelta, aun así decidiste seguir y estabas a punto de lograrlo pero... tus frágiles músculos no lo soportaron y colapsaron, pero no pareces ser ignorante en estos temas y sé muy bien que eres la mejor atleta femenina del instituto, lastimarte así fue tu decisión, solo quisiera saber, más allá de competir... ¿porque tenías tantas ganas de ganar? No creo que seas de las que colecciona medallas por vanidad. Levi resbaló la sabana que cubría las piernas de la oji miel y pudo ver como un moretón pintaba la fina pantorrilla de la chica. Ella solo mantenía sus ojos fijos en la nada, sus lágrimas luchaban por salir y ella sentía como su pecho se comprimía al intentar retenerlas, un sabor amargo en su garganta y un nudo que no podía simplemente tragar, Levi había dado justo en el clavo y sin saberlo, desnudo la fragilidad de su sensible interior con palabras tan simples.

La pervertida de ojos color miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora