La número tres y seis o la diez, la ocho... no, no ¡no! No más lista de mierda.

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La peli naranja tomo la mano de Levi y caminó con él hasta entrar en aquella oscura habitación, a paso lento y como si aquello fuera la invitación al mismísimo paraíso, directo a pecar con aquel pervertido ángel, el azabache se dejó llevar sin siquiera refutar. La chica de ojos ámbar, encendió la luz de aquella pulcra habitación, el color de aquellas sabanas le pareció llamativo y Levi solo podía imaginar cómo se vería la peli naranja envuelta únicamente con aquellos lienzos blancos, pero no dejaría que aquella fastidiosa luz arruinara sus planes de verla iluminada únicamente por la luz de la luna, en cuestión de segundos, dejo de nuevo a oscuras la habitación y eso hizo que la chica de ojos miel se diera la vuelta y se abrazara a él con emoción.

-¿Lo haremos? Dime que has venido a hacerlo conmigo, ¿cuál número de la lista haremos hoy? ¡dime que me deseas por favor! La peli naranja colocó sus delicadas manos sobre el pecho del azabache y le envió una curiosa y juguetona mirada, ella necesitaba escuchar que él estaba ahí, nada más para complacerla como se debía.

-¿Tan desesperada estas? No puedo venir a visitarte porque conviertes todo en una excusa perfecta para follar conmigo, sí que eres una pervertida de lo peor. Aquella seca y negativa respuesta la hizo retroceder de inmediato y apartar aquellos ojos ambarinos de aquel neutral e inexpresivo rostro. Petra no deseaba entender el comportamiento o los motivos que hicieron al azabache ir a buscarla esa tarde, pero tampoco esperaba que el la hiciese sentir como una urgida, ella no quería escucharlo decir tales cosas. Al fin y al cabo, era Levi quien se encontraba frente a ella en una oscura habitación, sin poner resistencia o quejarse por las acciones cometidas, el mismo cargó a Petra en su espalda y se aseguró de que nadie los viera mientras se colaban por los pasillos, hasta llegar al lugar indicado.

-Puedes irte si quieres, gracias por venir Levi, ahora vete... no tengo ganas de ti hoy. Petra se alejó lentamente y cojeando, se sentó sobre la cama y acomodo uno de sus mechones naranjas detrás de su oreja, todo bajo la incrédula mirada de un sorprendido y extrañado Levi.

-Así que ahora tienes un jodido comportamiento bipolar conmigo, vas a rechazarme o algo así... ¿Quién te crees que eres mocosa? Te harás la difícil cuando ambos sabemos que eres una maldita perver... El azabache se quedó en silencio cuando vio a la peli naranja hacer un gesto con la mano, aquel que se veía como un claro bostezo e indicaba que para Petra, las palabras de Levi eran aburridas y le daban simplemente, sueño.

-Que no se te olvide quien sirve a quien Levi ¿quieres que recuerde como inició todo esto? Puedo insistir una vez, pero no es como que tenga deseos de rogarte, hasta ahora no me has hecho nada de lo que se supone debes, pero vienes a mi casa a estas horas a restregarme en la cara lo necesitada que estoy de ti... y puede ser que sí lo este. Pero no lo niegues, porque sé muy bien que no vienes por una simple visita, ni siquiera te importo, acéptalo de una vez, estas aquí porque me deseas y más allá del trato que tenemos, te gusta hacerlo conmigo ¿o no? La expresión de sorpresa de Levi cambio por una llena de enojo, para la oji miel era muy sencillo decir lo que pensaba respecto a todo, mientras que él tenía que suprimir todo el tiempo aquellas ganas de estar a su lado, porque aunque lo negara, la idea de acostarse con la oji miel se encontraba día y noche en su cabeza y la jodida pervertida lo sabía muy bien... cosa que lo hacía hervir de cólera.

-Me obligas a estar contigo, tú no me gustas y yo solo quiero terminar con esto de una puta vez y no volver a saber de ti, no me gustan las chicas como tú. Levi chasqueó la lengua al finalizar aquella oración y la oji miel solamente agradeció mentalmente el hecho de que estuvieran levemente a oscuras, así él no podría ver como su cara se arrugaba a causa de lo mal que esas palabras le hicieron sentir.

-Vete... si no te gusto simplemente vete de aquí, hay otros que seguramente querrán estar conmigo y me dirán que les encanto tal y como soy ¡porque yo soy así! Soy una morbosa pervertida de quince años y me gusta todo lo que sea erótico e interesante, sé que puedo tenerlo de alguien más, sé muy bien que Zeke estaría dispuesto a complacerme, a él no tendría que chantajearlo y no me trataría como si yo fuese una vulgar callejera, el si es un caballero. Petra cruzó la delgada línea que dividía la paciencia, el auto control y la serenidad de Levi, de aquellos impulsos impropios cargados de ira y enojo, aquellos que el denominaba como mierda y que eran conocidos popularmente como celos. La oji miel apretó aquel pequeño botón que encendía el lado oscuro del azabache, uno que nadie espera ver jamás.

La pervertida de ojos color miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora