Sol, playa y arena.
¿El mar azul? Sip, el mar azul de Kent.
Después de una mañana estresante en el colegio, habíamos decidido saltarnos las clases de la tarde. No había nada importante como para que nos castigaran o algo. Además el sol que hacia era realmente hermoso, pero quemaba a horrores, Jazzy dio la idea de que viniéramos a la playa; es mas, ya lo tenia planeado de la noche anterior. A pesar de yo no tuviera ganas y que me quedaran simplemente dieciocho días para terminar la lista, acepte venir. Para despejarme un poco, creo.
Lo que no me hizo mucha gracia fue que Justin trajera a una chica, ¿Celos? Por Dios, es ridículo. No la soportaba, era una mas de las seguidoras de Ashley y del club de fans de Justin. Además, se suponía que éramos solo nosotros seis; en fin, no le comente a nadie esto, no quería ser el punto de las bromas. Y estaba segura de que clase de bromas serian.
- ¡Vamos ___! Vamos a bañarnos ¿Si? – Jazzy chillaba mientras saltaba en la arena, llevaba un bikini violeta que le quedaba hermoso – Anda, di que si ¿si? – pero podía ponerse muy irritante la duende.
- Voy luego – fue mi simple respuesta, mientras me estiraba sobre la toalla boca abajo, no estaba con ganas de playa ni nada de eso. Aunque fuero el único día soleado en Inglaterra.
Hmpf, aun no podía olvidar mi salida con Chris el día de ayer.
Bueno, no la salida en si, si no lo que hizo Christian cuando me dejo en la puerta de mi casa. ¡Ah! Lo único que pedía al cielo y cualquier ayuda divina que se quisiera apiadar de mi era que Christian no se apareciera ahora por estos lugares...
Flash Back
Pizza ¡Me encanta la pizza!
Como le había prometido a Chris, hoy era nuestra salida. Me daba una risa enorme que estos dos se pelearan por mi compañía como si yo fuera la gran cosa; enserio, eran unos exagerados. En fin, Christian vino a buscarme alrededor de la siete treinta, nos montamos en su motocicleta y ¡Wow! Fue de lo más genial, llegamos a un pequeño puestito en Londres de pizzas, eran realmente deliciosas.
Todo iba bien hasta ahí, hablamos de todo y de nada; de cómo le había ido en su viaje, la razón de su regreso. Oh, eso, fue una cosa que omitió. Como dije, la pobre e ilusa de _____ Butler pensaba que todo iba perfecto.
Lo incomodo fue cuando llegamos al umbral de mi casa.
- ¡Tu! ¡Oh, Chris! ¿Crees que si me consigo alguna motocicleta la podrías arreglar para mí? – le pregunte esperanzada. No era fan de la velocidad porque estaba acostumbrada al cacharro que papá me había dado. ¡Montar en la motocicleta de Christian había sido toda una experiencia!
- ¡Por supuesto ______! Hare lo que quieras – me contesto, con una de sus características sonrisas.
- Uh, me la pase muy bien Chris – le dije dándole un abrazo de despedida, se estaba haciendo tarde – Nos vemos – me gire para subir por las escaleras que daban a la puerta principal, pero la mano de Christian sobre mi brazo me impidió seguir avanzando. Me gire y lo mire confundida.
Oh rayos, ese había sido mi maldito error.
Sin previo aviso, sin que algo se apiadara de mi y me avisara ¡Sin tener idea de lo que este *beep* iba a hacer! Yo, como la gran tonta que soy, me quede completamente de piedra cuando los feroces labios de Christian se estrellaron salvajemente contra los míos ¡Jo! ¡Por lo menos hubiera sido un poco más condescendiente! ¡Para que demonios tan rudo! Y lo peor era que yo no podía moverme, mis ojos abiertos de dos en dos ¡Ni siquiera hacia nada para separarlo de mí! Estaba en completo shock ¿Cuándo demonios iba a pensar que el idiota de Christian iba a hacer esto? mi cabeza pensaba a mil y llegue a la única conclusión de que este mundo estaba cada vez más loco. A los segundos luego del atrevimiento de Chris, este se separo y me dedico una sonrisa coqueta.