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Seungcheol, de un día para otro, se interesó en mirar a las personas. En el supermercado, acompañó a su madre, y ella se sorprendió, porque su hijo odiaba hacer las compras casi tanto como tender la cama.
La gente que vio en el supermercado era muy diversa, más no le llamaron tanto la atención como su compañero nuevo, ¿era porque él era mas lindo?
Su madre notó un poco de aburrimiento en su rostro e hizo que caminaran al pasillo de juguetes, pensando como cualquier niño de ocho años querría algún juguete de moda, de esos que se encuentran en cualquier tienda.
Seungcheol eligió comprar muchas bolitas plásticas y de colores, a las que su madre no le vio mucho futuro de entretención, pero accedió a pagar al final, pues si su hijo lo había elegido, sería por algo. Y seungcheol era un chico bastante creativo.

Llegaron a casa y Seungcheol pensó que había algo que le gustaba de Jeonghan, su nuevo compañero, algo que simplemente no podía encontrar en otra gente, algo que le hacia soñar despierto y cansarse como si pensar en alguien fuera agotador. Seungcheol estaba seguro de que era porque Jeonghan era un ángel, con la piel tersa, la voz suave y la amabilidad en todas las cosas, como los pintaban en las películas. Pero nunca lo habían educado en que hacer si le llegaba a gustar un ángel. A los niños solo le debían gustar las niñas, no los ángeles.

—Mamá, ¿los ángeles son niñas o niños? —le preguntó un día, refregándose los ojos mientras su madre insistía en que subiera las escaleras y se acostara.
—Bueno, hijo... Son solo ángeles, pueden ser lo que tu quieras, no son como los humanos, pero podemos darle la forma que nosotros queramos. Tu angel guardian puede ser una niña linda y pura o un valiente niño, de todas formas, seguirá siendo un ángel.
—Es que conocí a uno —le dijo, bostezando—. Va en mi escuela y se llama... ahh... —soltó otro bostezo y pensó que era culpa de Jeonghan otra vez, ese efecto de los ángeles que lo hacían desvanecerse en cualquier lugar.
—Vamos ya a dormir, Cheolie... —dijo la mujer, tomando a su hijo en sus brazos y subiendo las escaleras con el niño dormido.

angel; jeongcheol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora