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Su mamá había quedado realmente sorprendida cuando lo vio entrar con un chico pelinegro y risueño a la casa. Seungcheol le dijo su nombre y fue casi de carrera que llego a la cocina a sacar lo que fuera que tenía de comida, sin pensar en hacerlas de chef, pues para nada se le daba y si su hijo había traído a aquel importante chico a la casa, no podía ser ella quien lo arruinara.

— Tu mamá actúa raro — dijo el menor, comiendo una papa mientras seungcheol acomodaba dos vasos con jugo.
— No, es así, es su yo normal.
Seungcheol estaba a punto de gritarle a su madre que parara de hacer todo tan evidente, fue justo en ese instante cuando ella apareció con un vestido floreado una cartera que nunca le había visto, zapatos altos y un juego de losa nuevo en una caja.

— Iré junto a Marilyn, Cheol –anunció—. No desórdenes mucho y atiende a Jeonghan, ¿si?

— Mamá... ¿Quién es Marilyn?

—Ah, cheol. Es la vecina... Cheolie no tiene buena memoria.

Seungcheol no recordaba ni una vez que su madre hubiera salido de casa para visitar a los vecinos.

Se quedaron solos y como si de telepatía se tratara, sintió que su madre le enviaba apoyos. Cuando quiso preguntarse por qué, recordó que tenía algo muy importante que decirle al chico que tenía al frente.

— Jeonghan...
—¿Si? — contestó, con la boca llena de frituras.
—¿Te quedarás a dormir?
—Mh.... Supongo. —respondió casi sin despegar la vista de la película que habían decidido ver.
—¿Pase lo que pase?
Jeonghan rió un poco, Seungcheol se veía serio, casi le daba miedo.
— Si, Cheol. A menos que quieras correrme.

El mayor estuvo casi una hora completa decidiendo como decirle algo tan importante a alguien tan importante. Comenzó a morderse las uñas cuando tres horas ya habían pasado, y él aún no lograba formular las palabras correctas para expresar lo que sentía hacia su amigo.
Jeonghan comenzó a tener cada vez más sueño, y por propósitos de comodidad, se apoyó en el hombro del dueño de casa, dejando que los sonidos de la película simplemente corrieran por su mente sin hacerle prestar atención realmente, estaba a punto de dormirse.
Seungcheol sintió que el corazón le saltaba en el pecho y tuvo miedo que por la cercanía, eso fuera a despertar a Jeonghan, pero el menor ya estaba totalmente dormido. Se vio a él y al chico que le gustaba estando ahí, simplemente cerca, tocándose pero no haciéndolo realmente, sintiendo cosas que quizá ni si quiera eran recíprocas, pero eran suficientes.
En ese instante seungcheol no tenía ni un problema con decirle a los cuatro vientos lo que sentía por Yoon Jeonghan, sonrió cuando lo pensó, y paró solo ante la idea de que debería despertar a su amigo para decirle. Eso sería desastroso, quizá arruinaría todo y esos momentos nunca volverían a él.
— Me gustas Jeonghan —susurró hacia un lado, procurando que su amigo no oyera.
Sintió algo quemarle el pecho y como las mejillas se le sonrojaban. Se miró a ambos otra vez y decidió que era un poquitín egoísta, que valía la pena ocultar un par de secretos para tener más de esos momentos.


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angel; jeongcheol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora