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Su puerta se abrió en la mañana, demasiado cerca de las ocho para ser día de escuela. Vio a su madre entrar con cuidado, tal vez porque pensaba que aún estaba dormido, y sentarse en su cama junto a su cabeza. Entonces Cheol recordó. Recordó que había cometido un error horrible el día anterior, y recordó que estaba totalmente arrepentido.
Se abrazó a las piernas de su madre con temor de que ella le rechazara, pero eso no sucedió. En cambio la señora Choi pasó sus dedos por el despeinado cabello de su hijo.
—No comiste ayer —dijo.
Seungcheol asintió, sintiendo los jeans de su madre helarle el rostro.
—Hablaremos un poco, ¿está bien? —preguntó dulce.
Ambos se enderezaron, hasta que la espalda de Seungcheol tocaba sus almohadas y el rostro de su madre lo observaba.
—Así que... ¿es un chico?
El estomago de Seungcheol le hizo cosquillas y él creyó saber por qué. Movió su cabeza diciendo que si.
—Mmm —su madre se dijo, como para aceptarlo un poco más—, entonces, este chico... ¿me dirás su nombre?
—Jeonghan —murmuró—, se llama así.
—Genial. Entonces Jeonghan, sobre él querías hablarme... ¿que hay de él?
Seungcheol se refregó los ojos y negó.
Había llorado demasiado, tanto que le dolía la cabeza. Odiaba mentirle a su madre, siempre lo había hecho, pero no le quedaba de otra después de notar cuan tenso se había puesto el ambiente en u hogar.
—Vamos Seungcheol, ¿que es?.
—No es nada —insistió.
Su madre suspiró y se paró, palmeándose los muslos como diciendo, lo intenté.
—Bueno, si no es nada tendré que guardarme el abrazo que te daría por confiar en mi y decirme que te gusta un chico, cuyo nombre es Jeonghan —dijo encogiéndose de hombros—. Ah, son casi las ocho, ¡tienes que ir a la escuela!
Seungcheol quedó totalmente sorprendido, tan sorprendido y lleno de felicidad que se paró y corrió con su madre antes de que esta si quiera se acerara a la puerta, y la abrazó lo más fuerte que pudo.

—Mi mamá lo aceptó —les dijo a Joshua y a Saebom en un susurro.
—¿Y por qué hablas bajo? —le copió Joshua.
—Para que Jeonghan no escuche —obvió.
La chica rodó los ojos y casi se para para ir hacia su hermano. La verdad es que le parecia bastante extraño que después de varios años, Seungcheol siguiera sin decirle algo a Jeonghan. Ella ya habia notado todo hace mucho.
— ¿Donde vas? —susurró gritando.
—Pensé que sería buena idea decirle a Han y ya.
—¡No! —negó Seungcheol, mientras Joshua decía si al mismo tiempo.
— Vamos... —rió la chica—. ¿Pretendes que nunca se entere?
— Sae tiene razon, Cheol —dijo Joshua, asintiendo—, solo ve a decirle, Saebom, él nunca lo hará.
La gemela Yoon se paró emocionada, tomando las palabras de su amigo Joshua como un permiso concedido.
—¡No! —gritó.
Con esa exclamación, Jeonghan, en la primera fila del salón, ya se había percatado que algo sucedía con tres de sus amigos.
—Te hará todo más fácil —susurró Saebom entre dientes—, déjame ir.
—Y-yo lo haré —se apresuró a decir. Parándose, mirando hacia Jeonghan y tragando saliva, aceptando el hecho que sus dos mejores amigos lo estaban mirando, sorprendidos con su valentía sorpresiva—. Yo mismo le diré a Jeonghan lo que siento.

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angel; jeongcheol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora