Capítulo 14 El regreso al santuario

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En la batalla de Acantha contra Aurora, Aurora cayo inconsciente, después de haber hecho huir a Acantha, Miguel llevo a Aurora a su casa, en donde vivían, Aurora despertó y vio que estaba en su cuarto, alavés, sintió un dolor de cabeza, puso su mano en su frente y sintió que tenía una toalla mojada en ese lugar, trato de incorporarse, pero sintió un dolor en su cuerpo, en ese entonces entra Miguel con un recipiente lleno de agua:

– Aurora, veo que ya despertaste – dijo Miguel

– ¿Miguel que fue lo que paso? – dijo Aurora

– Te desmayaste... después de haber tenido una pelea – dijo Miguel

– Eso sí, pero... ¿de cómo es que llegue aquí? – pregunto Aurora

– Después de haber combatido, perdiste el conocimiento, por lo que te traje aquí – dijo Miguel

– Gracias – dijo Aurora

– No debes hacerlo, además nuestra obligación como caballeros es protegerte – dijo Miguel, Aurora se levantó – ¿qué haces? ¿Por qué te levantas?

– Quiero leer un poco – dijo Aurora y Miguel puso sus ojos como platos – ¿Qué?

– Ay Aurora, no tienes remedio – dijo Miguel negando y poniendo su mano en su cabeza

– Miguel – dijo Aurora riendo y se dirigió a la pequeña biblioteca

Ya en la biblioteca, Aurora seguía leyendo el libro que había dejado en la mañana en el escritorio, alavés ella pensaba su decisión:

– Creo que ya no necesito pensarlo, ya lo decidí, volveré al santuario, no me importa lo que pase, ya no quiero dar problemas, alavés, es mi obligación, informar lo ocurrido con Acantha, mañana partiré, - pensó Aurora

A la mañana siguiente, Aurora se despertó en la madrugada (4:42) ella preparo una maleta y escribió una nota que la dejo sobre su cama y se fue

Cuando Miguel despertó, se dirigió al cuarto de Aurora, al ver que ella no contestaba cuando la llamaba desde la puerta del cuarto, decidió entrar no había nadie, por lo que fue a la pequeña biblioteca, pero al ver que tampoco estaba ahí, se preocupó y la busco por toda la casa y no la encontró, reviso las cosas de Aurora y vio que le hacía falta ropa, vio que en la cama de Aurora había un papel, la curiosidad le hace ver esa nota y la lee:

"Miguel, Diego, Ángel, Armando, me voy, no pregunten a donde, ya que ustedes saben muy bien a donde me dirijo, por lo que les pido que no me sigan, yo tengo mi obligación de estar en allá, ya que soy un caballero dorado, les pido, les imploro, que no me sigan, no se preocupen por mí, ya hicieron bastante, no quiero darles más molestias, por eso me voy, cuídense por favor

ATTE:

Aurora, caballero dorado de escorpio"

– Aurora – susurró Miguel, se arrodillo y empezó a llorar

Mientras que en Grecia, los caballeros dorados estaban entrenado, (incluso Écarlate, por que el patriarca se lo permitió) habían hecho parejas de entrenamiento, Agatha estaba con Abel, Aldebarán con Izuo, Evan con Adara, Leónidas con Damián, Deo con Écarlate, Cloth tuvo que estar sentado sin hacer nada, ya que no había con quien más practicar:

– ¿Dónde está Aurora? – dijo el patriarca provocando que Agatha, Leónidas, Izuo y Damián se coloquen nerviosos

– Aurora huyo – dijo Écarlate – llevándose consigo la armadura dorada de escorpión

Los Caballeros del Zodiaco Saga: El Comienzo (reeditada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora