5.

435 83 11
                                    

– Maldición –mascullo cerrando los ojos con fuerza– ¿Cuánto va a tardar la ambulancia?

– Joven... yo lo siento mucho –el hombre que anteriormente había respondido a mi pregunta da un paso adelante– Él muchacho se cruzó y...

– Está bien, lo siento mucho –digo limpiando mis lágrimas rápidamente. En el estado en que se encontraba Changkyun, si la policía se mete en esto todo será un caos. Uso de drogas ilegales, cruzarse en medio de la calle y ser arrollado por un auto... todo causado por él. Nada de esto va a ser bueno si llega la policía aquí. Debo disculparme y tratar de arreglar todas las cosas por él– Por favor, señor, discúlpelo –ruego mirándolo a los ojos con piedad– Él... acababa de obtener una mala noticia de la facultad... estaba ofuscado... por favor, perdónelo, señor, se lo ruego –.

Se me escapa una lágrima y la limpio rápidamente. Las personas a mi alrededor han comenzado a cambiar las expresiones serias de sus rostros a unas de pena.

El sonido de la ambulancia se escucha desde lejos y las personas se mueven cuando esta aparca junto a la acera. Ellos piden que se despeje el lugar para subir el cuerpo de Changkyun a una camilla. Le toman el pulso, miran sus ojos con una linterna y lo suben a la ambulancia. A duras penas salgo de mi trance y me levanto para subir junto a él y acompañarlo al hospital.

Me preguntan sus datos personales y el qué sucedió.

– No sé qué sucedió exactamente. Creo que se desmayó en medio de la calle –murmuro pensando en que la posibilidad de un atropello eleva las consecuencias para el hombre que lo hizo y para Changkyun– ¿Estará bien?

– Sí, es solo una contusión leve, pero de igual forma hay que hacerle una radiografía para descartar alguna lesión –responde la mujer que está vendando el rostro de Changkyun con suavidad.

Asiento en silencio, desordenando mi cabello por frustración. Al menos ahora puedo estar un poco más tranquilo. Durante el trayecto me informan que los signos vitales de Changkyun van mejorando.

Una vez lo bajan de la ambulancia lo llevan a una habitación y no me dejan quedarme junto a él porque deben de coser la herida y necesitan tener espacio. Me quedo fuera a la espera de que me dejen entrar, mientras estoy ahí, mi teléfono comienza a sonar con una llamada de Jooheon.

La rabia que me consume es tanta que mejor decido cortar la llamada para evitar decir algo de lo cual vaya a arrepentirme. Simplemente apago mi celular para evitar molestias.

El teléfono de Changkyun comienza a sonar dentro de su bolso y lo saco para ver que se trata de Jooheon nuevamente. Suelto un suspiro de frustración y silencio el aparato para luego guardarlo en mi bolsillo. La sudadera que me había quitado anteriormente ahora está llena de sangre sobre mis rodillas.

– ¿Cómo está el muchacho? –la voz un poco conocida del hombre me hace levantar la cabeza para verlo acercarse lentamente.

– Está bien, solo tomará unos minutos más porque le harán una radiografía para descartar posibles lesiones.

– ¿Qué le diremos a la policía? –pregunta deteniéndose frente a mí.

Sus ojos, antes llenos de preocupación, ahora solo se ven como los de un hombre calculador. Rápidamente mis sentidos se alertan y me torno más precavido. Me levanto en mi lugar para igualar la posición, lo peor que se puede hacer en situaciones así es verse como una persona indefensa. Si demuestras tener el control de la situación entonces tienes un punto a favor. Lo siguiente es percibir todas las señales que la otra persona está dando.

– Nada sucedió –digo mirando sus ropas pulcras de diseñador– Él solo se desmayó en medio de la calle y usted alcanzó a detenerse antes de arrollarlo.

– Está bien pero... ¿Qué hay de los daños a mi vehículo? –.

Me cruzo de brazos para mirarlo con una sonrisa altanera. Magnífico. Un perfecto millonario pidiendo dinero a unos estudiantes que con suerte tienen para vivir la semana, un día a la vez.

– No hay ningún daño –murmuro llevándome una mano a la barbilla. Entrecierro los ojos recordando la escena del vehículo– Ni siquiera un rasguño –levanto la vista nuevamente para mirarlo a los ojos– ¿No debería darle vergüenza por estar pidiendo dinero a unos simples estudiantes?

– No –responde de inmediato, ligeramente divertido– Debería de darles vergüenza a ustedes por creer que soy estúpido como para no saber que tienen dinero más que suficiente para comprar drogas. Ese muchacho estaba drogado, lo sé.

– ¿Entonces qué quiere? –mascullo acercándome ligeramente para dejarle en claro mi molestia. Él sonríe.

– Quiero que me pagues el dinero que saldrá arreglar la abolladura del auto. Solo eso. Y puedo mentir a la policía diciendo que nada ocurrió y que el muchacho solo estaba demasiado sobrecargado de estrés debido a los estudios y solo colapsó en medio de la calle –se encoje de hombros.

– Hecho –extiendo la mano para cerrar el trato mirándonos a los ojos– Pero pagaré de la forma en que pueda hacerlo.

– Está bien –rompe el contacto para buscar algo en su chaqueta– Esta es mi tarjeta de presentación, quiero que vayas a mi empresa y trabajes para mí hasta que, con tu salario, pagues el costo –me entrega la tarjeta para ver que no es nada menos que el director principal de una empresa de tecnología.

En el momento en que guardo la tarjeta una de las enfermeras sale preguntando por los familiares de Changkyun. Le digo que soy su amigo y que su familia está muy lejos para venir, el hombre del accidente se nos acerca para escuchar en silencio.

– Por suerte el joven no perdió mucha sangre así que no necesitó de una transfusión... sin embargo encontramos... –arrugo la expresión a la espera de que diga lo que ya estaba suponiendo. La maldita droga. No. Por favor no– ¿El joven Changkyun consume drogas?

– No –respondo rotundamente.

– Pero tenía...

– Fue drogado por un amigo suyo –respondo rápidamente creando la historia dentro de mi cabeza– Y lo perdieron de vista, entonces vine a buscarlo. Lo lamento mucho –ruego.

– Está bien... no reportaré esto a la policía porque sé qué tan engorroso es todo una vez se está en la universidad, pero no pierdan el rumbo, todavía son jóvenes, no tienen necesidad de destruirse con cosas que no les traerán ningún beneficio ¿está bien?

– Sí –asiento con fervor, lo que sea para salir de esto ilesos, sin mayores problemas. No importa lo que suceda luego, Changkyun no puede meterse en problemas ahora. Estamos a solo un par de días para salir de vacaciones.

– Bueno, puedes ir a ver a tu amigo dentro de una hora, cuando se le vaya el efecto de la anestesia –.

Asiento nuevamente y espero hasta que la mujer se marcha para soltar un suspiro de alivio en donde juro que se me van un par de años de vida. Moriré tres años más joven ahora.

– Entonces me voy. Mañana espero que vayas a mi oficina, si tratas de escaparte, ya sabes lo que ocurrirá con tu querido amigo, ya sé su nombre así que puedo hacer una denuncia y...

– Iré –mascullo dándole una mala mirada que lo hace sonreír– Ahora váyase de una vez –.

Da media vuelta y se va.

Un problema menos para Changkyun, pero uno para mí ahora. Suelto un largo suspiro y tomo asiento en las sillas de espera. Bueno, en definitiva soy un idiota, pero a quién le importa si lo soy o no, de todos modos, no hay nadie velando por mí como yo lo hago por este otro idiota que ahora está durmiendo en una camilla con una herida en la cabeza.

Soy un estúpido.

Wasted [ChangKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora