Si el Nico Fuera Tu...

Pololo

Si el Nico fuera tu pololo intentaría cocinar para ti.

—Oye, ______ ¿Me podí ir a comprar unas cosas al súper?—Preguntó acercándose a ti que estabas sentada en el sillón rascándote las tetas.

—Ay, pero Nico...—Te quejaste con una flojera impresionante—Anda tu po.

—Es que quiero hacerle una sorpresa a mi mamá po, mientras tu vai a comprar unas weás—Formuló una creíble mentira.

—Ya, oh.... ¿Qué tengo que comprar?

El Nico te dictó una cachá de weás y pa que te demorarai más te pidió un par de pantuflas pa la suegra.

¿De dónde ibai a sacar unas pantuflas po, weón?

Le diste poca importancia y te fuiste a cambiar pa partir al supermercado.

—Chao, mi amor—Gritó el Nico viéndote salir por la puerta.—Ya, conchetumare.

El Nico se propuso hacer unos sushis ricos pa ti que te encantaban más que el pico.

Lavó el arroz penca que compró, lo hirvió y quedó como puré pero rico, según él...

Dejó que el arroz tipo puré se enfriára a un lado, por mientras se dedicó a picar un tomate y una palta.

Cuando se dió vuelta vió a su gato comiéndose el arroz.

—Sale, gato culiáo—Dijo con voz aguda—Ah, ya pico, pasa piola, si igual está rico.

Probó el arroz y la weá estaba asquerosamente cruda.

Conchetumare, ni se me ocurrió probar antes la weá, o a lo mejor el gato lo dejó "así" con su saliva... si, eso debe ser—Pensó justificando su arroz pal pico.

Cuando ya terminó todos los ingredientes le tocó hacer el primer roll.

Todo bien hasta que tuvo que esparcir el arroz, se le cayó como un kilo pa afuera y quedó un granito en la alga culiá.

—¡Por qué soy tan aweonáo!—Gritó.

Y ahí escuchó sonar la puerta principal, claro, ni se dió cuenta que ya habían pasado dos horas y el no llevaba ni tres sushis.

—¡Nico, llegué!—Pegaste el medio grito.

El Nico se sacó el delantal y salió de la cocina pa pasar piola.

—Medios gritos, maraca culiá—Alegó y sonrió así tan explota ovarios, como siempre.

—Traje tus mierdas, aquí tení, me debí un mes de garcha—Le pasaste sus weás.

—Tshaaa, ¿Y por qué?

—Porque no me pasaste plata pa comprar éstas weás po, aparte no sé porque alegai si a ti te gusta garchar conmigo—Sonreíste y pasaste por un lado de el Nico para ir a la cocina.

—¿Adónde vai?—Preguntó el weón.

—A la cocina po, weón ¿Dónde más?—Sonreíste irónica—Estoy cagá de hambre.

—Comeme ésta, mejor po, llena más...—Levantaste una ceja y el Nico se te acercó—Empecemos con el "mes de garcha" que te debo po.

Te besó el cuello pa pasar piola y que no fuerai a la cocina y vierai la cagá que se mandó el Nico intentando hacer unos sushis.

—Empecemos después, de verdad que estoy cagá de hambre...—Suspiraste alejando al Nico.

—Ya cagaste, me calenté así que ven—Te besó y te tomó de la cintura empujandote al salón y dejándote en el sillón que era más negro que el Nico.

Después de culiar; a vó te sonaba brígido la guata.

El Nico pensó que igual había echo dos sushis, así que fué a la cocina en pelota y te trajo los sushis.

—Esa sorpresa no era pa mi mami, era para usted pero me quedaron horribles los sushis—Te ofreció las wéas.

—¿Qué? Ay que weón más lindo—Le diste un piquito y te comiste los dos sushis en un par de segundos.

—¿Cómo estaban?

—Terrible ricos, po—Sonreíste—Pero sigo teniendo hambre así que pidete una pizza.

El Nico pidió pizza, comieron y se fueron a dormir.

Como a las cinco de las mañana te sonó brigido la guata acompañáo de un peo súper tóxico.

Corriste al baño y te quedaste por un largo rato.

¿Adivina que comiste que te hizo tan mal?

Y ahí te dejó nomás po, en el baño y con diarrea, eso es ser un buen pololo.