Capítulo XXXI

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Hogar, dulce, hogar.

-Que quede claro que solo lo hago esto por papá y padre-dijo serio el pequeño cachorro, que se sentó en el piso cansado de tanto caminar por varias horas-, pero quiero descansar... Me duele mis patitas-pidió y se quejó cansado y sin ganas de levantarse.

Su hermano mayor intercambio miradas con el único felino adulto que los estaba acompañando, desde que Jason y James decidieron caminar devuelta a su casa en Central City, después de que el primero de los hermanos llegara a la casa de Carrie en búsqueda del menor donde le tocó convencer a este que volviera a casa. Kyle se encaminó a donde estaba descansando el pequeño James y lo cargo por el cuello para seguir con su camino a un bus que partiría a Central City dentro d e un par de horas.

Al llegar a la parada de buses se quedaron escondidos debajo de una de las bancas que había en el lugar, podían ver varias personas pasar de un lado a otro. Habían pasado varias horas, James se encontraba dormido y apegado a Kyle, el cual seguía vigilando a todo su alrededor ante cualquier amenaza como la llegada de su transporte, mientras que Jason estaba comiendo un pedazo de galleta que una pequeña niña le regaló antes de irse con su mamá.

-Y dime... ¿Qué relación tienes con mi hermano?-preguntó con restos de galleta en sus bigotes, mientras pasaba su lengua para quitárselos. El mayor no lo miro pero si capto su pregunta, mientras seguía revisando todos los movimientos.

-Ninguna-dijo de forma directa dejando asombrado a Jason-. Solo los estoy ayudando a volver a su hogar, nada más-le respondió con seriedad y esta vez mandando una mirada al menor, que no se quería creer sus palabras más aún por tener a su hermanito muy pegado a él.

Jason le iba a llevar la contraria pero el ruido de un bus ingresando a la parada, las personas comenzaron a subir al transporte y sin mediar palabra el mayor tomó a James y Jason por el cuello, se coló entre las personas logrando entrar sin llamar la atención de ningún humano de sus presencias y se escondió en los asientos finales del transporte.

-¿Ya llegamos...?-preguntó soñoliento James dando un pequeño bostezo. Miro perezoso a su alrededor antes de ser dejado en el piso de metal y donde por el sueño se volvió a acostar, quedándose dormido a los segundos sin dar tiempo a que alguno de los otros acompañantes le dijera algo.

-Dormilón-se quejo Jason, mientras se rascaba una de sus orejas para luego agitar su cabeza esponjando su pelo por un buen rato. Pero como si fuera contagioso, el sueño se le pego con rapidez al gatito pardo que por uno momentos se rehusó dormir hasta que se rindió y se acostó junto a su hermano.

Kyle solo los apego a él para mantenerlos cerca y compartir parte de su calor, ya que sería un largo viaje antes de llegar a su lugar de destino. Solo durmió en intervalos de tiempo, para seguir estando al pendiente de su alrededor y sobre todo de los humanos que lo rodeaban.




Habían pasado un mes y un par de días desde la partida del pequeño Jason en búsqueda de su hermano, las cosas en casa se complicaron más de lo que imaginaba Dana para ese entonces, pero extrañamente por más que creía que sus padres se irían cada quien por su lado estos seguían juntos, como las veces que se peleaban y su padre se iba de la casa cuando muchas de las veces esté solo se quedaba en el tejado bajándose los humos y luego muy tarde en la noche regresaba, y lo que hacía era ir de forma directa a donde Tim estaba durmiendo para acostarse junto a él; y ante todo lo que ella pensaba que haría su papá al descubrirlo este se acurrucaba contra el gato pardo, como una reconciliación sin palabras de por medio.

Es problema de gatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora