Toqué el timbre.
Abriste la puerta.
Sonreíste.
Respiré.
Me abrazaste.
Te abracé.
Volviste a sonreir.
Y yo te sonreí de vuelta.
Definitivamente algo había cambiado.
Ese algo, era yo.
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Sebastián: Side B
Short StoryNo sé en que mensaje dejé todo mi amor. Ni en que respuesta perdí toda mi dignidad.