#8 Hora Del Almuerzo

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  Me vi deslizando mi bandeja por la barra a la hora del almuerzo, tenía un hambre tremendo, como siempre,  pero no había nada que me apeteciera, nunca había nada que me apeteciera en esta estúpida cafetería, así que terminé eligiendo una chuleta de cerdo con patatas al horno, una extraña ensalada y de postre un rico flan de chocolate.

Bueno, quizá tomé dos de esos.

   Mis pies automáticamente caminaron hacia nuestra mesa habitual, en todo el medio del lugar, en la supuesta "Zona de los populares". Aunque yo la llamaba la "Peor es nada". La mayoría eran miembros del equipo de fútbol, junto con las casi descerebradas porristas.

- ¡Hermanis! - Me saludó Lío mientras me sentaba en la mesa, junto a Mike. - ¿Cómo te ha ido en tu primer día?

Inconscientemente dirigí mi mirada hacia Agustín, quien parecía tener sus ojos cafés clavados en mí.

¿Acaso no debería estar tirando con alguna otra chica? ¿O era que ya no quedaban antiguas amigas de Valu con quién hacerlo?

- Sobreviviré - Me encogí de hombros, comenzando a comer mi almuerzo -  Aunque quisiera irme a casa. - Eh, hablando de irse a casa...

- Lío se revolvió el cabello algo nervioso - Tengo que hacer algo después de clases, así que no podré llevarte.

Oh, genial.

- ¿Hablas jodidamente en serio? - Dejé de comer para lanzarle una mirada asesina.

- Sí, pero no te preocupes, Mike se ha ofrecido a llevarte.

Oh, súper genial.

- La dejaré sana y salva en su casa, hermano - Mike pasó su brazo sobre mis hombros y me apretó contra él.

Por alguna razón, esta vez no lo alejé, cómo habitualmente lo hago.

Eso comenzó a preocuparme.

- Quiero tus manos fuera de sus pantalones, ¿quedó claro? - Mi hermano lo señaló con el dedo.

Él sólo soltó una divertida carcajada.

- Entendido, jefe - Michael le hizo un saludo militar y luego sentí sus labios rozando mi oído.

Me tensé de inmediato.

- Todavía sigue en pie, ¿sabes? - Mis vellos se erizaron y tuve el instinto de escapar, pero luego pensé que se vería muy evidente que algo ocurría y me quedé quieta, sin siquiera volverme hacía él, ya que sabía que sería peligroso y no quería arriesgarme.

¿Qué seguía aún en pie? ¿Lo que me había dicho días atrás? ¿Esas palabras que aún estaban en mi mente rondando buscándole lógica? Rayos, esto me comenzaba a afectar más de lo que pensaba.

  Cuando él estuvo a una distancia razonable para poder voltearme y reclamarle, lo primero en que me fijé fue en su sonrisa de satisfacción, como si estuviera feliz de que estaba causando ese efecto en mí.

¿Por qué todos los hombres eran tan asquerosamente iguales?

- ¿Puedo sentarme? - La conmoción llenó a la mesa, todos miraron sobre mi hombro mientras enarcaban una ceja, pero yo me tomé mi tiempo, sabiendo de quién se trataba. Ese elegante acento italiano era inconfundible.

Mi compañero Ruggero.

- Y... ¿tú quién eres? - Le preguntó Mike, examinándolo de arriba abajo con la mirada.

- Es mi amigo, Ruggero - Le contesté, enarcando una ceja - ¿Hay un problema con eso?

   La expresión amenazadora de Mike se desvaneció por completo al escuchar mi respuesta. Una sonrisa se curvó en su rostro e hizo un espacio entre él y Emma una chica del equipo de porrista, Ésta se vio ofendida, lo cual me hizo sonreír.

Ninguna de las porristas me caía bien, a decir verdad.

- ¿Por qué no lo dijiste antes? - Expresó él, incitándolo a sentarse - Eres el chico nuevo, ¿no?

- Sí - Ruggero sonrió radiante, tomando asiento.

- Bienvenido a la Jungla - Mike pasó un brazo sobre sus hombros - Presiento que nos llevaremos bien.

Agustín tenía una épica cara de póker. Sabía que no le agradaba para nada Ruggero.

Celos, ¿quizá?

  El almuerzo transcurrió más normal de lo que creía, Mike le sacaba conversación a Ruggero mientras que Agus trataba de evitarlo e ignorarlo a toda costa. Era un poco descortés de su parte, apenas lo conocía y ya lo parecía odiar.

Pero era algo típico en él.

Debía de actuar así y "No arruinar su reputación".

- Al fin el día escolar terminó - Resoplé en voz baja mientras caminaba hacia la salida, en un intento de escapar del aventón de Mike.

  Pero no tuve éxito, ya que cuando estaba a punto de cruzar el aparcamiento y dirigirme hacia la parada del autobús escolar, su camioneta me obstruyó el paso.

Maldición.

- ¿Creías que escaparías de mí, bebé? - Me dijo con su típica sonrisa traviesa.

- Cállate, tonto - Le gruñí, adentrándome en la camioneta, resignada - Sólo llévame a casa, tengo cosas qué hacer.

- ¿Qué tipo de cosas? - Preguntó irónico, poniéndose en marcha - Tú odias estar en tu casa, deberías aprender a mentir, ¿sabes? Es doloroso verte.

Puse los ojos en blanco, cruzándome de brazos, obligándome a mirar hacia el camino.

Tenía razón, odiaba estar en casa sola. Odiaba más estar en casa con mamá.

- ¿Por qué no vamos a otro lado mejor? - Él hizo que lo mirara mientras una pizca de picardía cruzaba por sus ojos.

- ¿Cómo a dónde? ¿Que no tienes práctica hoy? - Le pregunté, frunciendo el ceño.

- Nop, no tengo, hoy serán las pruebas para los nuevos - Explicó, viéndose divertido. - De ésta no te salvas, bebé.

Sostuve su mirada por un segundo, como cuando una niña está tratando de descifrar lo que alguien está pensando... Aún no estaba segura si era buena idea irme con él.

Una parte de mí estaba gritando "¡Claro que sí!", pero esa era la misma parte que me había estado causando estos problemas y por eso quería evitarla a como dé lugar.

- Has respondido muy tarde, yo tomo el silencio como un sí.

¿En qué mierda me estaba metiendo?

Priscila_007

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Perdón por la tardanza!!!
Prometo Actualizar más Rápido.
Besos!!! ( ˘ ³˘)❤

She Is One Of The Boys (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora