El amor no pregunta edad

Capitulo 24

Esa noche fue la mas larga dergg toda mi vida, pareciera que no se acabaria nunca ya que le conte absolutamente todo a Belen. Como les dije, necesitaba desahogarme con urgencia, ya no aguantaba mas toda aquella presion que sentia en el pecho. Esa noche llore hasta que se me acabaron las lagrimas y Belen simplemente me miraba, la verdad es que no necesitaba su consejo si no que me escuchara, solo eso, queria atencion.

Luego de ese dia volvi a casa y para variar mama no estaba, quien sabe en donde se hayaba en ese momento. Solo recuerdo que me sente en el sofa y comenze a hablar conmigo misma

- ¿Por que eres asi Sofia? -me golpie la cabeza despacio- ¿Que rayos te sucede estupida? -me volvi a golpear la cabeza, esta vez con un poco mas de fuerza y me jale el cabello. Comenze a llorar casi en ahogos - ¿Por que soy asi? Tan imbecil ¿Por que estoy viviendo?

Me tape la cara con las manos y subi mis pies al sofa, quedando en una posicion similar a la de un feto. De pronto quite mis manos de mi rostro y ahi vi en la mesa, un cuchillo. Sin pensar en nada lo tome, mire mi antebrazo y mis lagrimas caian en el. Pose el filo en mi muñeca, cerre mis ojos y ... me corte. Al abrir mis ojos pude ver como un hilo color rojo corria por mi brazo, senti algo tivio en el pero al mismo tiempo me sentia en paz. Volvi a hacerlo, esta vez un poco mas arriba y un algo mas profundo. Todo aquel dolor que sentia en el brazo era el que tapaba el sufrimiento acumulado, no se porque de esa manera me sentia tranquila.

Sono el pestillo de la puerta ... ¡Joder era mama! Corri rapidamente a las escaleras y subi hasta mi cuarto, cerre la puerta con llave y me lanze a la cama tapandome el brazo con mi mano. De pronto la voz de mi madre se escucha fuera:

- ¿Hija? ¿Sucede algo? ¿Estas bien?-limpie mis lagrimas e intente hablar de una forma en que no se notaran mis sollozos.-

- Si mama estoy bien ¿En donde haz estado?

- He ido de compras ¿Puedo pasar?

- No, es que tengo ganas de estar sola ¿Si? Lo siento -dije casi en un susurro, y al final solloze.

- Esta bien, luego hablamos entonces.

Comenzo a dolerme el brazo, por suerte traje el cuchillo conmigo. Si mama se hubiese dado cuenta no se que hubiera sucedido, comenze a sentirme mal, aquel malestar que senti cuando me desmaye y luego desperte en el hospital. Otra vez no, dije para mis adentros. Todo eso fue interrumpido por una voz desde la ventana, aquella voz que he querido escuchar desde hace tanto ...