Había pasado ya un mes desde mi primera cita con Jimin. Y hacía semanas que no dormía bien. Día tras día se me dificultaba más sacar al pelirosa de mi mente. Si no salíamos siempre nos llamábamos o nos texteábamos. Era muy extraño, y yo ya no sabía que hacer.
Yo ya tenía la confianza de Jimin, entonces, ¿por qué no consumar el estúpido plan? La respuesta estaba más que clara; aunque yo no quisiera aceptarlo, Jimin comenzaba a ganarse un lugar en mi corazón. Y eso no podía pasar. No quería que pasara. Con el tiempo, me he dado cuenta de lo dulce que es. ¿Qúe sería de él al lado de un idiota como yo? Lo destruiría.
Por ello, esta tarde lo invitaría a salir; así, en la noche podré llevarlo a mi casa y acabar con esta tontería de una vez. Tomé él teléfono y le llamé, esperando, muy en el fondo, que no contestara.
—Hola Jimin
—¡Hola Kookie!
—¿Te apetece salir esta tarde?
—¡Claro! ¿A dónde iremos?
—Mmh, no lo se, ¿a dónde quieres ir?
—Podríamos ir al centro comercial y dar una vuelta.
—Me parece bien. ¿Paso por ti a las 3:30?
—Si. ¡Nos vemos más tarde!
Colgué y tomé mi cigarro. Últimamente estaba muy estresado, me fumaba de cuatro a seis cigarrillos diarios. Malísimo para mi salud, pero no podía evitarlo.
Esperé a que el reloj avanzara, hasta que dieron las tres y fui en busca de Jimin. Me sorprendió ver que esta vez su madre no se encontraba en casa.
—¿Y tu mamá?
—Oh, ella salió a comer con unas amigas. Tal vez regrese más tarde, si no es que se queda a dormir con alguna de ellas. Ya me avisará después.
—Ya veo. Y bien, ¿tienes algún plan sobre que hacer?
—La verdad no —Rió— Sólo quería verte.
—Yo igual. —Respondí, sinceramente.
—¿Y si mejor vamos a tu casa? Podríamos estar en la piscina y luego ver alguna peli.
Sonreí, como el jodido monstruo que soy. Jimin se estaba poniendo en bandeja de plata y no se daba cuenta.
—Genial. Vayamos a mi casa entonces.
Seguí conduciendo entre risas y escuchando la dulce voz de Jimin entonando las canciones que sonaban en la radio.
Llegamos a mi casa y le di al pelirosa algo de ropa que había dejado la vez anterior que vino. Definitivamente todas las veces que lo he tenido en la alberca han sido un puto calvario. Ver como el agua ajusta más su ropa a su piel es demasiado tentador. No se cómo es que he podido controlar esas enormes ganas de bajarle el pantalón corto y empotrarlo en cualquier esquina de la piscina. Tal y como ahora mismo. Jimin hablaba y hablaba, pero yo solo me podía concentrar en su pequeña cintura y como se sentiría agarrarla fuertemente mientras lo embisto. Si que le tengo ganas a ese enano.
—¡Jungkook!
—¿Eh?
—¿Me estás escuchando?
—¿Si? —Dije más como pregunta que afirmación.
—¡No me estabas escuchando! —Respondió aventándome agua infantilmente.— Te decía que deberíamos de pedir una pizza. Tengo hambre.
—¿Tienes hambre? Yo igual. —Dije con un obvio doble sentido que él no captó.— Tengo mucha hambre.
—¡Entonces pidamos pizza!
—Está bien dulzura, ve a pedir Pizza
—¿Cuántas putas veces tengo que decirte que mi nombre es Jimin?
—Muchas, dulzura. Anda, desaparece de mi vista antes de que haga cosas indebidas. —Le respondí. Estaba fuera de la alberca y de espaldas a mi. Tenía una hermosa vista de su trasero.
—¡Pervertido! —Dijo entre risas y entró a la casa.
Nos pasamos buena parte de la tarde en la piscina. Jugamos, comimos, y, para que mentir, nos besamos un par de veces
Ahora nos encontramos en mi cama, viendo una película de comedia que Jimin había escogido. La verdad no me interesaba mucho la película; estaba más concentrado en observarlo mientras reía.
—¿Por qué me miras tanto?
—Te ves especialmente lindo hoy.
—Gracias —Respondió mirándome.— Tu también te ves lindo.
—¿Puedo besarte?
Jimin sólo me miró fijamente, procediendo a asentir. Me acerqué a él lentamente, para besarlo con dulzura. Sus labios tenían un ligero sabor salado, por las palomitas.
Y si bien ya he besado a Jimin antes, por primera vez introduje mi lengua en su boca. Suspiro aún en el beso, y yo continué hasta llegar a su cuello, tomándome mi tiempo para repartir pequeños besos. Jimin jadeaba, casi con desesperación. Era tan sensible, que me ponía más.
Metí mis manos debajo de su playera, tocando su abdomen ligeramente trabajado. Subí un poco más hasta llegar a sus pequeños botones rosados, y a Jimin se le escapó un delicioso gemido. Cubrió rápidamente su boca, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos abiertos a tope.
—¿Por qué te callas, eh?
— No quiero q-que... Mmhh... m-me da pena... Aahh...
Con su playera fuera de su cuerpo, lamía y mordía la piel de su pecho. El pelirosa debajo de mi era incapaz de controlar los indecorosos sonidos que salían de su boca. Se removía en la cama, desesperado por más. Su entrepierna —al igual que la mía— ya estaba dura, y parecía molestarle pues se tocaba por encima de su pantalón.
Me senté sobre él para poder quitarme mi ropa, y no pude evitar apreciar la maravillosa vista que tenía debajo. Jimin estaba despeinado, sonrojado y con una ligera capa de sudor, respirando pesadamente. Se miraba espectacular. Estaba a punto de desabrochar su pantalón, cuando decidí preguntarle algo. Mi conciencia no me dejaba en paz; recordaba a cada momento que estaba por hacer y me sentía mal.
—Jimin, ¿sabes lo que vamos a hacer, cierto?
—S-Si...
—¿Estás seguro de esto?
Por favor di que no, di que no. Si tan sólo te negaras, yo sería capaz de dejarte ir. Me iría de tu vida para siempre, y así no te lastimaría más. Sólo dime que no, eso bastará.
—En verdad te necesito. Yo... quiero que sea especial y quiero que sea... contigo.
Joder, no me digas esto. No necesito otro cargo de conciencia.
—Espera, Jimin... ¿Eres virgen?
—Si... ¿hay a-algún problema?...
Por un carajo, hay más de un puto problema. Le quitaré su primera vez por un calentón.
—Jimin, yo no quiero lastimarte.
El sentido profundo de las palabras, para mi, era obvio. Por supuesto que Jimin sólo pensaba en el dolor físico, pero más que eso, yo no quería romper su corazón.
—N-No te preocupes. No me lastimarás.
Si supieras...
La mirada anhelante del pelirosa me tenía mal. Realmente esperaba que yo fuera su primera vez. Y bueno, ya lo tengo aquí. De una u otra forma saldrá lastimado, ¿no es así? Entonces, ¿por qué no darle lo que necesita?
—Si realmente me necesitas, te daré lo que quieres.
—Y tu... ¿no me necesitas?
Suspiré.
Joder, que te necesito más de lo que me gustaría necesitarte.
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Color pastel 🌙 Kookmin
Fanfiction"A Jungkook le gusta que Jimin use colores pastel" 🌙Jimin bottom 🌙Jungkook top 🌙Capítulos cortos 🌙Lenguaje explicito 🌙Bella portada hecha por mintopic 💕 🌙Contenido homosexual; si no es de tu preferencia te puedes ir :)