Color pastel 🌙 Kookmin

II

Caminaba junto al chico de cabellos rosas, sin escuchar una palabra que salía de su boca. Era más entretenido mirar su trasero mientras caminaba.

— Jungkook... ¿Me estás escuchando?

— Sinceramente no. Tu trasero me esta distrayendo. —Respondí a lo que me miro indignado.

— Mira, no se de que clase de cárcel te hayan sacado, pero deberías de cuidar tus comentarios. — Dijo provocando mi risa

— No salí de ninguna cárcel, vengo de Busan, dulzura.

— No me llames dulzura. Tengo un nombre, imbécil.

— Pues resulta que olvidé tu nombre —Comenté acercándome a él.— ¿Alguna forma de hacer que lo recuerde?

El chico se sonrojó por la cercanía, pero en ningún momento apartó su mirada de la mía. Estaba a punto de besarlo, pero bajó la cabeza y dio un paso hacia atrás.

— Jimin, me llamo Park Jimin. Anótalo en un papel. Ahora hay continuar con el recorrido.

— Si es contigo hasta puedes llevarme a recorrer el infierno. —Jimin volvió a sonrojarse y yo le regalé una sonrisa.

Sin duda este será un buen año escolar.
                         

[🌹]

Buscaba una mesa para sentarme, pero todas estaban llenas. A lo lejos observé el cabello rosado de Jimin, y entonces me decidí por una mesa.

— ¿Puedo sentarme aquí?

— E-eh no lo se, Taehyung se sienta allí.

De pronto un chico alto de tez morena y cabello castaño se acercó.

— Te traje tu malteada Chim Chim

— Gracias Tae.

— ¡Hola nuevo! ¿Cuál era tu nombre? ¿Junghun? ¿Jungshook?

— Jungkook —Respondí.— ¿Tu eres?

— Kim Taehyung, amiguito. ¿Quieres sentarte con nosotros?

Miré a Jimin con una gran sonrisa.

— Por supuesto.

— ¿Y de dónde vienes?

— Busan

— ¿Busan? ¡Como tu Chim Chim!

— ¿Así que eres de Busan? Que coincidencia, Jimin

— Si, que coincidencia.

Jimin ni siquiera me miraba, se concentraba en jugar con su almuerzo.

— Voy al baño Chim, nos vemos, adiós~

— ¡No! ¡Tae, espera!

— Uy... Parece que te han abandonado.

— Yo me voy.

El pelirosa prácticamente huyó, pero yo lo seguí.

— ¿A dónde vas? ¿Vas a dejar solo a tu nuevo compañero?

— Si.

Lo tomé del brazo, para que se volteara hacia mi.

— Oye, si es por  lo de hace rato, discúlpame. Fue solo una bromita —Dije burlón.

Por supuesto que no lo fue pero de una forma u otra me tenía que ganar al chico pastel.

— Pues no me gustan esas "bromas". No las vuelvas a hacer nunca más.

Por alguna razón, los ojos de Jimin se aguaron.

— ¿Qué... Qué te pasa?

Él sólo corrió, y yo me quedé estático.

Había cortejado a muchos y muchas. Pero en ninguna ocasión me ocurrió algo así.

Jimin no era sólo cualquier chico difícil; había algo más en él, pero no sabía que.

¿Qué era lo que ocultaba el chico color pastel?