VI

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Si había algo malo en toda escuela, eso era la gente estúpida. Esa que se cree con derecho de hacer y deshacer.

Y por supuesto que la nueva escuela de Jungkook no era la excepción.

Se encontraba disfrutando de su almuerzo, cuando sintió un frío líquido recorrer su cabeza y parte de su cuello y pecho. Miró hacia atrás y pudo ver a un chico, alto, cabello rubio y una "estúpida sonrisita burlona", se dijo a si mismo Jungkook.

Se levantó de su asiento dispuesto a golpearlo, enojándose aún más al ver como se carcajeaba.

—¿Cúal es tu maldito problema?

—Wow tranquilo nuevo, es sólo una broma de iniciación.

Jungkook lo empujó y el chico cayó al suelo. Enseguida sus compañeros se acercaron intentando atacarlo.

—Veo que no puedes pelear sólo. —Dijo Jungkook con burla.— ¿Siempre te cuidan así?

Y eso fue suficiente para que ambos comenzaran a golpearse.

Por eso en ese instante iba camino a casa, junto con su mamá. Y Jungkook podía apostar que estaba más enojada porque su hijo la había sacado del trabajo, más que porque realmente se preocupara por él.

Siempre había sido así. Inconscientemente, Jungkook siempre intentaba llamar la atención de sus padres. Esto nunca le había funcionado, pues simplemente se ganaba un buen castigo, más nunca había preocupación por parte de sus padres. Siempre se sintió ignorado.

Desde pequeño querían hacerlo entender, que si trabajaban tanto era para que él tuviera siempre lo mejor.

Poco sabían que Jungkook prefería no tener un solo centavo con tal de tener su atención.

Pero claro, el tiempo había pasado. Jungkook ya no era un niño, y se había resignado a vivir, prácticamente, sin papás. Ahora sólo se aprovechaba del dinero de ellos. Se había vuelto un chico problema, ya ni siquiera le importaba si llamaba la atención de sus padres o no.

—No lo puedo creer Jungkook. Tenemos dos semanas en Seúl y ya te has escapado 5 veces y te han suspendido 2 con esta. ¿Ya se te olvidó todo lo que hablamos? 

—Sinceramente, si.

—¿Qué voy a hacer contigo?

—No lo se, dame en adopción. Aunque según tu nadie me aceptaría, ¿no? —Dijo recordando aquella plática que escuchó cuando tenía 11. Claramente oyó a sus padres decir "deberíamos de darlo en adopción" "pero dudo que alguien lo quiera".

—Han pasado años, Jungkook. Años. Y ya te hemos explicado que oíste mal. Y no me cambies el tema. Estás castigado, una semana.

—Lo que digas.

—Y como te suspendieron 3 días, le pediré a Jimin que te traiga los apuntes. De la escuela no te libras.

"Oh... Jimin" pensó Jungkook. Esas dos semanas con el chico de cabellos rosas habían estado de maravilla. Había descubierto muchas cosas. Como que hasta el sonrosado de sus mejillas era de color pastel. Que su voz era melodiosa, y que definitivamente tenía una sonrisa muy hermosa. Probablemente la más hermosa que Jungkook había visto en su vida.

Claro, que el misterio más grande aún no se descubría. ¿Por qué Jimin lo ignoraba?

Cada vez que se veían el pelirosa desviaba la mirada. Jungkook no entendía porque Jimin no caía ante sus encantos.

Quería, necesitaba que Jimin se derritiera bajo su cuerpo. Deseaba saber que había bajo sus ropas color pastel. Pero Jimin no era como todos, eso Jungkook lo tenía claro. Él no era un chico fácil que caía ante los comentarios calientes que Jeon le susurraba al oído. Tampoco era de toqueteos.

Él era más una persona de amor, de compromiso y entrega total. Eran polos opuestos, y maldito sea el destino por ponerlos en el mismo camino.

Esa tarde, Jimin fue a entregarle los apuntes del día.

Jungkook era muy caprichoso.

Su nuevo capricho era Jimin.

Y tenía un plan.

Lo enamoraría hasta llevárselo a su cama.

Jungkook era cruel, aunque en el fondo no quería lastimar a Jimin.

Pero a Jungkook lo habían herido tantas veces que no le importó.

Esa tarde, Jungkook le pidió una cita a Jimin.

Jimin no quería, desconfiaba un poco del azabache.

Pero Jimin se estaba ilusionando con él, así que aceptó.

Y dicen que cuando juegas con fuego te puedes quemar.

Y ambos estaban a punto de quemarse. El fuego estaba tan cerca que los cegaba y ellos no lo veían.

"¿Qué es lo peor que puede pasar?" decían en sus mentes.

Pero sólo podían ocurrir dos eventos, que ninguno tenía en mente.

Porque Jimin no sabía que todos sus colores pastel podrían ser absorbidos por el gris de Jungkook.

Porque Jungkook no sabía que sus colores grises podrían ser remplazados por el color pastel de Jimin.

Color pastel 🌙 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora