XV

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"¡Hola estupidito que no atiende sus llamadas! Estoy en el bar, hay unos buenos culos por aquí, ¿vienes? ¿o sigues con Jimin? Vaya, esa "conquista del mes" ya se te salió de las manos. Llevas semanas follándotelo, ¿ya conseguiste lo que querías, no?  Jajajaja. Bueno, responde cuando escuches esto. Te espero aquí animalito de la creación."

No podía creer lo que escuchaba. "No era cierto, ¿verdad? Él nunca me haría esto, él no es así." pensaba.

"Lleva semanas folllándotelo, ¿ya conseguiste lo que querías, no?"

Esas palabras no salían de la mente de Jimin. Esas palabras estaban allí cuando Jungkook cruzó la puerta de la habitación.

—Imbécil. —Murmuró— Eres un maldito imbécil.

Jungkook reprodujo el mensaje, escuchando lo que la voz de Yugyeom decía, y supo que era todo. Ya no podía seguir escondiendo la verdad. Ya no más.

—Dime, ¿es verdad? —Jungkook no contestaba. Sólo mantenía la mirada en el suelo. —¡Joder, responde! ¡Di algo!

—Ya... ya lo has escuchado. No hay nada más que decir.

Jimin estaba desesperado. Necesitaba que lo negara. O que se lo que lo confirmara.

—¡No! ¡Dímelo! ¡Quiero oírlo de tu boca!

Jungkook no hablaba. No podía. Las palabras se quedaban atoradas en su garganta.

Jimin se acercaba, golpeando su pecho. Patético; el quería respuestas que eran obvias. Lloraba y lloraba como si eso fuera a arreglar algo. Pero Jungkook no se inmutó, ni siquiera levantó la mirada. 

—Deberías de irte, Jimin. —Dijo en un susurro.— No te hace bien estar aquí.

—Ja, ¡¿Ahora sabes que me hace bien y que no?! ¡Debiste haberlo sabido desde antes! ¡Debiste haber sabido que me hacía daño estar contigo! ¡No me hables de estar bien con toda la mierda que has hecho!

Silencio. Jungkook seguía sin hablar, sin darle explicaciones a Jimin. Jungkook conteniendo sus lágrimas. Siempre ha sido fuerte, ¿cierto? Puede soportar el abandono una vez más.

—Vete.

—¿No me darás ni una puta explicación? —Dijo empujándolo; sus palabras llenas de rabia, de dolor.— ¿No te burlaras de mi? ¡Dame una maldita razón más para poder odiarte! ¡Anda, burlate de mi! ¡¿No lo has estado haciendo a mis espaldas, después de todo?!

—Jamás me burlaría de ti.

No era capaz de mirarlo. No podía, no quería. Había destruido a Jimin.

—¡¿Y entonces que mierda fue todo esto?! ¡Joder, mirame, hablabme!

—N-No puedo...

—¡¿Pero si pudiste acostarte conmigo, cierto?!

Jungkook suspiró pesado. Sólo quería que Jimin se fuera.

—Vete, por favor.

—Jungkook, yo... yo no se mucho del amor. Sigo aprendiendo a amar, a penas comenzando a gatear. —Dijo bajando la voz, intentando controlar su respiración— Pero estoy casi completamente seguro de que te amo. De que tropezaría y caería por ti, tantas veces fuera necesario. Por favor, dime algo antes de que me rinda. Di algo porque... estoy renunciando a ti.

Jungkook suspiró nuevamente. Suspiró fuerte y un te amo se quedó en su boca. Tenía que dejar ir a Jimin.

—No hay nada que decir.

—Tu eres a quien amo, y estoy diciéndote adiós. Jungkook, si cruzo esa puerta... no volveré. Jamás.

Por fin, el pelinegro levantó la mirada. Le miró, con sus ojos tristes. Sintiéndose una completa mierda.

Y recordó las duras palabras que alguna vez le dijo su ex novio.

"Eres un jodido monstruo." Y lo era.

—Tal vez sea lo mejor Jimin. Vete. No regreses.

Jimin lo miró, con tristeza pura. Ni siquiera se comparaba a lo su sintió por Hoseok. Nada en el mundo se compararía a lo que sentía en ese instante.

Corrió fuera de la habitación de Jungkook. Fuera de su casa. Corrió corrió sin siquiera mirar a donde. Hasta que se cansó. Se encontró a su mismo en un parque que jamás había visto. Y se sentó en una banca, a la sombra de un árbol de verde follaje. Y él tan seco. El sol brillando resplandeciente, y él tan apagado.

No podía. La verdad dolía, dolía demasiado. Una presión en su corazón por la tristeza, otra en la cabeza por la migraña. Sentía que moriría. Era demasiado débil para cargar con eso. Sin quererlo, sin darse cuenta, se había hecho dependiente a Jungkook. A un idiota que nunca lo quiso. Un idiota que tenía su corazón.

Y Jungkook no estaba mejor. Se suponía que no debía doler, que al dejarlo todo iba estar mejor. Pero se sentía vacío. Se sentía roto, inútil, destrozado. Se miró al espejo. No veía más que un cobarde que no era capaz de aceptar sus sentimientos. Alguien que carecía de inteligencia emocional. Un perdedor. La frustración llenaba su cuerpo... Le había dejado ir.

"Si cruzo esa puerta no volveré. Jamás."

Explotó. Golpeó el espejo, sin importarle los vidrios incrustados en su puño izquierdo. Y gritó, pero no por el dolor que le causaba su mano.

Gritó por el dolor que le causaba su corazón. Se pegó a la pared y cayó de rodillas.

Miró la puerta. Miró a su alrededor. Estaba solo. Como siempre, solo.

Jamás volvería a tener a Jimin entre sus brazos. No sentiría su calor, nunca más. Y era todo su culpa.

"Di algo, porque estoy renunciando a ti."

Siempre era todo su culpa.

Esto está en la recta final, beibiz.
Lo re subì porque a penas me di cuenta de qué no había puesto quien decía el mensaje xd

Color pastel 🌙 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora